lunes, 16 de mayo de 2022

Japón 2019 - Diario de viaje - Día 13 - Excursión a Kawaguchiko

 

Jueves 21 de noviembre de 2019

Antes de iniciar el diario de viaje, escribí varias entradas sobre la excursión a Kawaguchiko para ver el Fuji, el alojamiento en un hotel cápsula de la zona y la zona de Naruto en el Fuji-Q Highland, donde doy todos los detalles de transporte y cómo moverse en la zona.
Aquí me centraré más en el diario de viaje, así que podéis ir a ver estas entradas con información más detallada.

Mi primer día en Tokio me levanté a las 6:30 y lo primero que hice fue mirar la cámara en vivo del Fuji, para comprobar que realmente estaba despejado. En la previsión del tiempo pronosticaban lluvias en la tarde, que continuarían varios días.

Quería ir en el primer tren del nuevo servicio directo desde Shinjuku hasta Kawaguchiko, que salía a las 8:30, por lo que no quería retrasarme mucho y arriesgarme a perderlo.
Salí del hotel, a las 7:25, por la puerta lateral, ya que la principal aún estaba cerrada a esas horas.
En 10 minutos llegué a la estación de Minami Senju y a las 8:15 estaba ya en Shinjuku. Como aún tenía el JRP, todos los trenes JR estaban incluidos y no tuve que pagar los trayectos.

Desde 2019 hay un nuevo servicio de trenes directos desde Shinjuku hasta Kawaguchiko, que tarda poco menos de 2 horas.
Por la mañana solo hay 2 viajes, a las 8:30 y a las 9:30. Aunque siempre se puede ir en un tren normal, que tarda entre 20 minutos a una hora más que el de la excursión, que también son un poco más baratos.
La excursión cuesta 4130¥. El de las 8:30 llega a Kawaguchiko a las 10:22, así que tampoco se llega muy temprano, o al menos no tanto como me habría gustado.

Como aún tenía el JRP sólo tenía que pagar un tramo, desde Otsuki hasta Kawaguchiko. Se puede seguir en el tren hasta destino final, si viajas en este servicio especial directo, pero hay que pagar este tramo a parte.
En teoría no hace falta reservar asiento, pero de no hacerlo es muy probable que te toque ir de pie todo el camino, ya que no hay vagones sin reserva. Si vas con el JRP, así además haces ya el pago del tramo que no es de JR y vas más tranquilo y con asiento asegurado.

El sistema de asientos en estos trenes es diferente al del shinkansen, si no tienes asiento reservado debes buscar los asientos que tengan sobre la cabeza una luz roja o amarilla, la verde es para asientos reservados.
Los amarillos están reservados pero no se van a utilizar inmediatamente, sino más adelante en el viaje, por lo que hay que estar pendiente en las próximas paradas, que es cuando subirá su ocupante.
Los rojos son asientos sin reserva, aunque en cualquier momento del viaje puede cambiar a amarillo o verde, por lo que hay que estar siempre pendiente.
No se puede ir en los vagones green card sin reserva previa.

En Internet aún no había mucha información de este servicio y no sabía esto de los asientos, por lo que al llegar al andén tuve que preguntar a la mujer que estaba en la puerta de los vagones. Como yo, había varios viajeros con la misma confusión, buscando los vagones sin reserva.

Era noviembre, un día entre semana y aún así iba todo lleno. Solo había asientos amarillos, por lo que me tocó ir de pie un tramo del viaje. Ya nos avisó la señora de la puerta que solo encontraríamos amarillos, no había nada sin reserva, así que fui directa a sentarme en uno de estos esperando que tardase mucho en subirse el que lo había reservado.
A mi lado se sentó un japonés, también en un asiento con la luz amarilla.

A las 8:30 salió el tren y aproveché para comerme el muffin de chocolate que tenía de Kanazawa. Estaba como una piedra y solo tenía chocolate en la parte de arriba, igual de decepcionante que el resto de dulces de esta tienda.
A las 8:39 le cambió la luz de amarillo a verde a mi compañero de asiento, por lo que se tuvo que levantar. Ya había bastante gente de pie.
A las 9:10 se puso verde la luz de mi asiento, así que me levanté y me quedé entre dos vagones, porque ya no quedaba ningún asiento libre, estaban todos en verde.
Solo quedaba una parada para llegar a Otsuki, por lo que solo estuve de pie media hora.
Como no quería ir directa a Kawaguchiko y tenía JRP, me bajé en Otsuki para cambiar a un Rapid que me dejaría en Shimoyoshida, para subir a la Chureito Pagoda.

A las 9:35 llegué a Otsuki, me bajé junto a muchos más viajeros y como no me quedaba muy claro qué tren debía coger, pregunté a un revisor, que no tenía ni idea de inglés, pero al que le enseñé mi trayecto de Google Maps y me indicó a cual me tenía que dirigir.
Salí de las vías del JR con el JRP y entré al tren local con la tarjeta pasmo. Como tenía tiempo, aproveché para cargar 1000¥ en una de las máquinas.

Cuando llegó el tren me subí y pude sentarme sin problemas. Era tipo metro, con asientos enfrentados a los lados del vagón, bastante antiguo.
Mientras esperaba que saliera, llegó un tren rotulado con imágenes de Naruto que paró justo al lado. Me sentía observada por este Akatsuki que no nombraré por si alguien no ha llegado al final de la serie.


Sobre las puertas había un cartel con las paradas que realizaba este tren Rapid, aunque no lo llegué a entender porque en algunas de esas estaciones sí paraba y en otras no. Llegué a dudar si era el tren que tenía anotado, porque muy rápido no me parecía, aunque finalmente llegó a la hora estimada.
Salió de Otsuki a las 9:50 y llegó a las 10:30 a Shimoyoshida.

Fui todo el trayecto un poco apretujada, porque una pareja china que se subió poco antes de que saliera el tren, me pidió permiso para sentarse a mi lado, pensando que se sentaría uno, porque ese era el espacio que había, pero se sentaron los dos y tuve que irme un poco hacia el otro lado, donde estaba una japonesa a la que no le hizo mucha gracia. No la llegué a tocar, para respetar el espacio personal, pero la china iba apretujada junto a mi.

Poco antes de llegar, se empezó a ver el monte Fuji. Los turistas nos levantábamos de vez en cuando para verlo bien y hacerle fotos, impacientes por llegar.

Este tramo entre Otsuki y Shimoyoshida lo pagué con la tarjeta pasmo 977¥ (980¥ pagando en efectivo). El tren era el Fujikyuko Line Rapid Kawaguchiko.

En la estación de Shimoyoshida había que cruzar las vías del tren para salir.
La estación es pequeña pero hay un wc, aunque es muy pequeño y me tocó esperar unos 10 minutos. 
Hay otro baño en la zona de la pagoda, vi las señales pero como no necesité utilizarlo, no se cómo será. También hay una máquina de bebidas, aunque es un poco cara, así que si podéis esperar, en la zona de la pagoda hay una fuente con agua potable.

Nada más salir de la estación hay señales que te dirigen hacia la pagoda, aunque ya había mirado en Google Maps como ir y era sencillo. Salí de la estación y caminé a mano derecha hasta el cruce de las vías. Seguí el camino hacia la montaña y tras cruzar una carretera, ya estaba allí. Bastante más cerca de lo que esperaba.
El sitio se ha vuelto tan turístico que siempre habrá gente caminando hacia la pagoda, así que no tiene pérdida. Son unos 5 minutos andando.


Lo primero que vi al llegar es un camino de subida con farolillos a los lados y un tori al final de un primer tramo de escaleras, tras el cual llegué a una pequeña zona donde había unos puestos de comida y un camioncito de información turística, que supongo no estará siempre ahí. 
Desde aquí tuve la primera gran vista del Fuji enmarcado por los farolillos y el tori y los árboles con sus hojas rojas.
Siempre paso por los puestos de información turística por mapas o más información, así que me acerqué y me indicaron en inglés por qué camino subir para ir al observatorio. Me dieron un mapa y una postal de regalo con la imagen de la pagoda y el Fuji de fondo.
Tardé unos 10 minutos en subir hasta este punto.
Para llegar hasta aquí, también hay un camino sin escaleras, pero bastante más largo.



La subida desde esta zona es mediante unas escaleras, que sinceramente, para mi que tengo las rodillas un poco perjudicadas, se hicieron un poco largas. La subida fue dura aunque no tanto como esperaba, ya que me iba parando de vez en cuando para admirar las vistas.

Una vez llegas a la pagoda, hay un camino a mano derecha para subir hacia el mirador, junto con señales de prohibido subir mas arriba de la zona delimitada. 
Junto a la pagoda había un montón de coches aparcados. El espacio era reducido, pero tampoco vi ningún cartel de prohibido estacionar. Como me pareció raro, miré en la web oficial y resulta que puedes aparcar si tienes algún tipo de discapacidad, pidiendo un permiso especial.

Se puede subir más hasta un mirador que hay en la cima, pero como no iba muy bien de tiempo, ya que anochece pronto, fui directa a este mirador pequeño, que estaba ya bastante lleno de gente.
En total tardé unos 25 minutos en subir hasta el mirador.


Para acceder al mirador hay un caminito de subida de tierra con unos troncos pequeños que hacen de escalones. El espacio no era muy grande, pero había como tres niveles de altura.
Me costó un buen rato poder hacer fotos, ya que siempre había gente haciéndose fotos junto a la valla. En concreto una pareja de chicos italianos, que se hicieron fotos para aburrir y no había manera de que terminasen. El resto de turistas se hacía una foto y fuera, pero estos estuvieron como media hora. Hay que armarse de paciencia si queréis fotos sin gente delante.

Antes no había ni valla, solo un espacio de tierra, pero con la gran afluencia de turistas pusieron un poco de seguridad y pusieron un mirador en condiciones. Este año lo han vuelto a reformar y ahora es más grande y con suelo de madera. Esperemos que no llegue un momento en el que cobren por entrar.

La bajada fue bastante más rápida, aunque a mitad de camino alguien me preguntó a lo lejos si era española. Resultó ser Alex de turismo Victoria, que me había reconocido por alguno de los grupos de Facebook de Japón. Estaba guiando a una pareja de españoles que se les veía contentos con el tour. La verdad es que resulta un chico muy agradable y seguro que es un tour que merece la pena. Si podéis permitíroslo y sois al menos 2 personas, con él podréis ver varios puntos turísticos de la zona en un sólo día, ya que os lleva en transporte privado. Estuvimos unos minutos charlando y se nota que le gusta su trabajo y que los clientes estaban disfrutando la experiencia.

Llegué a la estación a las 12:08 y hasta las 12:49 no salía el siguiente tren. Acababa de perder uno por no haber mirado previamente los horarios de la estación. No pensé que la frecuencia fuese tan escasa.
En Shimoyoshida hice una foto de los horarios de tren, pero en su web podéis ver los horarios, ya que hay veces que podemos tener que esperar entre 40 minutos y una hora, para que los tengáis en cuenta y no perdáis ahí el tiempo. 
Yo no lo vi hasta que bajé de la pagoda, y quería seguir hasta Kawaguchiko, y me tocó esperar un buen rato que podía haber aprovechado para hacer más fotos.
No te dejan entrar al andén hasta que no llega el tren, por lo que la mini sala de espera se llenó bastante de gente.

El tren salió a las 12:49 de Shimoyoshida y llegué a las 13:03 a Kawaguchiko. El trayecto me costó 305¥

En la salida de la estación de Kawaguchiko había unos carteles enormes diciendo que ahí no es válido el JRP, que se debe abonar el viaje, pero la cantidad de gente era tan grande, que vi salir directos a algunos enseñando el JRP, bajo la cara de asombro de los japoneses que se encontraban en la puerta.
Yo como había entrado con la pasmo, la pasé para salir y listo.

Aquella estación estaba llena de gente, pero llena llena. Había unas colas impresionantes para subir en los buses.
A mano derecha al salir en la estación hay un puesto con información sobre los diferentes autobuses y sus recorridos, pero como ya tenía la información buscada de casa, me puse en la cola del Kawaguchiko Sightseeing Bus (Red-Line), del que dejo el enlace para que podáis consultar su web con el mapa y los horarios. Hay 3 líneas diferentes, pero para ver el lago Kawaguchiko hay que utilizar la línea roja.


Había leído que estos buses solo aceptaban efectivo, pero ya en la cola me pareció ver un cartel donde indicaba que se podía pagar con tarjeta IC. Así que pude pagar con la pasmo sin problema.
Hay un pase de viajes ilimitados que cuesta 1500¥, pero como yo solo pensaba hacer ida y vuelta, no me compensaba.
El precio del viaje depende de la distancia, por lo que si no vas con el pase, hay que pasar la tarjeta IC o recoger un papelito de la máquina, para saber en que parada has subido. El precio va entre 160-490¥ en la línea roja.

Como había tanta gente, me tocó esperar a que pasaran un par de buses y no pude subirme hasta las 13:20. Me tocó ir de pie hasta la mitad del camino que ya empezó a bajarse la gente.
Llegué al final de la línea, donde está el Oishi Park a las 14:00, por lo que no tenía mucho tiempo ya de luz para ver la zona.

Desde ahí quería caminar hasta momiji tunnel, un poco más adelante, pero como ya era tarde, decidí empezar el camino de regreso andando por la orilla del lago.

En teoría el parque Oishi está lleno de flores, menos en esta semana de otoño, que no había nada de nada.
Hay una tienda cafetería donde te deja el autobús y unos puestos de comida en la calle, donde vendían dangos a 500¥ y un pescadito insertado en una rama a 600¥. Había mucha gente comiendo y comprando cosas en la tienda. Como hay un parking justo aquí, había bastante gente.
En el parking vi una furgoneta llena de muñecos de Kumamon que me recordó a los mamonakus de japonizados y no pude evitar grabar un segundo a esos Kumamones moviendo los brazos.


Paré en el primer parque que vi en el camino, bastante cerca del parking, a las 14:25, para poder comer el bento de ensalada con huevo, aguacate, maíz y zanahoria y beicon ahumado. 
Comí todo lo rápido que pude y para no perder más tiempo, fui comiendo los frutos secos que llevaba mientras caminaba. No caminaba nadie por esa zona, así que nadie me veía comer mientras caminaba.

Por el camino fui admirando el Fuji y la vegetación que es casi toda de juncos y alguna florecilla suelta. También me encontré con algún arce suelto, desde dónde pude hacer fotos con el Fuji de fondo. Eso sí, hay que armarse de paciencia, porque a veces hay tanta gente haciendo fotos en el mismo sitio, que se hace complicado.

Por el camino me crucé con embarcaderos, que tenían cerrado el paso. Tenía apuntado alguno de estos como lugares de fotos y está claro que ya no se puede entrar. Seguramente más de un turista entraba para hacer cosas indebidas y por eso ahora han decidido cerrarlos. 

En esta zona no había ni un solo turista, por lo que el paseo era muy agradable. Caminaba sola junto a un lago con vistas al monte Fuji.


A las 15:15 ya estaba en el Maple corridor, que a estas alturas del otoño aún tenía árboles verdes, por lo que había árboles en varios colores.
Esta zona estaba llena de turistas, sobre todo asiáticos, que iban en grupos enormes y apenas te dejaban caminar.

Regresé hacia el lago para caminar por el borde del lago. En esa zona de la carretera principal, había muchos puestos de comida y tras dudar entre patatas dulces o normales, elegí las normales por 200¥ y me senté a comerlas junto al lago con vistas al Fuji. Eran ya las 15:30.
Las tuve que dejar a medias porque estaban más frías que nada, así que cuidado con lo que compráis en puestos callejeros en temporada de frío, si no hay alguien comprando delante tuya, te darán lo que tienen ya hecho y estará congelado. Lección aprendida.


Seguí caminado por una especie de paseo junto al lago, dirección a la estación, y me encontré con unas escaleras que daban al agua y aproveché para hacerme alguna foto con el mini trípode. Lo pasé un poco mal con la de gente que pasaba junto a él, por miedo a que cayera escaleras abajo, pero era el único sitio donde me podía hacer una foto sin estar a contraluz y que se viese el Fuji.
Le debí dar la idea a unos cuantos turistas porque en cuanto me levanté empezaron a pelearse las escaleras.
Lo malo de esta época y hora del día, es que siempre tienes el Fuji como a contraluz y es complicado hacer fotos. Eran ya las 15:50.


Seguí mi camino disfrutando del paisaje, cruzando un puente para continuar por el borde el lago, ya en una zona con menos gente, hasta que la orilla del lago empezaba a curvarse. Comprobé el mapa y vi que no había muchas paradas del bus cerca, así que iba siendo hora de decidirse a regresar a la estación.
Ya se estaba poniendo el sol y quedaba poco para que se hiciera de noche.
De camino al bus vi un wc que tenía una cola tremenda. Menos mal que en ese momento no tenía necesidad de pasar por un baño.


Llegué a la parada que hay en el Music Forest Museum a las 16:10 y me tocó esperar hasta las 16:25, al segundo bus que pasó, porque el anterior iba lleno. Aún así, no entramos todos y se quedó gente en la parada esperando al siguiente.
Tardó en llegar menos de 15 minutos a la estación de Kawaguchiko.

Este tramo de bus fueron 370¥, sumado a los 490¥ del viaje de ida, el total fue de 860¥.
El pase ilimitado era de 1500¥. Si vas 2 días lo amortizas aunque hagas solo 2 viajes, pero para uno está claro que no compensa, sobre todo porque van tan llenos que es imposible poder utilizarlo para subir y bajar donde quieras.

Tras mirar los horarios del parque Fujiq Highland, vi que apenas llegaba a la hora del cierre, por lo que tras meditarlo un rato decidí pasar noche allí para poder verlo al día siguiente, aunque pronosticaban lluvias y era probable que muchas atracciones estuvieran cerradas.
Pude comprobar en la web del parque que las atracciones de Naruto abrían incluso con lluvia, por ser todas en interiores, así que no tendría problema con eso.

Entre mirar horarios, atracciones que abren con lluvia, buscar el bus gratuito que va al Fujiq (sin éxito) y hacer la reserva en el hotel cápsula, se me hicieron 17:00 y ya era de noche.
Como en el 7 eleven tienen cosillas sin gluten, me pasé por uno que hay cerca de la estación, para comprar algo más para la cena y el desayuno, haciendo un poco de tiempo para que me contestasen los del hotel, ya que supuestamente tenían servicio de recogida en el tren. A día de hoy aún estoy esperando respuesta.
Al menos en este rato perdido pude ver un tren con todo pintado por fuera de Naruto.


En el 7-eleven compré una salchicha frankfurt (148¥) un onigiri (140¥), una soyjoy de scone y otra de arándanos (114¥ cada una), un yogur de 180g (110¥) y un salmón a la parrilla (278¥). El total fue de 904 + 72 (8%tasas) = 1006¥.
El salmón y pollo ya cocinado de los konbini, resultaron ser unos de los grandes salvadores del viaje sin gluten.

Terminé yendo en el tren hasta el hotel, ya que el trayecto costaba 173¥ y no merecía la pena esperar más. 
Salió a las 17:38 y no tardó ni 5 minutos en llegar. Era uno de los trenes directos a Tokio que iba hasta arriba de gente.
Unas asiáticas estaban sentadas en el hueco de la puerta y se tuvieron que apartar para dejarme salir. No se si pensaron que solo paraba en Tokio o que directamente no les importaba estar estorbando para las salidas y entradas.
Sali un poco perdida en la estación de Fujiq, ya que era noche cerrada y no se veía nada. Para el que no sepa como iluminan las calles en Japón, lo hacen entre poco y nada.

Delante de mi, pasaron una pareja de chinos enseñando el JRP y aunque la chica les dijo que no valía ahí, ellos pasaron como si nada y cuando pasé yo se me quedó mirando raro, porque había pasado mi pasmo y ni se habría dado cuenta, ya que estaba pendiente de los chinos. Se pensaría que también me colaba sin pagar. 
En estos sitios tan turísticos deberían poner una barrera que no se abriese hasta que te diera acceso el empleado o pasaras tu tarjeta, porque menudo estrés deben pasar allí viendo como se les cuela todo el mundo.

El hotel resultó estar al lado de la estación, pero al otro lado de las vías. La salida del tren daba justo a la puerta del parque, pero a esas horas no se veía nada de nada. Para llegar al hotel hay que cruzar las vías del tren por una zona más alejada de la estación y caminar hacia la derecha.

A las 17:40 ya estaba en el hotel. 
Nada más entrar vi un cartel que decía que no se podía entrar con zapatos y unas taquillas a mano izquierda, pero ninguna instrucción de qué hacer, por lo que me quité las zapatillas y le pregunté a la recepcionista desde ahí, por lo que vino a darme unas pantuflas gratuitas y me indicó donde dejar las zapatillas y decirme que me tenía que guardar la llave.

Como ya había reservado por booking, me salió un poco más barato que lo que cuesta en el hotel directamente, 2961¥ en lugar de 3200¥. El hotel se llama Cabin and lounge highland station inn. Un hotel cápsula justo al lado el parque Fujiq y junto a la estación, muy cómodo para visitar esta zona y el parque.
No me parece excesivamente barato, pero para escapadas de última hora viene perfecto. Sobre todo porque para ver el monte Fuji, hay que cerciorarse de si está despejado o no y esto imposible saberlo con mucha antelación, por lo que encontrar alojamiento de última hora puede ser complicado y esta es una buena solución.


La recepcionista me cobró lo estipulado, me dio una tarjeta de acceso y me explicó un poco como era el funcionamiento. Ahí mismo tenía un mostrador con diversos accesorios, como zapatillas, cepillos de dientes, maquinillas, etc, de uso gratuito. Como no sabía si incluía pijama o un yukata con el que poder dormir, fui directa a la cabina a explorar todo un poco. A las 17:55 ya estaba cotilleando mi cabina.

El acceso de las chicas está en la planta inferior y el de los chicos subiendo una escaleras al otro lado del mostrador. Frente al de las chicas está la zona de descanso, con mesas y sillas, hervidor de agua, fregadero y microondas y una librería con el manga de Naruto y libros de visitas separados por países. Miré la última hoja del de España y como solo había insultos sobre política, pasé de poner nada.
También había una zona con folletos turísticos de todo tipo.

Para entrar en las habitaciones hay que pasar la tarjeta y la primera zona a la que entras es a las taquillas. Son grandes pero no lo suficiente como para que entre una maleta de las medianas o grandes. Se abren con tu misma tarjeta de acceso. De esta sala hay otra puerta de acceso a las camas, distribuidas en forma de H. A mi me dieron la 149, justo la que daba al pasillo de conexión de la segunda fila, por lo que era la primera que se ve al pasar a la segunda línea de camas y justo en frente de la puerta que da a los baños.
No entendí muy bien la posición que me dieron habiendo tanta cama vacía.


Los baños eran bastante grandes, con un lado de duchas y tocadores con varios productos de limpieza y en el otro dos filas de wc y unos lavabos. Los wc eran de los modernos, con chorritos y demás botones. Lo mejor es que estaba todo muy bien explicado, en todas partes había carteles en inglés con instrucciones de uso. Estaba todo muy limpio y apenas vi a nadie por ahí. Hasta había una zona con lavadora y secadora al fondo.

Sobre la cama vi las toallas y el cepillo de dientes pero nada más, por lo que salí a pedir un pijama, por unos 200¥, ya que no era plan de dormir con la ropa puesta y dormir en pelotas no era una opción, ya que me levanto al wc por las noches, aunque por temperatura no me habría importado, porque hacía bastante calor ahí dentro y el edredón es bastante gordito.
Me tocó esperar un buen rato, ya que acababa de entrar un grupo de chicos y estaban haciendo el registro de entrada, pero en cuanto terminaron me atendió con bastante rapidez y me dio el pijama sin problemas tras explicarme que era de pago, aunque ya había visto el cartel junto a las amenities y llevaba 200¥ justos.

A las 18:30 me dispuse a cenar para irme pronto a dormir, ya que no había mucho que hacer en la zona y así aprovechaba para hacer cura de sueño, que buena falta me hacía.
Me comí el salmón calentándolo un poco en el micro, la sopita instantánea de fideos de arroz, una salchicha que picaba como un demonio y no me terminé (era más grande que la otra que ya había probado, por lo que sería de otro tipo) y lo que me quedaba de ensalada. Viendo el calor que hacía allí, como no había zona fresca ni nevera, decidí comerme el yogur del desayuno y ya compraría otro en el Family mart que había junto al hotel.


Aproveché los potingues del baño para lavarme la cara, aunque tuve que mandarle fotos a Laura para que me dijera que iba primero, que yo de estas cosas ni idea.

A las 19:30 me fui a la cápsula para poder cargar el móvil y la cámara y aprovechar para subir algunas stories y ver alguna cosilla en Netflix.
El pijama era un poco extraño, como un polo la parte de arriba, de manga corta y de la misma tela el pantalón, que solo llegaba hasta la rodilla. Pues nada, con mis patas de pollo sin depilar al aire, que tampoco había mucha luz para que se viera nada.

Como no podía poner el despertador más que en modo vibración, decidí dormir sin nada porque la salida del hotel era hasta las 10 y seguro que para esa hora ya estaría más que despierta.
Tuve suerte de que había poca gente por la lluvia, porque soy de sueño ligero y me despierta hasta una mosca. Sólo me despertó una haciendo la maleta a las 12 de la noche, pero en lo general todas las que entraban hablaban en susurros. Curiosamente, las que más alto hablaron esa noche fueron un par de japonesas. Cosas de la vida.

Escribí una entrada con toda la información del hotel cápsula, por si queréis más detalles del alojamiento.

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