domingo, 5 de junio de 2022

Japón 2019 - Diario de viaje - Día 14 - Fuji-Q y Tokio

 

Viernes 22 de noviembre de 2019

Me desperté a las 7 de la mañana, pero había ya mucho movimiento de gente y no pude volver a dormirme. Me quedé en la cama un buen rato haciendo tiempo, ya que el parque no abría hasta las 9:30 y el checkout era a las 10.

Me duché antes de las 8, después de hablar un poco con la familia por whatsapp.
En las duchas había 2 personas como mucho y había muchas duchas, así que no tuve problemas.
Como casi todas las que me he encontrado en Japón, cada ducha tenía un espacio para dejar la ropa y la ducha aparte, todo dentro del mismo habitáculo. Había gel y champú y como te dan las toallas, no hace falta llevar nada.

A muchos les gustan los váter de Japón, con sus chorritos y el calentador, pero a mi eso de que la taza esté caliente me corta el rollo, así que me costaba hacer mis cosas tranquilamente. Por suerte en estos baños nunca había nadie y estaba todo bastante limpio.

Eran ya casi las 9 cuando salí a comprar algo en el Lawson. Compré un yogur de 180gr y una bolsa con mochis. Me costó 282¥


Desayuné a las 9 el yogur, algunos mochis y la barrita soyjoy de scone. Los mochis venían envueltos individualmente. Un gasto de plástico totalmente innecesario.
La barrita sabía como a mantequilla pero estaba un poco seca. Hasta ese día no la había visto de ese sabor. En el Don Quijote de Osaka no la tenían y solo la vi en el 7-eleven de Kawaguchiko.
El onigiri lo guardé para la comida del viaje de regreso a Tokio.

Recogí todo y dejé el pijama en el cajón designado para ello. Entregué la tarjeta en recepción y salí a las 9:30 del hotel.
Estaba lloviendo, pero tampoco era una lluvia muy intensa, aunque lo suficiente para que hacer fotos o grabar vídeo fuese complicado.


Llegué al parque enseguida. En la entrada hay un cartel donde se indica por dónde acceder si tienes entrada comprada online. Si quieres entrar de forma gratuita tienes que pasarte por la taquilla. La información está en inglés además de en japonés. Me acerqué a la taquilla para pedir la entrada gratuita y en un inglés básico me explicó por donde entrar.

Me paré un momento en una especie de cabina en la entrada para que una máquina me hiciera una foto, por motivos de seguridad, y ya estaba dentro.
Con el acceso gratuito hay que pagar cada atracción individualmente. Si luego decides entrar a alguna atracción, puedes pagar cada acceso por separado. 
La entrada al parque supera los 4000¥, por lo que no merece la pena pagar si quieres entrar a un par de atracciones.

Nada más entrar vi las líneas de colores en el suelo que indicaban la dirección a cada zona del parque y la enorme montaña rusa, que casi ocupa medio parque. De hecho cuando me dirigía a la zona de Naruto era como si me saliese del parque, pasando por debajo de alguna parte de la montaña rusa.

Di una vueltecita, porque estaba todo aún cerrado, pero como no había mucha gente, podía grabar sin interrupciones. El espacio dedicado a Naruto es pequeño y tiene buena parte de decorado, con figuras a tamaño real de algunos de los personajes, como Sakura, Shikamaru y Kakashi. También estaba Naruto sobre uno de los sapos.


Una de las atracciones era hacerse una foto con un fondo de Naruto. Te facilitan complementos, pero es un poco cutrecillo bajo mi punto de vista. El precio es de 1500¥ aunque había una oferta de 1300¥.
Otra tenía cosas de tiro tipo feria, y cada una cuesta 500¥
la otra es un circuito de disparos desde un coche, en zona cubierta, que cuesta 1500¥

Y el museo en el que poder ver imágenes varias, desde bocetos a figuras a tamaño real. Aquí hay una de naruto y otra de Sasuke. Además de dos proyecciones, una de ellas super impactante de Kurama y Naruto.
Lo bueno es que la zona de Naruto abre incluso con lluvias, así que si os pilla lloviendo, se puede aprovechar para ver el parque, ya que la entrada general es gratuita.

Además de las atracciones, hay un restaurante de ramen, el Ichiraku ramen, uno de taiyakis con rellenos salados y una tienda de recuerdos. Los precios de las comidas no están mal, parten de 400¥.

Si os interesa visitar esta zona de Naruto, hice una entrada super detallada, con toda la información e imágenes. Podéis leerla aquí.

Como llovía bastante y aún estaba casi todo cerrado, entré a la tienda de recuerdos a cotillear y ver si me antojaba de algo. La mayoría de las cosas eran bastante caras. 1760¥ los muñecos tipo peluche tamaño mini. Había unas chaquetillas a 7000¥, negras con el símbolo de Konoha, que me gustaron bastante, pero no tenían de mi talla. Era todo tamaño mini o enorme.
Los llaveros venían en packs, no sueltos, y costaban unos 2000¥.
Unas figuritas de Kakashi y Obito, costaban 5000¥.

Al salir intenté hacerme algunas fotos, con la dificultad de dejar el trípode con la cámara bajo el paraguas. Complicado sobre todo para la de Kakashi, ya que no tenía más que el suelo para hacerla. Para esto mejor ir acompañado, pero al ir sola me las apañé como pude.
La estatua de Shikamaru está en un banco, perfecta para hacerte la foto, pero claro, el banco estaba mojado, así que me olvidé de sentarme.

La que más interesante me parecía de las atracciones era el museo, así que compré el ticket en la máquina que hay en la zona de los juegos de feria, que tiene opción en inglés.
Me costó 800¥ y le di a imprimir el recibo, por lo que me sacó la entrada y el recibo y no pude distinguir cual era cual porque lo imprime en un papelito chungo que solo está en japonés.

 

A las 10:40 estaba entrando al museo, tras entregar el ticket en lugar de la entrada y tener que aclarármelo la chica.
Me preguntó de dónde era y si entendía inglés. Me dio una tarjetita y me explicó que era para utilizar en los puntos de fotografías que hay, en los que hay que sentarse y pasar la tarjeta por el lector cuando quieras hacer la foto.
Luego las fotos se pueden recoger a la salida, previo pago de 1300¥.
También te permiten hacértelas con tu cámara, pero complicado si vas solo, porque no hay donde colocar las cámaras ni móviles.
Se puede hacer fotos en todo el museo, excepto en las zonas en las que hay proyecciones, indicadas además con los carteles de prohibido.  En un inglés sencillo, se hacen entender bastante bien.

En ese momento no me di cuenta, pero también había zonas de fotos fuera del museo, en el Naruto sobre Gamakichi, en el estudio de fotografía y en la puerta de la villa. También hay una web dónde poder acceder a estas fotos, o eso creo, porque al verlo meses más tarde ya mi código no funcionaba o es que finalmente no me hice ninguna foto, ya que no pensaba pagarlas. Tenedlo en cuenta para haceros las fotos, por si acaso son gratuitas las de la web.

Cuando salí del museo a las 11:20, seguía lloviendo, así que decidí entrar al restaurante para verlo por dentro.
Vi que uno de los platos no tenía nada rebozado y decidí arriesgarme, aunque la carne pudiera llevar salsa de soja. Pedí en la maquina el Mini grilled meat bowl a 400¥. 
No me apreció nada mini y hasta me costó comerlo entero. Picaba un poquillo, pero a mi es que me pica hasta el pimentón dulce. Te lo dan en una bandeja con un mantelito de papel de Naruto.
El ramen viene con alga nori grabada con cosas de Naruto y te dan regalitos por cada compra superior a 1000¥, pero no me quedó otra que pedir algo con bajo contenido en gluten, por no arriesgar demasiado.


Es sencillo pedir, ya que se hace en una máquina, aunque algunas cosas no tienen traducción, sí lo principal. Se puede comer desde 400 a 1400¥. Lo más caro son los ramen completos.
Se paga en la máquina, con efectivo o pasmo, y esperas a que llamen al número que sale en tu papel. Como lo cantan en japonés, simplemente estuve pendiente a ver salir mi plato. El agua se cogía en una máquina que no entendí bien, porque salían más hielos que agua. No toqué demasiado que ya me sentía lo suficientemente observada como para montar un lío con el agua.
Ese día no había ni un solo turista no asiático en ese parque y me miraban como a un bicho raro.

Dentro del restaurante hay una escultura a tamaño real de Hinata sentada en la barra comiendo y otra de Iruka en una de las mesas del fondo. El restaurante estaba bastante lleno y eso que era pronto.

Dejé el restaurante a las 11:50 y llovía con más fuerza. Salí de la zona de Naruto por la puerta principal, donde justo hay unos WC que tras la visita de rigor, continué recorriendo el parque para ver que más cosas había, aunque con esa lluvia muchas cosas estaban cerradas y apenas había gente.
Casi llegando a la salida hay una montaña rusa que funciona accionada manualmente. Los ocupantes pedalean para mover el coche en el que van, y justo en ese momento pasaba una pareja montada con sus chubasqueros, que me saludaron al pasar a paso de tortuga.

De allí fui directa al tren y compré el ticket en la taquilla, pagando con efectivo. Salía un tren exprés a las 12:08 hacia Otsuki, que llegaba a las 12:58.
Me dieron un ticket de 1100¥ y otro de 200¥ que no entendí muy bien en ese momento.

Me costó 1300¥, 1100¥ el trayecto y 200¥ por el extra del tren fujikyu railway llamado Fuji Tozan Densha.
Este tren tiene paradas en Otsuki - Mitsutoge - Shimoyoshida - Mt.Fuji station - Fuji-Q Highland - Kawaguchiko. En Google maps sale como Fujikyuko Line Fuji-Tozan-Densha.

 

Es un tren especial con asientos reservados, por lo que se paga 200 extra por el asiento. No son reservados del todo, te puedes sentar donde quieras, pero cobran el extra por el servicio especial.
Tiene asientos de varios estilos, los hay tipo silloncitos para 2, con una mini mesita en medio, asientos de 2 y 2 enfrente y otros con una barra en la ventana que miran hacia afuera. 
En el vagón en el que estaba había unos pocos turistas, pero la mayoría parecían japoneses, ya que se subían trajeados y bajaban en paradas como Mt. Fuji Station, pero otros vagones iban súper llenos de turistas y maletas.

Tiene su interior con detalles en madera e incluye un tour explicativo de los lugares por los que pasa, aunque ese día se veía poco por la lluvia. El tren disminuía la marcha cuando nos decían que mirásemos hacia un lado algo en concreto, como unas cascadas.


Pasó un carrito con souvenirs e incluso una mujer pasó regalando caramelos con el dibujo del tren, que conservo como recuerdo.
Tiene una zona de barra donde tienen un sello de recordatorio, que por supuesto utilicé, café y recuerdos del tren. Hay librerías sobre los asientos, que son como silloncitos, dónde hay libros infantiles y mangas. 

Fue toda una sorpresa viajar en este tren y me encantó la experiencia. Por 200¥ extra merece la pena, así que si cuadra en tu horario y te gustan los trenes, ni lo dudes.

A las 12:58 llegué a Otsuki.
Al salir de la estación para ir al otro tren JR el revisor me pidió los tickets y se los quedó. A mi me gusta conservarlos, pero al menos les había hecho una foto.

En el andén de la JR había unos españoles buscando el vagón sin reserva y me pare a explicarles cómo funcionaba. Se ve que nos pasa a todos, acostumbrados a los trenes tipo shinkanshen.
Me subí a un Limited express Kaiji, con destino a Shinjuku, que salía a las 13:06.
En este tren había muchos asientos con luz roja, por lo que me pude sentar sin problemas. Entre las horas que eran y que llovía, se notaba que había pocos turistas haciendo ese recorrido.

Llegué a las 14:09 a Shinjuku, así que aproveché para salir de la estación y comprar el pase de metro para los días en que ya no tendría JRP y pasarme por una pastelería sin gluten de esa zona.

Me costó un poco ubicarme en la salida correcta, me pareció raro que no hubiese señales para la oficina de información turística, y es que resultó estar fuera de la estación, bajando unas escaleras por la salida south east. Es un cubículo en mitad de la calle, por lo que no busques un edificio ni una oficina dentro de la estación.

Me atendió un chico muy majo que enseguida entendió lo que le pedía y me explicó cómo y dónde debía usarlo, aunque le dije que ya lo había usado anteriormente y que no hacía falta que me explicara cómo utilizarlo.
Compré el pase de 72 horas pagando1500¥ en efectivo.

Miré algún folleto de los que tenían y salí en búsqueda del sitio sin gluten, llamado MOR Happiness.
Cuando llegué, a eso de las 14:45, resultó ser dentro de un centro comercial y como tras recorrerme la planta en la que supuestamente estaba, no encontré nada, me acerqué al puesto de información del centro comercial, donde me dijeron que ese sitio ya no estaba ahí. 
Pues nada, tiempo perdido buscando algo que ya cerró. No es algo que no me haya pasado antes, hasta que actualizan la información en Google maps, te hacen el lío, y en Tokio muchos locales abren y cierran en menos de un año.
Por cierto, en cada tienda había en la entrada bolsas para guardar los paraguas, para no ir mojándolo todo en el interior.

Regresé a la estación, y me subí en la Yamanote hasta Harajuku. Con la tontería ya eran casi las 15:00 cuando llegué y eso que este trayecto era de unos 10 minutos solamente.


Le hice alguna foto a la estación, que sabía que iban a remodelar y hasta entonces nunca me había parado a observarla, y emprendí la marcha hacia otro de los sitios sin gluten que tenía anotados, llamado OndenHouse.
Llovía a mares y aun con el paraguas, con tanta gente, al final te mojabas igualmente.

Llegué a la tienda sin problemas, guiándome con el Google maps, a las 15:10. 
La tienda en cuestión tiene un restaurante donde venden pizzas sin gluten, panes y pasteles y un anexo con una ventanilla a la calle con venta de cosas para llevar, donde indica precios y qué alérgenos contienen. 
Todo era sin gluten, pero algunas cosas tenían lácteos. Tenían casi todo vendido, así que tuve poco donde poder elegir. Me llevé un baked curry bun y un panecillo. Ni que decir que todo carísimo, como todo lo sin gluten. Me costaron 645¥ las dos cosas (300¥ el panecillo y 345¥ en bun).
Había cinnamon rolls con una pinta estupenda, pero tenían mantequilla. Había cookies sin lácteos, pero como cosas dulces había comido durante todo el viaje, me llamaron menos la atención.

 

Cuando terminé de comprar, mientras hacía alguna foto, llegó una chica extrajera y escuché que le preguntaba a la dependienta que era el anko. Como el inglés de la japonesa no era muy allá, no sabía explicárselo y le ayudé en la tarea.

Caminé hacia Harajuku, por Omotesando, y entré al Tokyu Plaza, que en otro viaje no tuvimos tiempo y quería ver las vistas desde la terraza del Starbucks. Como estaba lloviendo no había nadie.
Intenté grabar desde el mirador pero, entre la lluvia y el viento, me fue imposible. Solo he podido sacar una captura de un vídeo que intenté hacer con el móvil.


Eran las 15:45, por lo que no me entretuve más ahí y me dirigí hacia Takeshita dori, caminando desde Omotesando hasta la estación de Harajuku.

No eran ni las 4 y ya estaba anocheciendo. Con tanto paraguas se hacía imposible mirar tiendas ni nada. Además la gente pasaba de no chocarse y te iban mojando por todas partes. Al final era como si fueses sin paraguas.


Para regresar al hotel tenía que ir en la  línea Yamanote en dirección norte, pero como tenía que cambiar unos euros, decidí ir por el sur y pasar por Akihabara y así cambiar el dinero en el ninja exchange. 
El trayecto fue de unos 35 minutos, llegando a Akihabara a las 16:43.

En el tren íbamos como sardinas en lata y la gente no se agarraba a las barras, se dejaba caer, jodiendo a quien hiciera falta. Yo iba agarrada y hubo un momento en que ya no podía del dolor de estar sujetándome a mi y a 3 personas más. 

Seguía lloviendo con fuerza y ya notaba la mochila bastante calada, a pesar de ir con paraguas.
Me había comprado una mochila que supuestamente era impermeable, pero ni de casualidad. Pude sentarme pasadas unas estaciones y me di cuenta que llevaba todo chorreando.
 
No recuerdo si al final pedí cita, pero cuando llegué al ninja había gente cambiando dinero y me atendieron sin problemas. En ese momento estaba a 119 el cambio.
No tardé ni 5 minutos y regresé a la estación de Akihabara. 
En los pasillos había montones de carteles de Star Wars, así que les hice una foto para mandársela a Laura.

De camino a mi andén, a las 17:14, justo cuando iba a subir unas escaleras, vi una zona toda llena de máquinas gachapon, así que me paré un ratillo a ver que tenían. 
Vi una de máscaras de Kitsune y otra de toris, pero no me decidía por una de las dos. Tras escribir a mi hermana para ver cual prefería, como no contestaba probé en las máscaras y saqué justo la que quería, la blanca y roja. También había de Star wars, pero al no contestarme al whatsapp, al final no compré ninguna, ya que no eran muy baratas, 300¥.


De allí salí a las 17:30 hacia el hotel, aunque me plantee pasarme a cenar al restaurante sin gluten Little bird. Como no tenían un horario concreto, me daba miedo llegar demasiado tarde y decidí no arriesgar. Menos mal que no fui, porque cuando llegué al hotel vi en su Instagram que habían cerrado hacía 20 minutos por tener todo vendido.
Es algo que me alucina de algunos negocios de Japón, cuando ya no les queda comida, cierran.

Hice cambio en Nippori desde la Yamanote y de ahí fui hasta Minami Senju, llegando a las 17:48 y 10 minutos más tarde al hotel. El trayecto desde Akihabara al hotel era de una media hora en total.

Dejé el paraguas en la recepción, en el paragüero, porque estaba chorreando. Estaba calada entera menos los pies, las zapatillas que me compré parecía que funcionaban. Fueron caras pero al menos eran realmente impermeables. Aunque no antideslizantes, como comprobareis en días posteriores.

Bajé a la cocina para hacer pasta y mientras charlé un rato con la familia por whatsapp.
A las 19:00 ya estaba cenando, pasta con pollo zanahoria y soja y el bun de curry sin gluten. Está muy bueno, pero un poco picante. Aún me quedaba el onigiri que compré el día anterior, pero como había comido arroz, no me apetecía, así que lo guardé.

 

A las 22:00 me puse a  planificar el día siguiente, pero no tenía muy claro qué ver con lluvia, ya que no soy muy amante de los centros comerciales y las compras.
Hasta se me apagó el pc en el proceso, de lo que tardé. El enchufe lo tenía lejos de la mesa y ni me di cuenta que me estaba quedando sin batería. Me apunté las cosas que quería ver en un mapa de papel para organizarme un poco, pero me acosté sin saber muy bien que iba a hacer.
Era festivo y no indicaba si los sitios iban a estar cerrados en Google maps. Estaba tan cansada y me dolía tanto la espalda, que no podía pensar con claridad.
A las 22:40 ya me estaba acostando, totalmente agotada.

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