miércoles, 30 de noviembre de 2016

Japón - Diario de viaje - Día 4 - Tokyo y Odaiba

Gyoen - Meiji - Shibuya - Odaiba


Como siempre nos despertamos prontito y nos duchamos sin problemas. Es lo bueno de que nos tocase justo en la planta en la que están las duchas.
Desayunamos lo acostumbrado y a las 9:25 salimos del hotel. En la vending machine de camino a la estación, mi hermana se compró un café con leche, pensando que era solo, con la incertidumbre de si tendría gluten se lo tomó con un poco de aprensión (algunos con leche pueden tener gluten), pero no le sentó mal, así que hubo suerte.
Algunas de estas latas tienen un diseño distinto al que estamos acostumbradas, son como más estrechas y se le quedaba siempre la marca de la anilla en la nariz. Además de que se quemaba un poco y tenía que esperar a tomárselo.

Fuimos en metro hasta Roppongi, donde hicimos trasbordo hacia Kokuritsukyogijo, esta vez de la compañía Toei, por lo que tuvimos que salir y volver a entrar (sin salir a la calle). Con el pase diario de metro no supone gasto extra que sí supondría pagando billetes sueltos o con las tarjetas PASMO o Suica.
En esta estación, como en muchas otras, había un sonido de pajaritos.
Llegamos a las 10:35 a nuestro destino. En cada salida hay un mapa con indicaciones para elegir la puerta de salida más cercana al punto que quieres ir, de igual modo te indica dónde está el ascensor o escaleras mecánicas. En esta ocasión, mi hermana decidió ir por una salida distinta a la del ascensor, porque supuestamente era la más cercana al parque, la A5, junto a la estación de tren de Sendagaya.
El resultado fue una salida con montones de escaleras, tantas que tuvimos que hacer una parada a la mitad. Buena manera de empezar el día.
Tenedlo en cuenta, ya que no es cuestión de agotarse nada más empezar el día, que hay que reservar energías para el resto del viaje.

Cuando salimos del hotel estaba nublado, pero al llegar a destino había salido el sol. Esos días habíamos comprobado que era algo habitual que amaneciera nublado y fuese aclarando según avanzaba el día.
Nos dirigimos hacia la Sendagaya gate, la entrada más cercana a los jardines japoneses del Shinjuku Gyoen.
Hay que pasar por debajo de las vías, está señalizado, por lo que no resulta difícil llegar.
En poco más de 5 minutos se llega a la entrada del parque. Nos encontramos un pequeño control a la entrada, en el que revisaban si llevábamos alcohol en las mochilas.
Este parque es de pago, por lo que hay que comprar un ticket en la taquilla o en las máquinas que hay. Tienen menú en inglés, por lo que no es complicado. La entrada cuesta 200¥, que hay que pasar por el lector del torno para poder entrar. A la salida las puertas se abren automáticamente, no hace falta el ticket.


miércoles, 23 de noviembre de 2016

Japón - Diario de viaje - Día 3 - Tokyo

Palacio Imperial - Tokyo Tower - Harajuku

Nos pusimos el despertador a las 7:30, aunque yo me desperté antes, pero como mi hermana necesita una hora para estirarse, más la hora de arreglarse… Al final salimos a las 9:45 hacia el Palacio Imperial.
Cogimos el metro de nuevo y me compré una botellita de agua en una vending machine por 100¥. Me la compré con dudas porque en la etiqueta tenía una flor y las había de varios colores. Por suerte sí que era agua.
Llegamos a las 10:30 a Takebashi Station y de ahí caminamos hasta el puente de acceso de Hirakawa-mon Gate, que está al norte del parque. Nuestro plan era ver los jardines de norte a sur para luego ir a la Tokyo Tower, al sur del Palacio.
Por la acera tenían como vallas de obras y al llegar al puente lo vimos totalmente vacío, solo había un par de guardias, por lo que dudamos si se podía entrar o no. Caminamos con cautela y al ver salir a una señora seguimos caminando y que fuera lo que fuese, si no se podía entrar ya nos lo harían saber. Pasamos sin problemas, ya que el acceso es gratuito y libre, pero como no había nadie, nos hizo dudar. Además, tras pasar la puerta, había como una valla y una taquilla, pero enseguida vimos el cartel avisando de que era gratuito. No éramos las únicas, los japoneses también se quedaban en la taquilla como mirando qué hacer.

martes, 15 de noviembre de 2016

Japón - Diario de viaje - Día 2 - Tokyo

Ueno - Ameyoko - Asakusa

Las cortinas no tapaban del todo la luz y a las 5:30 ya era de día, por lo que me desperté bastante temprano.
Ese día desayuné un poco de todo lo que había comprado y mi hermana se tomó el yogur con unas ciruelas pasas (traídas de casa) y zumo de frutas. Los desayunos sin gluten en Japón eran un poco pobres, la verdad.
A las 9:45 ya estábamos camino al parque de Ueno.

Activamos ese día nuestro pase de metro de 3 días. Con tan solo pasarlo por la ranura del torno de entrada ya se activa.
Cogimos la Hibiya line de metro hasta Ueno y al salir del ascensor nos encontramos en una especie de puente en medio de un cruce de calles. Tuvimos que hacer uso del google maps para ubicarnos, pero tampoco era muy difícil, ya que había que dirigirse hacia un trocito de verde que se veía entre edificios.


lunes, 7 de noviembre de 2016

Japón - Diario de viaje - Día 1 - vuelo a Tokyo

23 de marzo de 2016

Como ya comenté en anteriores entradas, nuestro vuelo Madrid-Tokyo era de código compartido ya que lo compramos con Lufthansa, pero el vuelo desde Múnich era de ANA. El problema es que a la hora de hacer el check-in, aún haciéndolo en el primer minuto en el que permitía, no había asientos libres para cambiar los pre asignados, solo uno a parte de los dos nuestros. Tras varios intentos, pude al menos cambiar uno de los asientos para que estuviésemos en la misma fila. Evidentemente, los nuestros eran de los peores, ambos centrales, ni pasillo ni ventanilla.
Al facturar volvimos a preguntar y nos comentaron que en ANA tenían unos cuantos asientos bloqueados pero que ellos no podían hacer nada, que preguntásemos en Múnich.

Teníamos el vuelo a las 15:10 destino Múnich, con una escala de unas dos horas, ya que llegábamos a las 17:45 y teníamos el siguiente vuelo a las 20:00.El primer avión era un A320-200, con un bloque de 3 asientos y otro de 2. Nos dieron una comida que no esperábamos, ya que no nos habían dado opción de alérgicos. Una lasaña de las congeladas. Por suerte ya habíamos comido en el aeropuerto, mientras esperábamos el embarque, aunque yo me la comí de todos modos.

Llegamos al aeropuerto de Munich un poco más tarde de lo programado, por lo que nos encaminamos directamente a la puerta de embarque del siguiente vuelo.
Nos hicieron dar una vuelta a toda la terminal e incluso cambiar de piso para pasar el control de pasaporte. Para los europeos estaba todo automatizado, por lo que teníamos que poner el pasaporte en una ranura, entrar y mirar hacia la cámara.

En la web de ANA había visto que ese vuelo utilizaba uno de los aviones de R2D2, pero no fue así. De hecho no vimos ni uno solo de estos en el aeropuerto, ni en Múnich ni en Haneda. Publicidad engañosa, con la ilusión que nos hacía volar en uno de los aviones de Star Wars.

Vimos a más personas con el mismo problema de asientos preasignados, pero a todos nos dijeron que no se podían cambiar porque estaba el vuelo lleno.
Que nos sirva de lección, nada de vuelos de código compartido. Mejor comprarlos directamente a la compañía con la que se hace el vuelo largo.

El vuelo salía a las 20:00 y la eficiencia a la hora de embarcar fue increíble. A pesar de ser un avión grande, entramos super rápido. El modelo era un B787 Dreamliner, bastante moderno y nuevo.