Viernes 15 de noviembre de 2019
Me
desperté a las 6:30 después de haberme acostado a las 12. Intenté
volver a dormirme pero no pude así que me levanté y me preparé para
salir.
Como la noche anterior no había podido ver las vistas de la
habitación, abrí la ventana y la mosquitera, que se atascaba un poco, y
resultó que mi ventana daba a las escaleras de emergencia. Había una
especie de puente justo en frente, que terminaba en tierra y escalones
en plan diques de contención hacia el monte. Como estaba en chanclas y
recién levantada, dejé la exploración para otro momento, no era plan de
accidentarme a primera hora.
Me duché y desayuné medio bizcocho de plátano que me quedaba, un muffin de manzana
(de los que compré en Nara) y un plátano.
Me puse a mirar los mapas y
folletos y vi una página con las alergias alimentarias para marcar la
que tienes y mostrarlo en los restaurantes.
Salí
a las 8:30 y me fui directamente al templo Daisho-in dónde estaban
preparando todo para el festival del fuego “Hi-watari-shiki”, que se
celebraba justo ese día.
Cuando organicé el viaje, vi que esas fechas
coincidían con este festival, del que no encontré mucha información,
pero que me pareció interesante y lo anoté para verlo bien. Este templo
además no lo vimos en nuestro anterior viaje, así que me venía de
perlas.