miércoles, 7 de diciembre de 2016

Japón - Diario de viaje - Día 5 - Museo Ghibli y Tokyo

Ghibli - Nakano - Tochomae

Nos levantamos un poco más tarde, ya que el museo Ghibli no abre hasta las 10 de la mañana y queríamos descansar un poco después de la caminata del día anterior.
A las 9:25 salimos del hotel, pero nos pasamos por el super junto a la estación de minami-senju para comprarnos unos onigiris para comer ese día, ya que no sabíamos si mi hermana encontraría algo sin gluten en esa zona de Tokyo y por no estar perdiendo tiempo. Como tenemos que estar mirando los ingredientes, tardamos un buen rato.
Los onigiris nos salvaron más de una comida y valen alrededor de 100¥ cada uno.


Cogimos el tren, ya que ese día empezaba nuestro periodo de uso del JRP. El camino era de alrededor de 1 hora hasta la estación de Mitaka, donde está el museo Ghibli.
Como era nuestro primer día de JRP, tuvimos que dejarle el pase al revisor, para que pudiese ponerle un sello con la fecha. A partir de ese día, teníamos que entrar siempre por la zona del revisor para poder enseñar el pase. Hay que hacer lo mismo al salir, recordar tenerlo a mano.




El billete del bus al museo cuesta 210¥, aunque hay un descuento si se compra ida y vuelta. En el caso de que se quiera este descuento, hay que sacar el ticket en una máquina que hay junto a la parada del bus. Pone un cartel en inglés que es solo para sacar el billete de i/v, si solo se quiere un viaje hay que pagar en el mismo bus.
Nosotras pagamos con monedas, aunque luego vimos que se podía pagar con la PASMO, porque queríamos volver caminando. El bus pasaba cada 10 minutos, si es que leímos bien el cartel, ya que estaba todo en japonés y quizá el que creímos que era de festivos era el de laborables, en este otro horario pasaba cada 20 minutos. El caso es que tuvimos que esperar hasta las 11 que llegó el bus y nos subimos. Mientras aprovechamos para hacernos una fotillo con el Totoro de la parada.
Esperaba que el bus estuviese ambientado, pero a parte de alguna imagen diminuta por ahí perdida, no tenía nada.

Llegamos en menos de 10 minutos y nos dimos una vueltecita alrededor del museo mientras mi hermana se fumaba un cigarrillo. Fuimos a la entrada de mentira, donde está Totoro en la taquilla para hacer algunas fotos, aunque los reflejos no dejaban ver mucho.
A las 11:20 nos dirigimos a la entrada, donde tenían puestas unas carpas de lona de colores.


Las entradas las habíamos comprado en JTB Londres, porque en Madrid, a pesar de tener el mismo calendario en la web, nos dijeron que no les quedaban más que una entrada para los días que podíamos ir. Menos mal que por el foro ya nos habían avisado que en los de España hacen cosas raras y que mirásemos en el JTB de Inglaterra. Hay que estar muy pendientes el primer día del mes, dentro de los cuatro meses anteriores al viaje, para no quedarse sin entradas.
No había gente esperando a entrar, así que entramos directas y enseñamos nuestro papelito a la chica de la entrada. No nos pidió documentación ni nada, y eso que la llevaba preparada como indicaba el papelito. Tampoco nos tenían que cambiar el papel que nos mandó JTB, simplemente entramos con eso.

 

Con la entrada nos dieron un marquito con 3 frames de una de las películas, aunque aún no sabemos de cual es, porque no nos sonaba la imagen de nada.
El museo es bastante pequeño, pero muy agradable de recorrer. Hay un hall principal, con un gran reloj con una torre a la que se puede subir. Un puentecito en la segunda planta que atraviesa el hall, varias salidas al exterior tanto arriba como más abajo y varias salas en las que perderse admirando desde reproducciones del estudio, bocetos, cinematógrafos y varios elementos interactivos donde se ve cómo se realizan las animaciones.
Hay cosas que están pensadas en los niños, como el gatobus gigante, donde solo se admiten niños, que pegan saltos y juegan tirándose pequeñas pelusitas, como un laberinto o ciertas cosas que estaban en tamaño mini.
Lo que más me gustó fue el zootropo del gatobús, en el que iluminan con las luces estroboscópicas para simular el movimiento y que luego apagan para que puedas apreciar las figuras estáticas en sus distintas fases de movimiento.


Cuando estábamos arriba, en el exterior, a eso de las 12, pudimos ver la cola que había a la entrada. Menos mal que esta vez no nos habíamos retrasado mucho en llegar, aunque sí fuimos más tarde de lo esperado, la verdad.
Sobre las 12:30 nos sentamos un ratillo en unas mesitas que tienen junto a la salida para comer algo. Había un puesto de perritos, demasiado caro, y una cafetería. Como mi hermana no podía comer nada de ahí, nos quedamos en las mesas de fuera y yo comí lo que había llevado.

Me comí un bollito ultra esponjoso de sakura con un relleno de crema super dulce y unas galletitas como de krispies de chocolate, fresa y choco con plátano. El bollo no me hizo mucha gracia, ya que era demasiado dulce y con un sabor muy artificial, pero las galletitas estaban ricas, salvo la de fresa, que de nuevo era muy artificial. No se porqué dicen que a los japoneses no les gustan las cosas muy dulces, porque muchas de las cosas que probé eran extremadamente empalagosas.


A las 13:20 salimos del museo y nos encaminamos al tren. la verdad es que no es complicado llegar, es todo recto y se tuerce justo donde hay una señal del museo.
Estaba el parque de la zona un poco feo porque le habían puesto unas vallas de lona verde, como las que había en Ueno, pero siempre es agradable caminar por sitios diferentes.
Junto a la parada del bus había una tienda de potis, así que nos paramos un ratillo para que mi hermana mirara y de ahí nos fuimos a la estación.
Antes de entrar, fuimos a recargar la pasmo con 1000¥ en las máquinas y así aprovechaba para cambiar un billete de 10.000¥. No fue complicado, aunque mi hermana tuvo un momento de pánico cuando le dió el recibo, porque tenía aspecto de ticket (de cartón duro) y pensó que había comprado algo sin saberlo. Tienen el menú en inglés, por lo que no es complicado. Aunque ponga suica, acepta también la pasmo.

A las 14:00 cogimos el tren hasta Nakano y llegamos a las 14:20. Salimos por la salida norte y justo ahí está la entrada a Nakano Broadway. En las imágenes me parecía más grande el lugar, pero es como cruzar una calle, está al lado de la estación.
Nakano Boradway es un centro comercial donde venden todo tipo de vídeo juegos, manga y animación. En teoría es más barato que Akihabara, porgue está menos masificado.
Antes de empezar a caminar por la callecita techada, nos paramos en una tiendita, justo en la esquina, con unos bollitos con relleno que ya habíamos visto en ameyoko y tras un rato de dudas, intentando descifrar de qué eran los rellenos, decidimos comprar uno. Cuando nos acercamos a la ventanilla nos dieron sin pedirlo un cartelito de los sabores en inglés, todo un detalle. Lo que creíamos que era manzana era patata dulce, como llaman allí a las batatas, por lo que pedí uno de ese sabor, ya que los otros no me convencían. Había de sakura, como no, pero tras haber probado el bollito de ese supuesto sabor, como que no tenía ninguna gana. Tampoco me apetecía de anko, ya que lo que había probado no me había gustado, demasiado dulce para mi gusto (después descubrí que el sabor del anko en bollos empaquetados no es igual al que venden en bollos recién hechos).
Estaba bastante bueno, aunque tenía demasiado relleno. El bollito (imagawayaki) es una especie de pancake, muy blandito y recién hecho, por lo que estaba calentito.


Nos encaminamos por la calle techada (hay muchas de este estilo por todo Japón), en la que había tiendas de todo tipo y restaurantes.
Hasta había una tienda de calcetines. Me había llevado pocos calcetines pensando que allí los habría muy monos y baratos, pero no, los feos tipo chino eran caros también. Cosas extrañas de Japón, lo que crees que será barato porque lo consumen mucho resulta no serlo, como el arroz, o en este caso los calcetines.
Miramos algún restaurante de sushi, pero con el tema del gluten era un lío y pasamos, ya que mi hermana tampoco tenía muchas ganas y llevaba onigiris.


Al final de la calle estaba la entrada a Nakano Boradway. Llegamos a las 14:40, dimos una pequeña vuelta pero decidimos salir a comer antes de seguir, porque ya eran las 15:00 y estábamos con bastante hambre.
No encontramos un sitio donde poder sentarnos, por lo que busqué en el google maps un parque, que es donde se puede comer sentado, aunque hacía un poco de fresquito y estaba medio nublado.
Había un parque a 400 metros, por lo que para allá que fuimos. Se llamaba Nakano Kuritsu Nakanoshikinomori Park. Tenía unas zonas acotadas con cuerdas, suponemos que para replantar césped, pero estaban los cerezos florecidos, por lo que nos pusimos a comer debajo de uno de ellos.
Aproveché para probar los chocolates que había comprado, creo que en el Daiso y eran maluchos, tipo los muñecos que se cuelgan en el árbol de Navidad. Unos de chocolate y otros con chocolate sabor fresa. En general todas las cosas con chocolate que probé eran de chocolate bastante malo.

A las 15:30 regresamos a Nakano Broadway. Por el camino pasamos al lado de varios coches que estaban parados en un sitio que no parecía aparcamiento, porque no estaba señalizado (de hecho vimos pocos aparcamientos en las calles), en el que los conductores estaban dormidos, incluso uno tenía la mascarilla de la cara puesta en los ojos a modo de antifaz. Para que luego digan que solo los españoles nos echamos siestas.
Empezamos a verlo desde la planta sótano, donde está la tienda de helados que te ponen una torre de bolas, pero como que el tiempo no acompañaba…
En el sótano es donde están las tiendas de comida y había puestos tipo mercado de barrio.
El aspecto del centro comercial es como descuidado, con un ambiente ochentero y un olor a rancio que tumba. Algunas tiendas estaban cerradas, con un cierre metálico, por lo que no ayudaba a mejorarlo. La verdad es que el ambiente de todo el centro era un poco casposo.


Buscaba alguna cosilla de animes como Full metal alchemist y no vi nada de nada. De Naruto vi unas figuras, antes de irnos a comer, pero tampoco eran nada fuera de lo común y pensaba encontrar más luego, pero no vi nada de nada.
Creo que el que busque cosas más antiguas, en plan retro, tendrá más suerte en este centro.
Pasamos por la zona donde compran los productos de la gente y los clasifican, todo a la vista, en plan rastro. Supongo que cualquiera puede venir aquí a vender sus cosas.

A las 16:25 ya estábamos cogiendo el tren camino al mirador gratuito del Tokyo Metropolitan Government, conocido como Tochomae. Nos bajamos en shinjuku a las 16:35 y caminamos bajo tierra, por un pasadizo interminable, hasta casi la entrada del edificio.
Hay una parada de metro que deja justo a la puerta, Tochomae station, pero como ya nos movíamos con el JRP no nos quedó más remedio que andar. Había algunos tramos con cinta mecánica, pero estaba como en obras, así que nos tocó andar la mayor parte del trayecto.


Salimos del túnel y andamos un trocito más hasta llegar a la plaza que da a la entrada al mirador, justo a la derecha según se entra.
Solo vimos cola para una de las entradas, así que suponemos que solo estaba abierto el mirador del sur y para allá que nos fuimos. La entrada está como debajo de los soportales, no está al aire libre. Si no te metes no ves la entrada.
Ya estaba atardeciendo, así que íbamos con un poco de prisa para poder verlo antes de anochecer. Llegamos a las 17:00 y nos pusimos en la cola.

Había un cartel que ponía que a partir de ahí eran 30 minutos de espera, pero en 5 minutos llegamos a otro cartel que ponía que quedaban 15 minutos.
En la entrada te miran las mochilas en un control de seguridad que hay justo antes de los ascensores. A las 17:20 ya estábamos colocadas para entrar en el ascensor. Habíamos esperado poco más de 20 minutos.
El piso del mirador es el 45 y la verdad es que no subía especialmente rápido.


Las vistas no son tan espectaculares como otros miradores de pago, pero al menos este es gratuito y es mejor que nada.
Colocamos el móvil para hacer un timelapse, pero mi hermana no quiso dejarlo solo porque decía que la gente se tiraba encima, así que me di una vuelta mientras iba anocheciendo para verlo desde varios puntos del mirador.
En el centro de esa planta hay una cafetería y en la entrada unas mesas con información turística de Japón, aunque ya lo habían recogido y apenas quedaban folletos.


A las 18:25 ya era totalmente de noche, por lo que nos fuimos al hotel. Entre la caminata hacia el tren y el trayecto de trenes, llegamos a Minami-senju a las 19:30.
Compramos algunas cosas en el super junto a la estación, llamado Santoku; un zumo de pomelo (porque el otro que había era de verduras), un paquete de pan bimbo (de unas 8 rebanadas), unos plátanos y un melon pan. 533¥ en total.
Nos hicimos la cena y cocinamos la comida del día siguiente para llevar en los bentos y nos acostamos no muy pronto.

Si te interesa ir al museo Ghibli, puedes ver toda la información de cómo comprar las entradas y cómo llegar en este enlace.


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