Londres 2015 - Transportes económicos

Photo by Cati Zamorano ©

Como ya comenté en la entrada anterior, el vuelo a Londres lo realizamos con Ryanair. Nos costó tan solo 45€ ida y vuelta, tasas incluidas, con llegada al eropuerto de Stansted.
Lo malo del vuelo es que, para que sea así de económico, es a primera hora de la mañana, lo que significa que tienes que estar allí antes de las 5:30 para evitar problemas. Hay que levantarse muy temprano.
Si tienes facilidad para dormirte, con un reposa cabezas inflable, te resultará mucho más sencillo. Yo lo intenté, pero al final no pude dormirme. No soy de fácil sueño, pero mi hermana habría ido dormida todo el viaje casi seguro, tal como hizo el año pasado.

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Con estos vuelos hay que recordar hacer el check-in online. No os olvidéis, ya que si lo hacéis en el aeropuerto os cobrarán por ello y puede que hasta sea más caro que lo que os ha costado el billete de avión.
Antes permitían hacerlo 15 días antes, pero ahora no dejan hasta 7 días antes de tu vuelo. Te permiten hacerlo antes solo si quieres pagar un poco más en zona preferente, pero como lo que pretendemos es que nos salga lo más económico posible, nos limitaremos a realizarlo 7 días antes y dejar que el sistema nos asigne los asientos, sin pagar 5€ más por la posibilidad de elegirlos nosotros.

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Con la ayuda de las páginas web de mapas de aviones que ya mencioné antes, comprobé la situación de nuestros asientos y lo que en principio parecía ser un lugar bastante engorroso, al final resultó ser todo un acierto.
Nos tocó atrás del todo. Lo malo es que está junto a los baños y el transito de pasajeros es un poco molesto. Lo bueno es que al no tener maleteros en esa parte y tener que utilizar los de los asientos delanteros, estos suelen ir normalmente vacíos, por lo que nos pudimos cambiar de sitio para no estar todos pegaditos e  ir más cómodas con un asiento vacío por medio.
Lo curioso fue que nos tocaron los mismos asientos en ambos vuelos.

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El primer problema lo tuvimos al llegar a Londres, e ir hasta la parada del Easybus, en la estación de autobuses del aeropuerto.
Allí solo había autobuses de National Express, cuando otros años había de varias compañías.
Un hombre del personal vino a decirnos que Easybus había dejado de operar ahí y que teníamos que ir a la taquilla de National Express.
Menos mal que había cogido el bus para casi dos horas después de la llegada (creo que se me olvidó tener en cuenta la diferencia horaria) y nos dirigimos a la parada casi una hora antes, por lo que no nos retrasó la llegada a la ciudad.
Tras unos momentos de confusión e incredulidad, nos dirigimos hacia allí y comprobé con el móvil que easybus seguía vendiendo billetes para ese mismo día.

Hicimos un rato de cola y nos dieron nuestros tickets de National Express hacia liverpool St. A más de un kilómetro de Old St. donde se suponía nos dejaría Easybus, que estaba al lado de nuestro hotel.
Le pregunté al dependiente por el viaje de vuelta y me contestó que no tenía ni idea, que solo se encargaban de este problema de manera puntual, que solo sabía que easybus ya no operaba allí y que ellos nos facilitaban el viaje a Londres. Evidentemente, sin coste alguno.

Aunque miré transportes alternativos para el regreso, por suerte al final pudimos coger el easybus sin problemas en Old St.
Por lo que he leído en la web inglesa (en la española no lo han actualizado), les retiraron el permiso de uso de la estación de autobuses del aeropuerto de Stansted, con un pre-aviso de solo dos días. Por lo que desde el 11 de octubre ahora Easybus hace su parada justo al salir de la terminal de llegadas, en el mismo nivel, en lugar de en la estación de autobuses que se encuentra en la planta inferior.

Sigo sin entender cómo no nos dijeron que el bus estaba en otra zona en lugar de meternos en uno de los buses de otra compañía. Todo resulta un tanto extraño.

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Los traslados con Easybus son los más baratos de todos, desde 2£ por trayecto. Aunque tiene limitaciones de espacio de equipaje, por lo que debéis leer bien las condiciones. Si habéis volado solo con equipaje de cabina, no tendréis problemas.
Son buses tipo furgoneta, y por los dos años que los he utilizado, son un poco anárquicos en cuanto a seguir los horarios. Si no queréis perder el vuelo, debéis cogerlo con varias horas de antelación. Nunca se sabe cuando estará lleno y cuanto tráfico habrá.
A mi me gusta llegar al aeropuerto al menos 2 o 3 horas antes por lo que pueda pasar. El año pasado nos dejaron tirados dos de estos buses y si no llega a ser por el tiempo extra...

El resto de compañías superan las 8£ por trayecto, pero son más fiables y permiten más equipaje. Todo depende de lo que queráis gastar y del tiempo que tengáis. 

Nosotras al final perdimos medio día con el regreso, pero también es verdad que por el problema de la ida, nos plantamos en la parada de Londres una hora antes de la que había reservado, para tener tiempo de coger un transporte alternativo en caso de ser necesario.

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Una vez en Londres, lo más económico es comprar una Oystercard, para poder movernos en bus, metro y trenes con total libertad. 

Con el lío del bus de la ida, y tener que comprarla con las maletas y todo el estrés acumulado, no grabé cómo hacer la compra y utilización de esta tarjeta, pero es bastante sencillo, ya que puedes elegir idioma en la máquina. Tan solo tienes que elegir la opción de comprar nueva tarjeta y cargarla con al menos 10£.
Por la tarjeta te cobran un depósito de 5£, y se puede recargar en tramos de 5£.  Se puede pagar en efectivo o con tarjeta.
En 2015 cambiaron las tarifas, por lo que el máximo que te van a cobrar al día, si la utilizas dentro de la zona 1 y 2, es de 6.40£ Todo lo que pase de esa cifra, por día, ya no te lo cobran.
Un viaje en autobús nos cuesta 1.50£, pero el metro vale 2.90£, así que con que hagamos 4 trayectos ya nos va a compensar.
Tras nuestro viaje a Londres, podemos devolver la tarjeta en una taquilla, donde nos devolverán no solo el deposito, sino el dinero que tengamos en ella. El saldo no caduca, por lo que podemos conservarla para próximos viajes.

Hay rutas de autobuses que recorren los puntos turísticos, como el 15, que va desde la Torre de Londres a la National Gallery, en Trafalgar square, y enlazar con otro como el 159, que nos llevará hasta Westminster.
Yo siempre prefiero el autobús al metro, ya que puedes ir viendo la ciudad y aunque haya tráfico, a veces el metro tarta más por los largos y complicados accesos que tiene. Es rara la estación que cuenta con escaleras mecánicas, y si las tiene, no será en todos los tramos.
Este año, el problema es que estaba toda la ciudad en obras y no solo había algunos accesos de metro cerrados, sino que algunos buses tenían rutas alternativas. El 15 por ejemplo, no se podía coger desde la Torre de Londres y la parada más cercana estaba a más de dos kilometros.
Si utilizáis el metro, coged un mapa, sobre todo para estar pendientes de las estaciones que tienen conexiones largas con otras estaciones. A veces estas son de kilómetros andando, subiendo y bajando escaleras por túneles eternos.

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Si no disponéis de mucho tiempo, es vuestro primer viaje a Londres o tenéis poca movilidad, podéis optar por una ruta de bus turístico, con audio guías en varios idiomas y varias paradas en las que bajar y subir cuando queráis.
Nosotras elegimos The Big Bus, tras comparar las críticas de todas las compañías y ver sus opciones adicionales. Es conveniente que lo compréis online, justo antes de realizar el viaje. Si viajáis entre octubre y febrero, ofrecen dos días por el precio de uno y además le bajan el precio entre 4-6£.
Esta compañía además incluye un crucero por el Támesis, operado por Citycruises y 3 rutas temáticas a pie, solo aptas para personas sin problemas de movilidad, ya que se camina bastante rápido.
Lo único a tener en cuenta es que esta ruta solo es de 9:00 a 17:00, dependiendo de la época del año, por lo que hay que organizarse bien. 
A nosotras nos faltaron horas y tiramos de oyster card incluso los días del tour.