lunes, 17 de abril de 2023

Japón 2023 - Diario de viaje - Día 1 - Vuelo a Narita (Tokio)

 

En esta ocasión viajé a Japón con Etihad, entre el 21 de febrero y el 8 de marzo, que al final se alargó hasta el 9 de marzo, por un retraso en el vuelo de regreso.

Fue la fecha más económica que encontré para volar a Japón, dentro de unos mínimos razonables, como no superar las 24 horas ni tener más de una escala. Había vuelos más económicos de más de 30 horas o con dos escalas, pero también había vuelos de menos de 22 horas, pero superaban los mil euros.
Me costó 600€, con un vuelo de ida de 19 horas, incluidas casi 3 horas de escala, y un vuelo de regreso de 24 horas, incluida una escala de casi 4 horas.

El vuelo salía a las 9:45 de la T4 del aeropuerto de Madrid Barajas. Me gusta estar unas 3 horas antes del vuelo, por lo que salí de casa a las 6 de la mañana. A las 7 llegamos y ya había cola en los mostradores de facturación que ya estaban abiertos.

Me atendieron bastante rápido. Me confirmaron el menú sin gluten y no supieron decirme si tendría lácteos. Me instaron a consultarlo al personal de vuelo una vez dentro del avión.
La maleta pesaba un poco más de lo que había visto en casa, pero aún así le faltaban unos 3 kilos para llegar al máximo de 20 que tenía. No llevaba maleta de mano, para ir más cómoda, sino una mochila. Como el máximo del equipaje de cabina es de 7 kilos, tampoco podía ser algo muy grande.
En teoría solo permiten un bulto en cabina, pero casi todo el mundo llevaba además un bolso, o bolsas, y no pusieron ningún problema.

A las 8 pasé los controles sin mayor incidencia y subí al tren lanzadera hasta la puerta de embarque asignada, que como no, estaba casi al final del todo. Aproveché el tiempo de espera del tren para comprar una botella de agua en una máquina. Menos mal que en barajas hay cintas mecánicas que aligeran el largo camino hasta la terminal, que aunque no me venía mal caminar, la mochila ya me estaba machacando la espalda.

A las 8:30 me encontraba en mi sala de embarque, junto al resto de pasajeros. Tenía pinta de que iba a estar el vuelo totalmente lleno, por la de gente que había allí y así fue.
A las 9 empezamos a embarcar, primero business y después los que teníamos asientos en la zona de cola. Siempre elijo en las filas finales, para estar más cerca de la zona de wc y de cocina, que es dónde se pueden estirar las piernas sin entorpecer a nadie. 

 

A las 9:15 estaba ya en mi asiento, comprobando que el espacio para las piernas era suficientemente amplio y lo que teníamos disponible. Una manta, una almohada y una bolsita con toallitas y sobres de desinfectante.
El avión era un boeing dreamliner serie 10, con sistema de entretenimiento a bordo con pocas opciones dobladas al castellano, algunas con audio latino y el resto con poco subtítulos. La verdad es que me pareció uno de los peores que he visto por la falta de opciones de idiomas. En otras compañías al menos tienes la opción de subtítulos en inglés en casi todas las películas.
Tenía un conector para usb, auriculares y enchufe.
Llevaba series y películas descargadas en Disney y Netflix, pero solo me funcionó lo de Netflix.

Pregunté nada más entrar por el menú, pero no me debió entender muy bien, porque se acercó luego a mi asiento diciendome que el menú era todo sin gluten y tuve que volver a explicarle que necesitaba saber los ingredientes para ver si tenía lácteos. Al rato se acercó a mi con un listado escrito de ingredientes y parecía que todo era sin lácteos, así que bien. Luego me trajo el envase de la comida para que pudiera comprobarlo y tenía los ingredientes puestos, por lo que no tendría problema, al menos en este vuelo.

En teoría el vuelo salía a las 9:45, pero anunciaron un problema con una de las puertas, que no se solucionó hasta pasadas las 10, por lo que salimos con retraso.

A las 10:45 empezaron a repartir bebidas, con la que nos dieron una bolsita de aperitivos que tuve que devolver, ya que el primer ingrediente era el trigo. Sobre las 11:15 me trajeron el menú sin gluten, antes de empezar a repartir el resto de menús. En este vuelo empezaban a repartir desde la mitad hacia la cola.

Consistía en un plato principal de pescado (dory fish) con arroz, aceitunas edamame y una salsa de tomate picante. Ensalada de lechuga, tomate, zanahoria y pepino, con aceite y vinagre. Un panecillo sin gluten, margarina y fruta (mandarina, kiwi y uva).
El pescado no me hizo mucha gracia, se parecía a la panga, con ese sabor a pescado a punto de ponerse malo. El pan lo guardé para luego, ya que la margarina no era vegetal y estaba duro para comerlo tal cual.

Sobre las 12:20 empezaron a recoger las comidas y se montó una gran cola para ir al wc, ya que apenas nos había dado tiempo a despegar y ya estaban dando las comidas.
Me pasé el vuelo viendo las pocas películas que había disponibles en castellano y cuando ya no sabía que poner me puse a ver las de Harry Potter, que al ser muchas tendría para el resto del viaje.

A las 14:50 repartieron un bocadillo de tortilla y a mi me trajeron una bandeja de fruta (naranja, fresas y mango). No me trajeron cubiertos, así que tuve que esperar un rato a que me trajeran algo con qué comerlo.

Tras 7 horas de vuelo, llegamos a Abu Dhabi alrededor de las 20:00, las 17:00 de España.
Me conecté a la wifi del aeropuerto y aunque había quitado el roaming y acceso a datos, me aparecía en pantalla el icono de roaming y me quedé con la duda de si me estarían activando datos en segundo plano, como me pasó en el primer viaje.

Salimos a una sala con pantallas, en las que no aparecía el siguiente vuelo, desde donde se accedía a un pasillo ancho a mano izquierda y unas escaleras de bajada a mano derecha, donde indicaba alguna puerta de embarque. No quedaba muy claro por dónde había que ir, no había señal indicando salida o tránsito, así que me dirigí a las escaleras, que era por dónde iba la mayoría de la gente.

Una vez pasadas esas escaleras, el atasco de gente era impresionante. Hacía bastante calor y la gente se iba quitando ropa en previsión a una larga espera. Me llevó alrededor de media hora pasar este control, en el que, a pesar de que en las pantallas te ponen el tema de separar los líquidos, me fijé que nadie sacaba nada de las mochilas y maletas. Pensaba tirar el agua pero decidí dejarla y si me la tiraban pues mala suerte. Terminé pasando con todo, agua incluida.

A las 20:45 llegué a mi sala de embarque, la 41, que estaba atiborrada de gente, pero aún así al ser bastante grande encontré donde sentarme. A las 21:10 empezaron a llamarnos para que fuésemos accediendo, primero los de business y después los que teníamos el billete con zona 3. 
Nos pidieron mostrar el QR de las vacunas antes de acceder y vi cómo paraban a parte a algunos que llevaban mochilas grandes o equipo fotográfico expuesto.
Tras pasar las puertas de acceso donde se mostraba el billete y pasaporte, salimos a la calle y nos subimos en un autobús. Nada más arrancar perdí la conexión wifi del aeropuerto y tardamos casi 15 minutos en llegar al avión. Me pareció un aeropuerto gigantesco, aunque estaba oscuro, ya ni se veía la terminal desde donde nos esperaba el avión.

Mi asiento estaba de nuevo en la zona de la cola, en los asientos centrales, en el lado izquierdo. 
Este avión era un Boeing 787-9 JET y el espacio de las piernas era demasiado justo y me rozaban las rodillas con el asiento de delante. El sistema de entretenimiento era exactamente igual que el anterior, con el mismo contenido.

A las 22:10 anunciaron el despegue y salimos a las 22:25. En el asiento central iba un chico bastante grande, que seguramente estaba más apretado que yo, pero no se levantó ni una sola vez en todo el viaje.
A las 22:45 ya nos estaban dando los menús especiales. El plato principal era pollo con limón y perejil, con judías verdes y arroz y una salsa que tenía como trocitos con textura de piña pero que no tenía sabor a nada en concreto. Ensalada de pepino, zanahoria, tomate y aceituna, con una rodaja de limón. De postre tenía sandía, piña y uva. Panecillo y margarina vegetal.

Estábamos pasando por turbulencias que duraron bastante tiempo, incluso cuando estábamos comiendo.
Atenuaron las luces durante la comida y después estuvimos unas horas con las luces a mínimo. Seguí viendo las películas de Harry Potter, me había quedado en la segunda en el primer vuelo, por lo que aún me quedaban unas cuantas. No pude dormir nada, aunque lo intenté, debí dormir unos 10 minutos solamente. Me dolían mucho las piernas y estaba incómoda.
A las 4:30 empezaron a moverse en la zona de cocina, aunque las luces seguían apagadas cuando empezaron a repartir los menús especiales. A las 5:09 me trajeron el menú sin gluten, con plato principal de pescado, que ni abrí, porque ya me llegaba el mismo olor que el que me trajeron en el otro vuelo. Un panecillo que me comí con la margarina. Una  ensalada de pepino, zanahoria, aceituna y limón y una barrita de dátiles.
No encendieron las luces ni un poquito y tuve que encender la luz del asiento para ver que me habían dado.
El menú general también era tipo comida y no tipo desayuno. Había gente que pedía café y les decían que después de la comida. Totalmente absurda la elección de comida.

Las ventanas estaban en modo opaco, ya que mucha gente estaba dormitando y no podía ver si amanecía. Salvo por una ventana que alguien tenía abierta, parecía que aún fuese de noche.
A las 6:50 el piloto nos indicó que se veía el Fuji por el lado derecho. Apenas había alguna ventana desde la que se veía el exterior, así que, aunque teníamos la señal de cinturones puestos, decidí levantarme, al ver que había gente haciendo cola para el wc.
Fui a la puerta trasera y desde ahí pude verlo. Nadie más se levantó ni parecía importarles, así que estuve sola disfrutando de la vista. No sabía cuánto iba a durar, así que grabé sólo con el móvil, por no perder tiempo buscando la cámara. Se veía bastante lejos y como no tengo zoom decente en el móvil, en la foto se ve más lejos aún, pero aún así fue espectacular verlo desde el aire.

 

Sobre las 7:27, hora de Abu Dhabi, aterrizamos en Tokio, eran las 12:27 en Tokio.
La llegada estaba programada para las 12:40 y llegamos en hora. A las 12:35 ya estábamos desembarcando. 
Había gente que había viajado sin mascarilla, sobre todo los japoneses, pero a la salida todos se la pusieron.
Nada más salir nos quedamos atascados en el túnel de acceso y nos dijeron que fuéramos preparando la pantalla de la vacunación. Me conecté a la wifi, porque aunque había instalado la sim antes de bajarme, no me funcionaba. La conexión se perdía de vez en cuando, así que preparé el archivo que había descargado de la visit Japan web, para ir más segura.
Había varios chicos en el camino comprobando la pantalla y al final había un lugar, a un lado, dónde llevaban a los que no tenían esta pantalla de vacunación.

Eran las 12:55 cuando pasé por las escaleras de Mario Bross, con el cartel de Welcome to Japan.
Seguimos caminando hasta la zona de inmigración. Como nunca había entrado a Japón desde Narita, no sabía dónde estaba cada cosa y cuando me quise dar cuenta estaba en la fila de inmigración. Tuve que retroceder un poco y preguntar dónde había papeleras, porque llevaba un bocadillo de lomo, que no había comido en el viaje, y no quería tener problemas al entrar carne de cerdo.
Regresé a la cola y no parecía ir muy rápido. Solo había una fila única para turistas, pero se notaba que los que llevaban QR pasaban más rápido que los que llegaban al agente con los papeles físicos.


No pasó ni media hora cuando me tocó mi turno. Presenté mi móvil con la pantalla en el QR de inmigración y el pasaporte. Te hacen quitarte la mascarilla para comprobar tu identidad y te toman las huellas dactilares. Si llevas el pasaporte en una funda, te tocará quitarla.
De allí llegamos a la zona donde se recogen las maletas. Las de nuestro vuelo ya estaban allí dando vueltas, así que nada más llegar localicé la mía y me dirigí hacia la salida.
Había varios agentes con perros pasando junto a todas las maletas y acercándose a la gente, pero pasé a su lado sin problemas.
Llegué a la zona de aduanas, que tenían cercada con carteles indicando lo que tenías que hacer. 
Hay que escanear el tercer QR, el de customs, en una máquina automática, donde también hay que escanear el pasaporte, confirmar el formulario que rellenaste, en la pantalla, y pasar a la zona donde están los agentes con unas puertas automáticas, por dónde te dicen que pases sin más controles. No vi a nadie revisando maletas.
A las 13:40 ya estaba fuera. Me había llevado una hora todo el proceso desde el aterrizaje.

Lo primero que hice fue sentarme a revisar la sim del móvil. Como nada funcionaba, ni reiniciando el móvil, quité la apn que había creado previamente, siguiendo las instrucciones de la sim. Reinicié el móvil y la creé de nuevo. Por fin conseguí que funcionase, así que debe ser que no permite llegar con la apn creada sin tener la sim aún colocada.
Lo siguiente fue como siempre, pasar por el wc antes de continuar los trámites. Apenas había gente en el aeropuerto, por lo que el wc estaba vacío, al igual que las oficinas de venta de billetes, tarjetas, coches, etc.


Caminé hacia la derecha buscando los cajeros y casas de cambio. No vi ninguna casa de cambio, solo máquinas, en las que comprobé que el cambio no era tan bueno como en el Ninja exchange, unos 2¥ menos por euro. No es mucha la diferencia tampoco, ya que si cambias 300€, te daban solo unos 600¥ más en el Ninja. 
Lo mejor es comprobar el cambio en el aeropuerto, y compararla con el cambio del Ninja, en su web. Así podéis ver si os compensa o no ir hasta Shinjuku para cambiar dinero.

Directamente fui a sacar dinero el cajero del 7 bank, que es el que siempre utilizo sin problemas y que no cobra comisiones. Comprobé el cambio en mi tarjeta Revolut y vi que era más o menos lo mismo que tenían en el Ninja.
No se si lo he comentado antes, pero cuando llegas a la pantalla en que debes seleccionar tu tipo de tarjeta (credit, saving, checkin), hay veces que no deja continuar si seleccionas cualquiera de estos, así que yo directamente le doy a skip y así nunca me da problemas.
El cambio en ese momento estaba a 1€ = 143,59¥, por lo que 20.000¥ fueron 139,29€.

 

También había una máquina de venta de tarjetas SIM, pero como veis, el precio es muy superior al que tienen las tarjetas sim de Japan experience (29€ la de 16 días, datos ilimitados). Aún así, es muy útil si habéis olvidado comprarlo. Eso sí, aseguraros de tener el móvil liberado, ya que de no ser así la tarjeta no va a funcionar.

De allí fui a la oficina de información turística, para comprar el pase de 72 horas de metro. Tuve que esperar un momentillo porque estaban atendiendo a una pareja. Había varias personas en el mostrador, pero se ve que solo una podía vender pases, porque me dijo que tenía que esperar para que me atendiese la misma persona que estaba ocupada.
Me quedé un momento confundida porque parecían estar cambiando el JRP. No me equivocaba, en esta oficina venden y activan el JRP. Lo indican en un cartel en el mostrador.
Si la oficina de JR está muy llena, pasaros por aquí, que seguramente esté más vacío.


A las 14:25 ya había terminado de hacer las gestiones de dinero y pase de metro, por lo que miré en Google Maps los trenes que había hasta Ueno.
Mi idea era ir en uno local, que cuesta menos de 1200¥, pero el próximo no salía hasta dentro de casi una hora y tenía que hacer un trasbordo. El Skyliner que salía en unos minutos llegaba una hora antes a Ueno, así que, aunque era el doble de precio (2570¥), decidí darme el "lujo" y viajar en ese, ya que estaba demasiado cansada.


Bajé unas escaleras hacia la estación y me dirigí al mostrador de Keisei. Pagué en efectivo y me dirigí al andén. Está todo muy bien señalizado, así que no hay pérdida.
El tren salía a las 14:39 y llegaba a Ueno a las 15:23. Cuando llegué al andén aún no se podía acceder, ya que estaban limpiando y dándole la vuelta a los asientos.
El check in del hotel era desde las 15:00, así que llegaría a una hora perfecta. No tendría que esperar.
Los asientos de este tren son todos con reserva. No iba muy lleno y el espacio para las maletas es amplio. Hay un maletero junto a las puertas, pero también hay espacio sobre los asientos y espacio de sobra delante de las piernas, en caso necesario. Diría que tienen más espacio del que hay en los shinkansen.


Salí de la estación del Keisei, en Ueno, a las 15:35, un poco desubicada, porque como no tenía intención de ir en ese tren, no había mirado ni dónde estaba la estación. El google maps estaba un poco loco, pero conseguí ubicarme buscado las vías elevadas del tren JR.
No compensaba coger el metro, ya que ahorraba solo 5 minutos y lo mismo me tenía que tragar escaleras, así que decidí ir andando hasta el hotel. Como solo llevaba una maleta, tampoco era tanto trastorno.
Llegué al hotel en unos 12 minutos. No me tocó esperar mucho para que me atendiera un chico muy simpático, con un inglés bastante decente. Cuando le iba a decir el apellido decidí sacar el pasaporte, porque no lo iba a entender. Pensaba que lo necesitaría igualmente, pero más tarde me pidió permiso dos veces para hacerle una copia. 
Me pregunto si me había quedado alguna vez en esta cadena de hoteles y tras decirle que no, me sacó unas copias con información y me fue comentando cada una de ellas paso a paso. Cómo entrar en las horas en que está cerrado, clave del wifi, servicios de limpieza, etc.
Había pedido previamente menaje para la cocina, se lo comenté y me sacó una hoja dónde debía marcar lo que quería. Más tarde me di cuenta que en las casillas tenía que poner el número y no marcarlas simplemente. Podía haber pedido más platos y no estar lavando cada rato para cocinar y comer. Pero ya lo se para la próxima. Es lo que tiene llegar sin dormir.
Pagué el hotel con la tarjeta N26, que es con la que había reservado. 63.600¥, 15 noches, que me cobraron al cambio 444,27€.


No tenía manos para subir el menaje y el chico me dijo que él me lo llevaba, pero le dije que no se preocupara, que bajaba de nuevo a por ello en un momento.
Dejé las cosas en la habitación y bajé a por los cacharros. Además de lo básico que había pedido, incluía un estropajo y jabón.
Cuando subí de nuevo vi que no tenía la placa de cocina portátil. Regresé al mostrador de recepción y el chico me dijo que estaba en un mueble de la habitación, bajo el fregadero. La verdad es que no se me ocurrió mirar en los muebles.
Lo primero que hice fue probarlo, porque al estar todo en japonés y no tener instrucciones, quería asegurarme de saber cómo funcionaba, antes de que cerrase recepción a las 6 de la tarde.
Me ayudé del google traductor y conseguí ponerlo en marcha y que calentase. Era como de plástico y me pareció de lo más extraño, pero mientras funcionase... 

Lo primero que hice fue salir a comprar. Había mirado algunos supermercados cercanos y decidí ir al que estaba más cerca, en el que según las reseñas era más grande que un conbini y tenían de todo.
Salí del hotel a las 17:11 hacia My Basket, que estaba a menos de 2 minutos andando.
Resultó ser un super muy pequeñito, por lo que no tenían ningún producto sin gluten, solo la sopa instantánea y por supuesto, los productos frescos.
Compré unos cuantos básicos en los que gasté 2.425¥


Llegué al hotel a las 17:40, coloqué todo en estanterías y la mini nevera y antes de salir a buscar lo que me faltaba, me comí el bocadillo de pollo que llevaba, que ya tenía bastante hambre. Aunque estaba con un poco de náuseas, no podía salir sin comer algo antes. Aproveché para cargar el móvil que lo tenía sin batería.
Salí del hotel a las 18:55 camino a Asakusa, así me daba una vuelta por el barrio y miraba en el Don Quijote por si encontraba algunas de las cosas que me faltaban. Como abre 24 horas, es un lugar ideal para compras a última hora de la tarde.
 
Fui caminando hasta Asakusa, di una vuelta por el Senso-ji, a esas horas ya vacío, y llegué al Donqui a las 19:30. Buscaba algo de fruta y barritas sin gluten, pero solo encontré una barrita de chocolate blanco.
En mi último viaje, en 2019, había una zona bastante grande de productos frescos, fruta y verdura, pero este año no había a penas nada.


Como estaba muy cansada, regresé al hotel y en el camino, llegando al hotel, sobre las 20:00, entré a un Lawson Store 100 donde encontré fresas por 538¥. No estaban muy baratas, pero tampoco caras, más o menos como en España.
Llegué al hotel a 20:10, como ya había comido algo, me di una ducha y me fui a dormir, sin ponerme despertador ni hacer planes para el día siguiente, para que no me amargara el jetlag. Tomé la melatonina por si ayudaba, pero al final me desperté a las 2:30, unas 4 horas de sueño, y ya no pude dormirme, por más que lo intenté. Terminé levantándome a las 6 ya desesperada de no pegar ojo, con dolor de ojos y cabeza.

Como se que hay muchos frikis de los supermercados, los productos y precios que tienen, os dejo foto y detalles a continuación.


Compras del día

My basket
  • 4 latas de atun 459¥
  • Espinacas 199¥
  • Bebida de almendra 129¥
  • Bebida de almendra sin azúcar 129¥
  • 2 zanahorias grandes 148¥
  • Brik de maíz dulce 128¥
  • Setas bunshimeji 98¥
  • Sopa de pollo sin gluten 138¥ (tiene lácteos)
  • Brotes de soja 27¥
  • Lomo de cerdo de EEUU 408¥ (30% descuento,123¥)
  • 3 plátanos orgánicos 198¥
  • 1 aguacate 150¥
  • 6 huevos morenos 149¥
Total: 2.425¥


Don Quijote
Barrita de chocolate blanco soyjoy 106¥

Lawson store 100
Paquete de fresas 538¥

No hay comentarios:

Publicar un comentario