domingo, 11 de agosto de 2024

Japón 2023 - Diario de viaje - Día 12 - Kawagoe

Domingo 5 de marzo de 2023

Me desperté a las 8:15 para estar a las 10 en Ikebukuro, pero como el desayuno sería más bien un almuerzo, desayuné algo después de ducharme y salí del hotel sobre las 9 de la mañana.
Fui andando hasta Ueno y me subí en la Yamanote, aprovechando el último día del JRP.
Llegué a Ikebukuro sobre las 9:45, pero como no sabía por cual de todas las salidas me esperaban, tuve que ir pidiendo indicaciones para poder salir por la salida correcta.
Al final conseguí salir por la que estaban esperándome, guiándome por la salida más cercana al Denny's.
Llegamos al Denny's a las 9:55 y tras indicar en la máquina de la entrada el número de personas que éramos, nos llevaron a una mesa.
En la carta tenían la ensalada que había visto en la web previamente, pero según parece, tienen menús diferentes en cada franja horaria y a hasta las 11 no se podía pedir la ensalada.
Como mi acompañante habla japonés, les explicó que no podía comer gluten, que solo podía comer eso de su menú, y tras ir a preguntar al encargado, accedieron a traerme ese plato. Se aseguraron de indicarme las salsas que tenían disponibles, para que eligiera una sin gluten. 


A las 10:20 ya estábamos comiendo, tras haber ido a por las bebidas a una máquina de la que te sirves tu mismo.
La salsa la traían en un recipiente a parte, así que si hay dudas siempre se puede no consumir.
He comprobado el menú en la web y este año los han cambiado y no está la ensalada. Creo que ahora, lo único sin gluten, es el menú de niños, bajo en alérgenos.
Estaba bastante bien y costaba menos de 1000¥, aunque como había traído contrabando de dulces de España, no me dejó pagar la comida, como agradecimiento.

A las 11:35 ya estaba esperando en el andén de la saikyo line, al tren rapid, que salía a las 11:40 hasta Omiya, donde tenía que hacer trasbordo en la línea Kawagoe line rapid, ambas de JR, utilizando el JRP.
Llegué a Kawagoe a las 12:45 y antes de salir, pasé por el wc, para iniciar la caminata hacia el centro turístico.
Nada más salir de la estación, fui por un camino elevado que pasaba por un centro comercial, hasta llegar a la calle principal, por la que se llega a todos los puntos más populares.
Es una calle comercial con todo tipo de comercios como tiendas de ropa, de videojuegos, supermercados, restaurantes... Incluso pude ver un karaoke, por lo que supongo que también tendrá vida nocturna.


De pronto empecé a escuchar una voz desde un megáfono, con una musiquita de fondo, que me resultaba familiar. En cuanto divisé la bandera militar japonesa y el tipo de furgoneta desde donde se lanzaban los gritos, giré por la primera calle que me crucé. 
Aunque tenía algunas cosas anotadas que quería ver, me puse el mapa de japonismo, ya que tampoco había planificado esta excursión y quería ver lo más importante.
La primera parada fue a las 13:00, en la tienda Kome Yamada-ya, una tienda tradicional especializada en arroz y otros granos. Desde fuera ni parece un comercio y si no estás pendiente puedes pensar que es una residencia privada.


Poco más allá, me desvié un poco de la calle principal, para ver el santuario Shusseinari. Un santuario súper pequeño, entre edificios, con un tori de piedra en la entrada, flanqueado por dos ginkgos enormes, que en ese momento estaban totalmente pelados.
La verdad es que si no es en otoño, este santuario pierde la gracia, porque es tan pequeñito que no tiene tampoco mucho para ver y el entorno es un poco feo.


Seguí caminando por la calle principal hasta llegar al santuario Kumano, a las 13:15.
En la entrada presencié un ritual que le estaban haciendo a un coche, con una vara larga con montones de tiras de papel blancos recortados en zig zag (shide).
Ya hablé sobre este artilugio en otra entrada del blog, pero es la primera vez que lo veía sobre objetos y no sobre gente.


Este santuario me pareció bastante curioso. Hay un cartel con ilustraciones de cada parte del santuario y sus ritos. 
En una fuente se puede lavar el dinero para atraer la fortuna. Hay un tiro de aros a diferentes puntos (según quisieras buena suerte en el amor, salud, trabajo...), y hasta un camino de diferentes piedras para caminar descalzo, que ni intenté, al ver las caras y grititos de dolor de la gente que estaba atravesándolo.


A la altura del templo Renkeji, por la callecita que giraba a la derecha, vi mucha gente parada comiendo y una pequeña cafetería llamada Ayanoka, donde vendían daifukus de fresa y dorayakis, a la que decidí entrar a comprar.
Me atendió una señora muy amable que no hablaba nada de inglés, pero simplemente señalando ya supo lo que quería. Me costó 400¥ y me lo entregó en una cápsula de plástico, con palito de madera para comerlo más cómodamente. Estaba muy rico y el precio era el habitual de este tipo de dulce.



Cuando me lo terminé de comer, me di cuenta que a 5 minutos andando, estaba la cafetería-restaurante sin gluten que tenía apuntada. No tenía intención de pararme a comer, pero quería ver qué tenían para llevar.
Llegué a las 13:40, tras caminar por unas calles totalmente vacías. 
El sitio se llama Cafe夢宇 y tiene página web. En ella indica que no todo es sin gluten, ya que utilizan salsa de soja en sus platos, por lo que se debe avisar en caso de ser celiaco.

 

Me entretuve un ratillo intentando traducir los carteles que tenían en la entrada, ya que estaban todos en japonés.
Vendían panes sin gluten y gofres sin gluten, lácteos y huevo, para llevar. Allí se podía comer dentro o en una terraza, en la que permiten entrar perritos.
Decidí comprar unos gofres para llevar, ya que apenas consumo pan estando en Japón.
Me atendió un señor mayor que me indicó que los gofres eran congelados. Tras confirmar que no importaba, compré 2 para llevar por 440¥. 
Pensaba comerlos al día siguiente, por lo que no había problema que se descongelaran por el camino.


Al regresar a la ruta, me salté uno de los templos del mapa, sin darme cuenta, y continué caminando por la calle principal, la zona más turística, con casas antiguas y montones de gente por todas partes.
La calle tenía atasco de coches y de gente. No se podía caminar por la acera del montón de colas que había en cada comercio. La gente estaba parada haciendo colas inmensas, mientras comían otras cosas, y los que intentábamos caminar, terminábamos caminando junto a los coches, porque de otra forma era imposible. 


Eran casi las 14:00 y aunque en teoría esta hora ya es tardía para comer en Japón, estaba todo a reventar de gente.
Al menos la calle Kanetsuki-dori es peatonal. Aquí es donde está el famoso campanario del periodo Edo, Toki no Kane. Aunque no es original, sino una reconstrucción, es bastante popular y hay mucha gente alrededor.
Pasando por debajo llegas a un pequeño santuario, aunque casi pasa desapercibido, al estar todo el mundo apelotonado esperando turno para hacerse fotos con la torre.


Tenía anotada una tienda muy famosa de patatas dulces, que es algo que es sin gluten, siempre que no vendan otros productos con gluten, pero tenía una cola gigantesca que daba la vuelta al edificio. Pensé ponerme, pero vi que avanzaba súper despacio y desistí.

 

Por la calle muchos llevaban a cuestas un pan enorme, llamado fu. Es un dulce típico de kawagoe, con forma de barra de pan muy larga y tostada, hecha con gluten de trigo cubierto de azúcar negro. Costaba 300¥ el más pequeño (que era enorme), así que el precio era bastante bueno para llevar como regalo.
Anduve un rato por callecitas con peces, nadando en canales en el borde de las aceras, y pequeños altares aquí y allá. Cuanto más me alejaba de la calle principal menos gente había.


Continúe el recorrido, caminando más de 15 minutos, hasta el Castle Hommaru Palace. 
Este recorrido carece de atractivo, ya que caminas por calles modernas sin mucho que ver, pero llegas a una zona de la ciudad en la que apenas hay turistas. 
De este castillo queda solo un trocito, el palacio de defensa interior, por lo que se puede ver de camino al siguiente punto.


Lo malo que tienen los mapas guardados de My Maps, es que no te muestra los puntos que tengas marcados en Google Maps y me perdí un punto más al norte, el Kawagoe Hikawa Shrine, que no estaba en la ruta de japonismo.
Muchas veces veo sitios chulos en Instagram o Youtube, que me anoto enseguida en el mismo Google maps, para no olvidarlo, pero si voy con el My maps, y no estoy atenta, me lo pierdo.


Eran las 3 de la tarde cuando llegué al santuario Miyoshino. El camino estaba flanqueado por unas banderolas rojas y algunos ciruelos en flor, que terminaban en el tori de piedra.
De fondo se escuchaba una música.
Cuando me acerqué a ver qué era, estaban haciendo algún tipo de representación con música en vivo y un hombre con máscara bailaba al son del tambor.
Había no más de 10 personas de público. Pude ver unos segundos desde fuera sin problema, aunque la entrada era de pago.


Mi siguiente punto estaba a menos de 10 minutos. El santuario Ukishimainari, estaba totalmente solitario y con apariencia de estar abandonado y de haber sufrido algún acto vandálico. No encotré otra explicación a que los zorros que flanqueaban el camino, estuvieran en jaulas metálicas.
No había absolutamente nadie, salvo un señor muy mayor, que estaba barriendo las hojas del camino de salida.
A las 15:20 llegué al templo Naritasan Kawagoe Betsuin Hongyoin. 
Lo primero que vi fue el muro que lo rodea, de pilares de piedra, con árboles en flor de tonos blancos y rosas justo detrás y una estatua en la esquina de Ofusa-sama, la imagen principal del templo.


Dentro hay un santuario y el edificio principal, al fondo del recinto, al que se accede subiendo unas grandes escaleras. 
Me quedé por la parte de la entrada, donde estaban los detalles más curiosos del templo.
La mitad del recinto era un aparcamiento y una zona de paso, algo que me pareció un poco extraño.


Al salir de este templo, caminé por una calle con farolillos de madera roja y una torre, que parece ser parte de un restaurante, pero que recordaba a la torre del reloj. Estaba prácticamente vacía, salvo por algunos japoneses que paseaban tranquilamente.


Esta calle da acceso al templo Kawagoe Kita-in, tesoro histórico y cultural de Kawagoe. 
Su sala principal, formó parte del Castillo Edo, con 540 estatuas de Rakan, una pagoda y jardines que son especialmente bonitos en otoño.
Entré por un camino con un pequeño bosque de bambú, que terminaba en la bonita pagoda.


Por la parte de atrás del edificio principal, se encuentran cinco tumbas pertenecientes a señores feudales que gobernaron Kawagoe durante los siglos XVIII y XIX. 
Muchos de estos espacios estaban cerrados, por lo que solo pude verlos desde fuera.


Había árboles en flor en algunos puntos y muy poquita gente, que hacían que el ambiente fuese tranquilo, ideal para pasear. 
Lamentablemente, ya estaba bastante cansada y me temo que no pude disfrutarlo como debería.
Quizá habría sido mejor idea venir aquí primero y hacer el recorrido en sentido contrario.
No creo que la calle de las tiendas estuviese peor por la tarde.



Algunas de las zonas que más llamaban la atención eran las más coloridas, como la estatua del Kunuki-Jizo, rodeada de banderolas de vivos colores.



La puerta de la campana Shoro-mon, era originalmente la puerta de acceso al santuario Senba Toshogu, que fue destruido en un incendio.
Alberga una campana de bronce de 1702, procedente del antiguo castillo de Kawagoe.


Faltaban 10 minutos para las 16:00 cuando llegué a los restos del templo Minami-in, que si no llego a estar buscándolo, siguiendo el mapa, ni lo veo, porque eran apenas unas pocas piedras y estatuas de poco más de un metro de altura, en un pequeño espacio entre viviendas.
Desde aquí me dirigí a la estación, callejeando entre casas donde no se veía un alma.

A las 16:26 ya estaba en el tren que me dejaría en Ikebukuro a las 17:20.
Pensaba dar una vuelta por este barrio, pero estaba tan cansada que no podía seguir caminando. Me costó levantarme para bajarme del tren cuando llegué, de lo que me dolía todo, y aún tenía que hacer algunas compras y preparar comidas.
Llegué a Ueno en la línea Yamanote, aprovechando las últimas horas de JRP.


Me entretuve un poco viendo el escaparate de una pastelería dentro de la estación, en la que los pastelitos más sencillos rondaban los 500¥ y salí a las 17:50 camino al hotel, pasando antes por el súper.
Llegué al súper sobre las 18:00. Necesitaba algo de pescado, zumos y huevos. Sobre todo huevos, que hacía varios días que no los vendían en ninguna parte.
Como imaginaba, no pude encontrar huevos, solo había unos pequeños, como de codorniz.
Estaban agotados en todas partes porque corrió el rumor de que iban a subir un montón de precio y la gente se volvió loca comprando.

Llegué al hotel a las 18:30, totalmente agotada y pensando dónde podría encontrar huevos. Lo comenté en el chat y me recomendaron mirar en el 7 eleven. Bajé a buscarlos y no había más que uno cocido en toda la estantería. Los necesitaba frescos para hacer los pancakes y tener algunos para las comidas.
Como ya estaba allí, compré una bolsa grande de patatas fritas por  213¥.
En estas patatas indica en los ingredientes lo que en todas las demás, que se elabora en un sitio donde trabajan con trigo, huevos, lácteos.., aunque en la web ponía que estaba libre de alérgenos. No se si lo hacen para curarse en salud por temas de alergias mortales o qué.
 
 

A las 19:30 me puse a cocinar la cena. Había comprado sashimi con descuento, que me salía mejor que el pescado normal, pero como así solo no me gusta, lo hice a la plancha con el repollo de acompañamiento y una ensalada completa.
Eran casi las 8 cuando me puse a cenar, mientras hacía un caldo de verduras y setas para las siguientes comidas.
Pensaba hacer los pancakes, pero como se me hizo tarde, me puse a traducir las instrucciones y me di cuenta que no hacían falta huevos. Y yo buscándolos por todas partes.
Tampoco habría tenido donde guardarlos. Tenía llena la mini nevera con el caldo en un cuenco, la verdura de la sopa en otro, un taper lleno de pasta y otro con el pollo con verduras. Además tenía los gofres para el desayuno del día siguiente.
Terminé acostándome sobre la 1 de la mañana, viendo el plan del día siguiente.
Iba a llover y no tenía muy claro donde ir.
No me puse despertador, por si podía descansar un poco más.

Compras del día



Maruetsu
  • Salmon ahumado 348¥
  • Sashimi de atún 398 20% descuento -80¥
  • Smoothie vitaminas 169¥
  • Smoothie melocotón y cereza 169¥
  • Bebida de almendra sin azúcar 119¥
  • Carne picada ternera 290¥
  • Fresas 398¥
  • Bolsa 5¥
Total 1960¥

Ayanoka, Kawagoe

  • Daifuku de fresa 400¥


Cafe夢宇 Kawagoe

  • 2 gofres 440¥
7 eleven 
  • Patatas fritas grandes 198¥ +15¥(8%) 213¥