Miércoles 27 de noviembre 2024
Me desperté las 6:30 y ya no conseguí volver a dormirme.
A las 7 me puse a trabajar un poco para corregir algunos presupuestos que había hecho mi hermana. Tras discutir un poco los tiempos de elaboración, terminamos llegando a un acuerdo y cambió algunas cosas. Ni que decir que finalmente tardó más de lo que me había asegurado que tardaría. Si me la conozco ya...
Me duché, recogí todo y desayuné un dorayaki con un zumo. Tenía también el donut, pero con esto ya me sentí llena y decidí guardarlo para más tarde.
Salí del hotel, dejando la maleta en recepción, para poder dar una vuelta antes de salir hacia el aeropuerto.
Pasaban ya las 9:30 y las calles estaban vacías. Sólo había movimiento de obreros y repartidores, pero no había más gente por la calle ni mucho ruido de coches.
Llegué a Dotombori donde había poca gente y la mayoría parecía que había pasado la noche de fiesta. Algunos turistas posaban frente al Glico, pero estaba todo como muy muerto.
En un cruce, vi a un señor caerse en redondo, junto a su pareja, que se le quedó mirando con cara de asco y que finalmente se decidió a ayudarle a levantarse sin muchas ganas.
Quería pasarme por un Daiso, pero aun estaban cerrados, asi que fui hasta el que vi abierto en Google.
De camino pasé por una tienda de recuerdos y estuve un rato mirando los ingredientes de los dulces típicos, pero no vi nada sin gluten. Lo bueno es que en esta tienda encontré un llavero de Kakashi con un tori. Me costó 660¥ que pagué con efectivo.
La tienda se llama Saidaore, la que tiene un muñeco en la entrada que se parece a dónde está Wally.
La tienda se llama Saidaore, la que tiene un muñeco en la entrada que se parece a dónde está Wally.
Pasé por el templo Hozen-ji. Un templo pequeñito en medio de las casas, en el que había algunas personas dejando sus donativos.
Finalmente llegué al Daiso, donde encontré un temporizador con cara de tigre. Antes estos temporizadores los vendían en todos los Diaso, en varios modelos, pero después de la pandemia dejaron de venderlos y este año encontré solo dos modelos en dos tiendas diferentes.
También compré una tira para los párpados, que me encargó mi madre. En teoría sirven para crear el doble párpado, pero también para levantar los párpados caídos, pero para esto segundo no funciona ni de casualidad. Probé las dos cosas que le traje y es una pérdida de tiempo y dinero. Menos mal que cada cosa costaba menos de 1€.
Me gasté 440¥ (2,76€) en 4 cosas.
Quería ir caminando hasta Shinsekai, para ir viendo los diferentes barrios. Así además ayudaba a estar más cansada para afrontar todas las horas de vuelo que tenía por delante.
También compré una tira para los párpados, que me encargó mi madre. En teoría sirven para crear el doble párpado, pero también para levantar los párpados caídos, pero para esto segundo no funciona ni de casualidad. Probé las dos cosas que le traje y es una pérdida de tiempo y dinero. Menos mal que cada cosa costaba menos de 1€.
Me gasté 440¥ (2,76€) en 4 cosas.
Quería ir caminando hasta Shinsekai, para ir viendo los diferentes barrios. Así además ayudaba a estar más cansada para afrontar todas las horas de vuelo que tenía por delante.
Pasé por una tienda de daifukus, pero me parecieron carísimos y me resistí a comprar uno. Costaban 500¥. Incluso más caros en que Kioto.
Pasando por Dendentown vi un droguería de barrio, donde encontré la última cosa que me faltaba, una loción antiarrugas y prevención de manchas de la marca Sana, que me costó 1078¥.
Sobre las 11 llegué al primer cartel luminoso de Shinsekai, sobre la entrada del metro.
Es una calle peatonal con comercios a ambos lados, pero que en ese momento estaba casi todo cerrado.
Vi una tienda de gashapones raros en la que entré a cotillear y pasé por tiendas de juegos retro, en las que ya había algún turista jugando.
Atravesé la torre Tsutenkaku y caminé hacia el sur, por las calles comerciales, que en ese momento ya tenían bastantes turistas.
Nunca me había parado a mirar el mural que hay en el techo de la base de la torre, con pavos reales super coloridos.
Pasé por una tienda de recuerdos que estaba llenísima de gente. Entré a cotillear y al ver unas gorras se me ocurrió buscar una para un regalo. La quería más sencilla, ya que estas era de todos los colores, por lo que fui mirando en las tiendas que me crucé desde ahí.
Pasé por una tienda que tenía una gorra gris, pero estaba como desgastada y era demasiado juvenil. También tenían una camiseta super chula, pero justo esa tenía el dibujo en la espalda y no en el frontal. Llevo años queriendo comprarme una camiseta de Japón pero me parecen todas muy horteras, con demasiados colores.
Como eran casi las 12, regresé sobre mis pasos hacia el hotel.
De casualidad pasé por una tienda de bolsos y sombreros, nada turística, donde vi una gorra negra que me gustó y la compré para el regalo que necesitaba. Me costó 2420¥ (15,20€) que pagué con tarjeta.
Llegue al hotel casi a las 12:50, pero pasé antes por el 7Eleven que había antes de torcer por la calle del hotel, a comprar algo para la comida. No quería perder tiempo comiendo en un restaurante, así que pensaba hacerlo en el aeropuerto.
Compré unos onigiris, de salmón y de ciruela, y una bolsita de manzana cortada, que me costaron 501¥.
Cuando recogí la maleta, intenté reorganizar la mochila, pero como había muy poco espacio en recepción, lo dejé por imposible y salí directa hacia la estación de Namba.
Me costó un poco ir con la maleta por las calles con tantos socavones y eso que estaba cerca.
Llegué a las 13:07 y me tocó esperar hasta las 13:22 que saliera el tren hacia el aeropuerto.
En la entrada tienen paneles con las horas de salida y las vías, por lo que no hay pérdida.
Elegí ir en la Nankai electric railway, porque era la que menos tardaba desde ahí y era la más barata. Me costó 970¥ con la pasmo y me dejó en el aeropuerto de Kansai a las 14:11.
En la entrada tienen paneles con las horas de salida y las vías, por lo que no hay pérdida.
Elegí ir en la Nankai electric railway, porque era la que menos tardaba desde ahí y era la más barata. Me costó 970¥ con la pasmo y me dejó en el aeropuerto de Kansai a las 14:11.
El tren era tipo metro, con asientos de espaldas a las ventanas. Cuando me senté aún había mucho espacio, por lo que pude sentarme y reorganizar un poco la mochila, para meter las compras en la maleta y poner la tablet en la mochila. Aún me quedaba espacio en la maleta por si veía alguna cosa en el aeropuerto.
Cuando salimos, el tren ya estaba bastante lleno, la mayoría eran asiáticos que viajaban con montones de bolsas de tax free. No entendía muy bien cómo iban a facturar todas esas bolsas.
Lo primero que hice nada más llegar fue ir a mi mostrador del check in, para ver dónde estaba. No pensaba ponerme ya a esperar, pero como vi muchísima cola decidí quedarme.
Era un poco confuso, porque la cola era estrecha y hacía muchas curvas y no diferenciaba entre el acceso normal o prioritaria, así que hice caso a una asistente que me indicó dónde ponerme y me quedé ahí esperando, en una cola que no parecía avanzar nunca.
Vi que estaban pesando el equipaje de mano y poniendo problemas a los que superaban los 7 kilos, así que saqué mi peso portátil y pesé mi mochila, que se pasaba por un poco. Lo solucioné sacando la batería externa y guardándola en el bolsillo.
Un señor que tenía delante me vio y me pidió el peso para hacer él lo mismo.
Un señor que tenía delante me vio y me pidió el peso para hacer él lo mismo.
Detrás de mí había unos españoles, a los que también les dejé el peso para que mirasen sus maletas porque llevaban equipaje de más y tenían que reorganizarlo.
Siempre llevo conmigo un peso portátil que no ocupa ni pesa apenas nada. Así puedo comprobar que todo está bien y poder reclamar en caso de que me quieran cobrar un extra.
Siempre llevo conmigo un peso portátil que no ocupa ni pesa apenas nada. Así puedo comprobar que todo está bien y poder reclamar en caso de que me quieran cobrar un extra.
Hice el checkin sin problemas y fui directa a los controles por si también había cola.
Como ya no tenía la maleta, tampoco podía hacer más compras y llevaba la mochila al límite.
Lo malo de Etihad es que solo permite un bulto de mano, por lo que no se puede llevar mochila y maleta.
Eran ya casi las 15:30 cuando caminaba en busca de mi puerta de embarque. Había muchísima gente por todas partes. La diferencia con la cantidad de gente que había en 2019 era tremenda.
Las señales me llevaron hasta un tren lanzadera, así que supuse que la puerta 8 estaba bastante lejos.
No tardé en llegar ni 5 minutos.
Como aún quedaba un buen rato para el embarque, fui a buscar un sitio más tranquilo para comer, porque aquello estaba lleno de gente.
Como ya no tenía la maleta, tampoco podía hacer más compras y llevaba la mochila al límite.
Lo malo de Etihad es que solo permite un bulto de mano, por lo que no se puede llevar mochila y maleta.
Eran ya casi las 15:30 cuando caminaba en busca de mi puerta de embarque. Había muchísima gente por todas partes. La diferencia con la cantidad de gente que había en 2019 era tremenda.
Las señales me llevaron hasta un tren lanzadera, así que supuse que la puerta 8 estaba bastante lejos.
No tardé en llegar ni 5 minutos.
Como aún quedaba un buen rato para el embarque, fui a buscar un sitio más tranquilo para comer, porque aquello estaba lleno de gente.
Junto a los baños vi una máquina de agua fría y otra caliente y encontré un sitio con vistas a la pista, donde no había mucha gente. Me senté a comer el onigiri de salmón del 7Eleven, la manzana cortada y un trozo del donut. Estaba un poco duro, normal, ya que lo había descongelado el día anterior, pero estaba bastante bueno.
De regreso a mi puerta vi un Family mart, super pequeñito, en el que había bastante cola y se dificultaba mirar los ingredientes con todos parados en medio de los estantes. Compré una botella de agua y un onigiri de salmón, que me costaron 301¥.
Me gusta ir con comida extra por lo que pueda pasar, nunca se sabe cuando se les puede olvidar el menú sin gluten, si se retrasa el vuelo de conexión o cualquier otro problema inesperado.
El vuelo salía a las 17:25 y ponía que el embarque empezaba a las 16:40, pero ya eran casi las 5 de la tarde y no había ningún movimiento. Había pasajeros que se acercaban a preguntar y les decían que no hicieran cola, que esperasen sentados. Pero no había asientos, ya que estaba todo a tope de gente.
Estaba hablando con los españoles, que estaban igual de confusos, cuando empezaron a llamar a los pasajeros mediante carteles con las filas, empezando por las últimas. Como en esta ocasión mi asiento estaba por delante del avión, me tocó esperar un poco más.
Por una vez, esta posición de asiento me salvó de una buena, ya que me facilitó la salida en la escala.
Ya estaba anocheciendo cuando entré al avión, a las 17:10.
Tenía un montón de espacio para las piernas. Como suelo sentarme en el final del avión y estaba en las primeras filas, no sabía si es que ahí hay siempre más espacio, pero no me iba a quejar.
Cuando ya estábamos moviéndonos por la pista, pasada la hora de la salida del vuelo, nos dijeron que el vuelo iba a tener un retraso, porque faltaba no sé qué del agua. No me quedó claro si hablaban del agua del avión o para los pasajeros, el caso es que tenían que regresar y eso nos haría salir tarde.
A las 18:20 aún seguíamos parados y nos dijeron que tenían que repostar de nuevo y por fin nos dejaron levantarnos para ir al baño. No habíamos salido aún y ya me estaba doliendo el culo de estar sentada.
A las 18:20 aún seguíamos parados y nos dijeron que tenían que repostar de nuevo y por fin nos dejaron levantarnos para ir al baño. No habíamos salido aún y ya me estaba doliendo el culo de estar sentada.
Terminamos saliendo a las 19:35 y despegando a las 20:00. Estaba de los nervios pensando que no llegaríamos ni de broma al siguiente vuelo, ya que la escala era de poco más de 2 horas.
Escuché a alguien preguntarle a la asistente sobre las conexiones, a lo que le contestó que si no llegábamos a tiempo, nos tendrían que recolocar en los siguientes vuelos.
Les iba contando todo a la familia por el WhatsApp. Teníamos conexión de mensajería, por lo que pude tenerles informados.
Les iba contando todo a la familia por el WhatsApp. Teníamos conexión de mensajería, por lo que pude tenerles informados.
A las 20:30 nos trajeron la primera comida. Como siempre mi menú llegó de los primeros.
Era pescado con tomate, zanahorias y judías verdes. Una ensalada sin aliño con lechuga, pepino, pimiento rojo y tomate, y de postre piña, naranja, melón y un plátano. Estaba más bueno de lo normal, se notaba que lo habían hecho en Japón.
Estaba de los nervios por la conexión, por lo que aunque lo intenté, no conseguí dormirme hasta la 1 de la mañana y tuve pesadillas sobre vuelos retrasados hasta que me despertaron, tocándome el brazo, a las 4 de la mañana, para darme la comida. No caí en buscar el modo de hacer que no me despertaran y ya veía difícil poder volver a conciliar el sueño.
Era salmón con arroz, zanahorias y brócoli, ensalada de lechuga, pimiento verde, cebolla y tomate, uvas y plátano. Me comí solo las uvas y picotee el salmón porque estaba medio dormida y no me apetecía nada, pero tampoco quería dejarlo todo por si me tocaba estar muchas horas esperando el siguiente vuelo.
Me puse a ver el Señor de los anillos, para relajarme un poco y no sé cómo fue posible, pero aterrizamos sobre las 6:25 hora de Japón, con una hora para el siguiente vuelo. Supongo que el piloto le metió el turbo o ni idea, porque habíamos salido casi 3 horas más tarde de la hora programada.
El avión atravesó toda la pista hasta la otra punta del aeropuerto, quedándose en la última puerta de todas. No me lo podía creer y solté un "joder, nos deja en la otra punta del aeropuerto". A lo que el chico que tenía al lado me preguntó si también tenía un vuelo de conexión a Barcelona. El suyo era unos 5 minutos antes que el mío, así que también estaba ya nervioso por salir.
Nos pusimos de pie en cuanto se paró, mientras teníamos una charla ligera, a la espera de que abrieran las puertas. Jugaba al fútbol en Japón y regresaba de vacaciones.
Por suerte estábamos en las primeras filas y en cuanto abrieron las puertas salimos pitando hacia la conexión. Intenté correr un poco, pero se me iba a salir el pulmón por la boca, así que caminé en plan marcha, adelantando a todo el mundo y aprovechando las cintas mecánicas cuando las había, para acelerar el paso.
Por suerte estábamos en las primeras filas y en cuanto abrieron las puertas salimos pitando hacia la conexión. Intenté correr un poco, pero se me iba a salir el pulmón por la boca, así que caminé en plan marcha, adelantando a todo el mundo y aprovechando las cintas mecánicas cuando las había, para acelerar el paso.
Atravesamos medio aeropuerto y llegamos al control, que por suerte estaba completamente vacío y pasamos rápidamente.
Seguí corriendo hacia mi puerta de embarque, que parecía estar en el otro lado del aeropuerto, de lo lejos que estaba. Hasta se terminaron las cintas transportadoras y me tocó acelerar el paso en el último tramo.
Llegué a mi puerta de embarque a las 7:00 de la mañana, hora de Japón. Eran las 2 de la mañana en Abu Dhabi y supuestamente el embarque había empezado a la 1:35.
Estaba sudando como un pollo de la carrera que me había dado. No se si se había retrasado el embarque, pero había bastante gente entrando en ese momento. Mientras entrábamos, mandé un mensaje a la familia para que supieran que había llegado a mi vuelo y se quedaran tranquilos.
En unos 15 minutos ya estaba en mi asiento, el 44D, en la fila central de la parte trasera del avión. Aunque no tenía tanto espacio como en el vuelo anterior, tenía más espacio del habitual.
En unos 15 minutos ya estaba en mi asiento, el 44D, en la fila central de la parte trasera del avión. Aunque no tenía tanto espacio como en el vuelo anterior, tenía más espacio del habitual.
Eran las 2:50 (23:50 en España) cuando pude volver a conectarme al wifi tras el despegue. Les conté todas las vicisitudes para que se fueran a dormir tranquilos y me puse la continuación del Señor de los anillos.
Al ratillo pasaron repartiendo galletas oreos a algunos, patatas fritas a otros. Cuando llegaron a mi asiento solo les quedaban oreos y al decirle que no podía comerlas, porque tienen gluten, me dice que va a mirar por si les quedan patatas, que esas sí eran sin gluten.
Empecé a tener frío y como mi asiento no tenía manta, tuve que pedir una. Estuve un rato un poco congelada porque tardaron una media hora en traerme las dos cosas. Al menos pude comer las patatas.
Empecé a tener frío y como mi asiento no tenía manta, tuve que pedir una. Estuve un rato un poco congelada porque tardaron una media hora en traerme las dos cosas. Al menos pude comer las patatas.
Intenté dormir un poco, pero la gente estaba demasiado activa y no dormí ni media hora.
A las 15:33 de Japón desembarcamos, sin poder poner el horario español porque se me había olvidado la tarjeta sim en la maleta.
Ya en la terminal pude conectarme a la wifi y comprobé con el smart tag que mi maleta ya estaba en Barajas. Es algo que me había estado preocupando por el retraso del vuelo.
Cuando fui a recoger la maleta, vi una que pensé que era la mía, pero le faltaba una etiqueta azul y pensé que igual me había equivocado de maleta y volví a soltarla. Pero era tan imposible que hubiera otra maleta igual, con la misma funda y cinta, que regresé a cogerla y la abrí para comprobar que era la mía y no me estuviera llevando la de otra persona. Ciertamente era mi maleta, pero se me hizo raro que le faltara esa etiqueta.
Ya me estaban esperando fuera y nos fuimos directos a casa, pasando antes a recoger el coche que por su puesto, estaba en el último bloque de aparcamientos.
Ya me estaban esperando fuera y nos fuimos directos a casa, pasando antes a recoger el coche que por su puesto, estaba en el último bloque de aparcamientos.
Llegué a casa a las 9 de la mañana y me fui directa a la cama, ya cambiaría las sábanas al día siguiente, porque me tenía que levantar a las 2 de la tarde para comer e irme a trabajar.
Compras del día
Saidaore
- Llavero Kakashi con tori 660¥
Daiso
- Temporizador tigre
- Tira párpados x2
- Adhesivo párpados
Daikokudrug
- Loción para arrugas y prevención manchas SANA 1078¥ (6,76€)
Jiyagakabanten
- Gorra Tokio 2420¥ (15,20€)
7 eleven
- Manzana cortada 178¥
- Onigiri ciruela 128¥
- Onigiri salmón 175¥
Family mart
- Botella de agua 108¥
- Onigiri salmón 180¥
- Bolsa 3¥