domingo, 27 de julio de 2025

Japón 2024 - Diario de viaje - Día 11 - Kokura y Gundam de Fukuoka

 


Lunes 25 de noviembre 2024

Me desperté con mucho picor en las corvas y ya no pude dormirme. A las 7 me levanté para poner la calefacción porque hacía mucho frío, aunque había amanecido soleado. 
Tenía la piel detrás de la rodilla super roja y me encontraba regular. Seguía con dolores.

Decidí ir a algo que estuviera cerca, por si tenía que devolverme, ya que tenía bastante dolor de espalda y sentía las piernas raras.
Las características del apartamento tampoco ayudaban, ya que el sillón era muy incómodo. Era como sentarse en una tabla. Aunque me hice un cojín con el abrigo, para tener la espalda más recogida, no estaba realmente cómoda.

Iba a ir a ver el castillo de Kokura, que estaba a 15 minutos en shinkansen. Lo había conocido por unas stories del festival de linternas de bambú que había en otoño, que por desgracia era antes de mi viaje, pero me había parecido bonito y ya que lo tenía cerca, me lo anoté por si se daba la oportunidad de verlo.

Llegué a la estación antes de las 10 de la mañana, justo cuando salía el tren, que vi irse porque estaba en la otra punta del andén y no me dio tiempo a llegar. Como el siguiente pasaba en 15 minutos, por el mismo andén, me quedé esperando allí mismo.

Me subí a un Nozomi, en uno de los coches sin reserva. Pude sentarme en ventanilla y mientras, fui mirando los horarios del tren para el día siguiente, hasta Himeji, porque quería hacer reserva para asegurar un asiento donde poder llevar la maleta sin problemas.


Salí de la estación de Kokura a las 10:30, cruzando la calle por una plataforma elevada, desde la que bajé por unas escaleras mecánicas hasta el inicio de un shotengai, una calle comercial techada, que estaba medio vacía a esas horas porque estaba casi todo cerrado.

Pasé por un Matsumoto Kiyoshi, donde me compré una soyjoy de plátano por 135¥. 
Atravesando toda la calle llegué hasta el río y crucé un puente, siguiendo las indicaciones de Google Maps.
En el paseo del río había un mercadillo navideño, cerrado en ese momento, que tapaba la señal del castillo y que me dejó un poco confusa cuando vi que me había pasado el acceso. Tuve que retroceder para encontrarlo, por un pequeño camino con sombrillas a los lados. Había música de estilo tradicional de fondo.


Llegué por la calle que hay junto a los jardines, encontrándome de frente el tori de acceso al castillo.
Lo atravesé y di la vuelta al castillo hasta encontrar la puerta, que estaba justo en el lado opuesto al tori. Apenas había nadie en los terrenos.


En la entrada había un cartel con los precios. 350¥ la entrada y 560¥ con los jardines. Compré el de los jardines también, ya que no era muy caro.


En la taquilla había un poco de cola. La taquillera me dijo algo de que les siguiera en Instagram y me daban un regalo, lo hice y me dieron una tarjeta del castillo, un regalo un tanto extraño.


Nada más entrar había unas maquetas representando varias épocas del castillo y una sala en la que proyectaban un documental de la historia del castillo. Tenía subtítulos en varios idiomas, incluido inglés, así que me quedé a verlo entero y me pareció que estaba muy interesante.


Tras esto, llegué a una sala en la que te recibía la mascota, una especie de tigre samurai, donde había montones de cosas interactivas, traducidas al inglés, por lo que pude leerlo todo sin problema.


Había una pantalla donde te proyectaba un kimono encima de tu propia ropa, unos caballos que se movían a la vez que tirabas a una diana con el arco, una especie de palanquín llamado sankin-kotai donde se subían los señores feudales, en el que podías entrar y experimentar el movimiento. Una sala donde poder vestirte, con complementos y armas. Una balanza que podías mover para experimentar el peso de las piedras con las que se construyó el castillo. Montones de gráficos con explicaciones en varios idiomas. 
Uno de los paneles tenía las ilustraciones de varios castillos, con su tamaño por orden de altura. El de Osaka es el más alto, seguido por el de Nagoya.


Me impresionó bastante lo bien que lo tienen montado, sobre todo si comparas con otros castillos más turísticos como el de Kumamoto, en el que ni tienen las cosas traducidas.

En el siguiente piso había una maqueta del castillo. En la pared había unos paneles ocultos para jugar a un preguntas y respuestas, rollos de los elementos en los que podías pasar la mano para que te mostrase un texto en la pantalla, con traducción en inglés incluida.
Había gente pero no era agobiante y se podía ver todo con tranquilidad.


En otro piso, había una representación de una cortesana con audio y proyecciones al fondo.
Y por último, el mirador, que tenía paneles informativos de las vistas, pero no son muy buenas. Hay una cafetería, por lo que tienen todo ocupado con mesas que no dejan acercarte a las ventanas, que encima tienen rayas (supongo que para evitar que estallen en terremotos) y una verja inferior.


Eran ya las 12 y me dispuse a bajar, cuando vi que había un ascensor, así que hice uso de él para bajar. De haberlo sabido habría empezado por el piso superior y habría ido bajando.
Otro punto a  favor de este castillo, que es accesible.


Salí del castillo, buscando el jardín. Apenas había nadie por la calle. Se escuchaba una música tradicional de fondo y ningún otro ruido.


La entrada al jardín está en frente del castillo, frente al tori de la entrada.
Es un jardín pequeñito. Los árboles estaban entre verde y marrón, no estaban rojos aún. Había un pequeño estanque con puentes, con vistas del castillo y una sala de madera con balcón donde había que descalzarse para entrar.


Cuando iba a salir, vi que tenían como una sala con una exposición. Entré a mirar y tras pasar por un pasillo acristalado con un jardín de piedras, llegué a una especie de patio trasero desde donde se veía el castillo y tenían puesto un punto para hacerse fotos.
En el muro había un montón de sombrillas y molinos de viento y un banco donde poder sentarse. 
También había un banco en frente, así que intenté hacerme alguna foto sin mucho existo. Me daba el sol de lado y se veía un poco raro. Estuve unos minutos haciendo fotos, en completa soledad y salí de allí sobre las 12:50.


De regreso, habían montado un mercadillo en el puente camino a la estación. Era de segunda mano y estaba bastante vacío.
Cuando llegué a la estación, me pasé por las máquinas para ver si conseguía reservar el shinkansen del día siguiente. Había encontrado un vídeo en inglés donde explicaba cómo se realizaba la reserva con los pases regionales y quería ver si funcionaba.
Como no había gente y las máquinas estaban vacías, pude mirar con calma y realizar la reserva sin problemas.

https://www.jrkyushu.co.jp/english/pdf/howto_use_mv.pdf

Hay que seleccionar “seat reservation with coupon ticket”, introducir el pase regional, seleccionar que están todos insertados (deja hacer reservas con varios pases a la vez) e ir siguiendo las indicaciones.
Seleccionas la estación de salida, llegada y el tipo de asiento (te pregunta si quieres con opción de maleta grande). Puedes elegir en el mapa de asientos el que quieras y una vez confirmas te saca las reservas.

Ya con mi reserva hecha para el día siguiente, me subí a un Nozomi que salía a las 13:14, que me dejó en Hakata a las 13:30.
Pasé por la oficina de reservas de JR y estaba a tope de gente. Más lleno que en los otros días. Menos mal que había hecho la reserva en Kokura, porque aquí me habría tirado la vida esperando.
Fui hacia la salida en dirección al apartamento y me crucé con unas chicas vestidas de lolita, algo que es raro ver en esta zona de Japón.
También me fijé en unos carteles de información de una app para alquilar bicicletas, que las estaba encontrando por toda la ciudad.

Aproveché para pasar por el Lawson a comprar un zumo para el día siguiente. Miré además los ingredientes de una pechuga de pollo ya cocinada, que en otros viajes había podido comprar, pero ahora solo la encontraba con trigo, almidón y un montón de cosas más.


Estuve hasta las 15:15 en el apartamento, descansando un poco. Seguía con dolor de espalda y tripa, aunque era menos intenso.
Aproveché para comer tranquilamente la pasta con pollo y setas que tenía ya preparada y me tomé un antinflamatorio para ver si mejoraba un poco. Al rato noté mejoría y empecé a pensar que igual se me estaba adelantando la regla y por eso me estaban dando esos dolores tan extraños.


Como no quería andar mucho, decidí ir al centro comercial Lalaport, para ver el Gundam que tienen en la entrada.
Caminé unos 10 minutos hasta la parada del bus, que me costó 240¥ y me dejó sobre las 15:40, justo en la puerta.
El Gundam de Fukuoka es más grande que el que hay en Odaiba, en Tokio, pero parece despertar menos interés turístico, ya que no había mucha gente.
Aproveché para entrar a cotillear un poco el centro comercial. Pasé por Uniqlo y Gu, que se supone es su marca blanca, pero no vi nada interesante. No se porqué nunca veo esas camisetas chulas que se ven de vez en cuando en ofertas especiales por redes.

En una tienda de cosmética pude probar la base de maquillaje tan viral, de Tirtir. Parecía que la mía era la 24 latte, pero tampoco le veía mucha diferencia. Costaba 2700¥, 2970¥ con impuestos.


Salí sobre las 16:30 y ya estaba oscureciendo. Regresé a la estación de Hakata en el bus, pagando de nuevo 240¥.
Quería ir a una tienda Tokyo hands, para ver si encontraba cosas de recuerdo, así que fui a ver la que tenían en la estación. No la encontraba y tuve que preguntar a una dependienta para que me ayudara con un plano que tenía, porque ya había dado varias vueltas buscando con ayuda de Google y no la veía. Resulta que estaba casi fuera de la estación. Terminó siendo una tienda demasiado pequeña y no tenían nada de lo que iba buscando.
Ma pasé por la tienda en la que vi el otro día cosas de Kumamon y me compré una cinta de maleta por 1650¥.


De camino al apartamento entré al Daiso que hay en el edificio del Yodobashi.
Hasta este momento no me había fijado, pero en el ascensor indicaban los aparcamientos en los pisos superiores.
Compré algunas cosillas en el Daiso por 880¥, que pague con tarjeta.

Llegué a las 18:15 al apartamento y me puse a organizar la maleta y recoger todo. Lo que veía que ya no podría comerme lo fui tirando para tener espacio en la maleta y lo que no había abierto lo dejé en la cocina por si alguien quería aprovecharlo.
Necesitaba ver el espacio que tenía para ver cuánto podría comprar en Osaka, para llevar de regreso a España.


Antes de las 8 de la tarde ya estaba cenando todo lo que tenía abierto y cocinado, como las verduras frescas y los huevos cocidos.
Dejé preparado en la nevera el desayuno, un zumo abierto, cereales y los dulces que había comprado congelados, que me servirían para el desayuno de Osaka. 
Me puse una alarma para no olvidar nada en la nevera. 
Ya estaba en pijama cuando caí en que debería haber ido a comprar compresas por si acaso los dolores extraños estaban relacionados con eso.
Siempre llevo en caso de emergencias, pero no tendría suficientes para los 2 días que me quedaban, más el vuelo, que era de muchas horas.
Decidí hacerlo por la mañana, de camino a la estación. Busqué una farmacia en el camino y miré por Internet para ver cuales comprar. Por los comentarios, parece que a los extranjeros no les gustan las japonesas porque son muy gruesas. Tras leer unas cuantas reseñas, encontré unas que parecían ser mejores y les hice capturas de pantalla para ir directa a comprar esas y no perder tiempo en la tienda.

A las 32:30 me fui a dormir porque ya estaba agotada. Me tomé otro ibuprofeno y el hierro, para prevenir.

Compras del día



Daiso 
  • Tira para pliegue de ojos
  • 2 botes jabón para brochas
  • Mascarilla de pies
  • reloj de cocina
  • Calcetines
  • Rizador pestaña compacta 
  • Esponja maquillaje
Total 880¥.

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