domingo, 3 de agosto de 2025

Japón 2024 - Diario de viaje - Día 12 - Koko-en garden en Himeji y compras en Osaka


Martes 26 de noviembre 2024

Me desperté a las 4:30 con un dolor intenso y no pude volver a dormirme. Había dejado de hacerme efecto el ibuprofeno porque lo tomé demasiado pronto por la noche.
Al final mi intuición no falló y se me había adelantado la regla. Creo que nos pasa a casi todas, que nos toque o no, al final nos viene siempre estando de viaje, no se si será por el estrés, el cansancio o qué, pero no falla.

No pude volver a dormirme y el día encima estaba lluvioso, que nunca ayuda con este tipo de dolores.  De haberse adelantado al día anterior, me habría quedado metida en la casa todo el día, pero hoy tenía que salir sí o sí porque me tocaba viajar hasta Osaka.
Me tomé otro ibuprofeno y me acosté esperando que me hiciera efecto.


Sobre las 7 me puse a desayunar, cereales con fresas y zumo, porque no me quedaba leche de almendras y tenía que gastar todo lo que tenía abierto.
A las 8:15 ya estaba lista para salir. Dejé el formulario en la mesa, con los 800¥ en efectivo de las tasas de turismo, con los datos que me pedían, y la llave encima. Salí del apartamento asegurandome bien de no dejar nada.
Llevaba los dulces congelados en una bolsita de frío que había traído, así me duraban un poco más, para el desayuno del dia siguiente.

Salí con la maleta en busca de la farmacia, camino a la estación, pero no la encontré. Para no dar más vueltas, fui hacia la estación por el camino de siempre, donde sabía que había un Matsumoto Kiyoshi.
No era una tienda a pie de calle, había que bajar o subir escaleras. Decidí bajar un pequeño tramo de escaleras con la maleta a cuestas, porque me daba cosa dejarla ahí en la puerta. 
En esta planta había pañales y cosillas de higiene, así que supuse que estarían por ahí, pero no veía compresas ni ese tipo de productos por ninguna parte, así que me tocó ir con la foto a la dependienta para preguntarle.
Resulta que las tenían en la última planta. Menos mal que había ascensor para las plantas superiores, que si no me habría dado algo. 
Tenían un pasillo lleno de diferentes tipos de compresas, pero no vi tampones. Lo curioso es que aquí las venden por centímetros, pero las ultra finas no parecen tan finas como en Europa. 


Compré las más finas que encontré, de las que hice captura la noche anterior, palpando desde fuera, porque tampoco había ejemplos, como había visto en algunos vídeos de tiendas japonesas. Además compré unas de noche, por si las moscas. Ya que estaba, quería probar varias y así poder dar mi opinión.

Había escuchado que en Japón era un tema muy tabú y te las daban en una bolsa de papel, para taparlas, pero a mi me las dieron directamente, sin bolsa ni nada. Las metí en la mochila, para tenerlas a mano y poder cotillearlas en el camino. Me costaron 832¥ los dos paquetes. 

Llegué antes de la hora a la vía de salida de mi tren y como llegó el tren anterior, pude comprobar que mi asiento era realmente el primero de la fila.
Al ser la primera vez que reservaba desde la máquina, no tenía muy claro si había reservado delante o detrás. Había reservado delante para poder tener la maleta sin miedo a que reclinasen el asiento.


Antes de las 9:20 ya estaba allí mi tren, que salía a las 9:27. Salió un minuto más tarde y aparecía como retrasado en Google maps.
Era un Nozomi 130, coche 15, asiento 16E, en ventanilla.
Tenía un cartel en el suelo avisando de que mi espacio era para maletas reservadas, pero había otro cartel en la pared que decía que el espacio era para el que tiene reservado el asiento. Supongo que la del suelo es para cuando el asiento está en la otra dirección y queda en la espalda.
Estaba el vagón vacío y hasta Kokura no empezó a subir más gente.

La previsión de lluvia era desde las 14:00, así que en teoría llegaba a Himeji a tiempo para ver los jardines sin lluvia. Tenía intención de ir a Kioto para comprar dulces sin gluten y pasar por Fushimi Inari de noche. Pero entre los dolores y la lluvia, dejé abierto el itinerario del día y ya iría viendo cómo me encontraba.

Los baños estaban en la puerta de mi vagón, así que entré a cotillear.
En frente de los baños había un espacio para las maletas grandes por reserva, que estaba completamente vacío.

Estaba escéptica con las compresas japonesas, pero no estaban mal y eran mucho más cómodas que las españolas. Tienen un tacto más suave, como de algodón, no son tipo plástico como las españolas y no desprenden ningún olor a químico.
Pondré las fotos en compras del día, por si alguna chica quiere probarlas.


Sobre las 10 me entró hambre y terminé el chiffon cake que me quedaba y un plátano. El bizcocho estaba un poco durito pero seguía estando bueno, a pesar de que estaba caducado desde hacía unos días.
Estuve hablando con la familia para ver qué querían que les comprara y me estuvieron pasando capturas de las cremas y demás cosas, así me era más fácil buscarlas luego.

A las 11:00 atravesamos un sistema montañoso cubierto por la niebla, pero no parecía estar lloviendo.
A las 11:25 llegué a Himeji y decidí bajarme, porque no estaba lloviendo aún y tenía ganas de ver los jardines del castillo, que no los vimos en nuestro primer viaje.

Había taquillas disponibles en la estación, justo antes de salir. La maleta entraba en una taquilla mediana, de 500¥. Tuve cuidado porque era de las antiguas y no quería que se tragase mis monedas, así que me paré a leer atentamente las instrucciones. Había una máquina de cambio al lado, por si no tienes monedas.

Nada más pasar los tornos, vi un 7eleven pequeñito, donde me paré a comprar una botella de agua por 120¥.
Salí de la estación y vi una escultura que enmarcaba el castillo, que se veía al fondo, donde había gente haciendo fotos. Me quedé un ratito intentando hacer fotos del castillo desde ahí, pero la gente se ponía en medio todo el rato y se me hizo un poco complicado.

Miré en Google Maps un bus que me dejase en el castillo, para no andar todo ese tramo y crucé por una pasarela hasta la parada, que estaba en la acera de enfrente de la estación. Por suerte tiene ascensores, por lo que no hay que estar subiendo escaleras.
Pasé la pasmo al entrar por la puerta trasera y de nuevo al salir, por la delantera. Me costó 210¥.


Eran las 12 cuando llegué a la entrada del castillo, que empezó a chispear intermitentemente, pero aún no era necesario el paraguas.
Me quedé mirando el cartel con los precios. Costaba 310¥ el jardín Koko-en, 1000¥ el castillo y 1050¥ el castillo con el jardín. El mismo precio que tenía en 2016 cuando lo visitamos por primera vez.


En unos 5 minutos ya estaba en la entrada de los jardines, un poco alejados de la entrada del castillo. La entrada se puede comprar en unas máquinas justo antes de la taquilla.


No había mucha gente en ese momento, pero en la entrada había unos árboles de un intenso rojo, donde se paraba todo el mundo a hacer fotos, y te obligaban a esperar turno para hacer fotos o poder pasar sin molestar.
El jardín se recorría por un camino marcado, en el que de vez en cuando había indicaciones de dirección o el nombre del tipo de jardín.


En la primera sala a la que se accede nada más entrar, había un restaurante donde ponía que era accesible solo con reserva. Tenía una pinta genial porque las vistas eran al jardín y uno de sus estanques. Tenían desde pancakes a sets de soba, fideos o carne con muchos platitos tipo tradicional.
Continué caminando por la sala hasta llegar a la terraza exterior, techada y con suelo de madera. 
Estaba todo super verde, con algún toque rojo. El sonido de la cascada inundaba el ambiente y a los pocos minutos se le sumó el de la lluvia, que empezó a caer con fuerza.


Se veía la parte superior del castillo desde ahí y empezamos a apelotonaros por la lluvia. Nadie quería salir. Las vistas eran tan bonitas, que tampoco apetecía moverse.
Había montones de peces koi de todos los colores.


Pasadas las 12:30 terminé saliendo porque no parecía que fuese a escampar y empecé a caminar por los senderos entre caminos de piedras delimitados con cuerdas.
Había puentes de piedra que atravesaban el estanque, puentes de rocas y vegetación por todas partes.

Pasé agachandome por una puerta muy bajita, para continuar el camino hacia otros espacios de los jardines, que estaban separados por muros y puertas. 


De pronto se escuchó un ruido tremendo y vimos cómo pasaban dos cazas por encima nuestro, a una altura bastante baja. Pasaban a cada rato, haciendo un sonido super fuerte.
De vez en cuando parecía que escampaba un poco, o al menos no caía con tanta intensidad, pero en unos minutos empezó a jarrear y me tuve que refugiar en una especie de gazebo. 


Con la lluvia aún cayendo intensamente, decidí continuar el recorrido, cruzando diversos puentes y caminos de rocas sobre el agua, enmarcados por árboles de un rojo intenso.
Llegué a un jardín de bambú en el que había un mapa al entrar, donde indicaba las plantas que había en cada zona.


A las 13:30 salí de los jardines, cuando empezaba a caer la lluvia a cubos. En menos de 5 minutos que tardé en llegar a la entrada del castillo, ya tenía los pantalones empapados hasta los muslos.
En la entrada del castillo vi los carteles del evento de iluminación nocturna que finalmente no reservé. Menos mal porque me habría quedado sin verlo y no era barato.


Entré a los terrenos del castillo, pero no pude hacer mucho porque jarreaba. Tenían la explanada de la entrada llena de cuerda, conos y esferas que supongo serían para el espectáculo de luces, pero que por el dia quedan feísimas.
Me acerqué un poco más, para hacer fotos más de cerca, pero tuve que irme porque ya empezaba a tener hasta frío de lo mojada que estaba. Se me habían calado las zapatilla, porque aunque fuesen impermeables, el agua bajaba desde mis pantalones y calcetines hasta empaparlo todo.

Caminé a paso ligero hasta la parada del bus que estaba cruzando la calle. No tuve que esperar ni 5 minutos a que llegase. Me senté y dejé el paraguas chorreando sobre el pasillo. Todos íbamos empapados y chorreando agua. Por suerte no estaba muy lleno el bus.
De nuevo pagué con la pasmo al salir, 210¥.

Llegué a la estación a las 14:00 y aproveché que no había mucha gente en las máquinas, para grabar cómo se hace una reserva con el pase regional.
Reservé en el siguiente tren Hikari 512 que salía a las 14:11 y llegaba a las 14:46. En el coche 6 asiento 2D.
Eran solo 35 minutos de trayecto que se me pasaron volando.
Cuando llegué al metro eran ya las 15:00, por lo que podría ir directa al hotel a dejar las cosas, ya que era la hora desde la que me podía registrar.

En el metro me coloqué en el vagón para mujeres, que por lo visto está disponible durante todo el día entre semana. Podía ir en trenes JR, pero daba mucha vuelta y tardaba más. Total, no llega ni a los 2€ el trayecto y no estaba ya para muchas vueltas.
Aunque el metro va siempre bajo tierra, cruza el río desde el exterior, por un puente.
Llegué a Namba a las 15:18, pagando 290¥ con la pasmo.



La distancia entre el metro de Namba hasta el hotel era bastante corta. Salí por donde había ascensor, pero parecía el ascensor de un edificio de oficinas, muy raro todo. Al salir a la calle, tuve que atravesar una calle enorme, que se me hizo un poco complicado arrastrando la maleta bajo la lluvia. Llegué sobre las 15:35, totalmente agotada.
En recepción fueron muy amables y me explicaron todo en inglés. Me cobraron en el momento 7800¥ que pagué con la tarjeta Revolut.
El hotel se llamaba Hotel Trend Nishishinsai. Me costó encontrar uno céntrico haciendo la reserva tan tarde, pero al menos estaba por debajo de los 50€

Está bastante cerca de Dotombori, aunque un poco más lejos de lo que esperaba de la estación de Namba. Me tocó en la segunda planta, en la habitación 209.
Me quité las zapatillas, que estaban empapadas y me puse las sandalias para airear un poco los pies. Como no tenía otro calzado, tendría que usarlos empapados igualmente en un rato.



La habitación era bastante grande, con una cama cómoda, mini nevera, cafetera y un hervidor de agua. Tenía un escritorio con espejo tocador.
El wc era de estilo japonés y en el baño había toallas, jabón, champú y suavizante, además de cepillo de dientes.
Había perchas, donde colgaba un secador de pelo, y una tv bastante grande. También tenía aire acondicionado.
En el pasillo había un microondas y en recepción había zapatillas desechables que podías coger.


A pesar de estar en una zona céntrica, por la noche no había ruidos y se podía dormir bien.
Me gustó bastante este hotel y estuve muy cómoda.

Antes de salir, como ya eran las 16:00 y habían abierto la facturación en línea para mi vuelo, decidí hacerla en ese momento.
No reservé asiento y automáticamente me puso en pasillo en ambos. En uno estaba en el lateral del avión, como era el nocturno y no quería que me despertasen en caso de dormirme, reservé otro en el pasillo central. En el primero estaba en la parte delantera del avión, pero lo dejé así, para no pagar extra. Al final solo tuve que pagar un cambio.


Ya con todo listo, salí a realizar algunas compras cercanas. Entré primero a un Matsumoto Kiyoshi que tenía muy cerca del hotel, pero lo vi demasiado pequeño y decidí ir a otro que estaba más cerca de la zona popular de Dotombori. En realidad también estaba cerca, ya que el hotel lo había elegido cercano a esta zona para hacer las compras antes de irme.

En el que finalmente entré a comprar, tenía varias plantas y dependientas que hablaban chino e inglés básico. Se notaba que sus clientes eran mayormente turistas. De hecho estaba lleno de asiáticos de varios países comprando como si no hubiera un mañana.
Cuando encontré las cosas que me había pedido mi hermana, como no me dijo cantidades, le mandé un WhatsApp para que confirmase y mientras seguí mirando cosas que me quería llevar.
Conseguí casi todo lo que tenía en la lista, menos un labial que me habían encargado, que no lo encontré en ninguna parte, alguna crema de noche y lociones específicas, que encontraría en otras tiendas.
Hubo algunas cosas que no sabía dónde buscarlas, así que cuando me pasaba esto, me acercaba a alguna dependienta con la foto y ellas enseguida me llevaban hasta dónde lo tenían.
Aún así, me tiré allí dentro como una hora.
Me gasté 24860¥ (154,75€) libre de impuestos, ahorrando 2475¥, que pagué con tarjeta.
Las compras sin tasas te las dan siempre en bolsas selladas que no puedes abrir hasta salir del país. Como es algo que va facturado, nunca he entendido muy bien cómo lo revisan en caso de querer hacerlo. Por eso están pensando cambiar este método en los próximos años.

Eran las 17:30 cuando regresé al hotel para dejarlo todo, porque pesaba una barbaridad y quería seguir buscando algunas cosas que no había encontrado allí. 
Estaba a unos 5 minutos andando, así que no tardaba nada y podía ir al baño con toda comodidad.
Cuando salí de nuevo, la lluvia era más intensa y ya descarté ir a Kioto y seguir mirando las tiendas sin agobios.

Entré en Cosme. Una tienda que saca todos los años un ranking de los mejores productos y más populares. Ahí encontré la base de maquillaje de Tirtir. Tenían probador y pude ver cual se ajustaba más, que era la 24n latte. La probé en una pequeña parte de mi piel, pero al lado tenía una chica que se la estaba aplicando en toda la cara.
Me costó 2970¥ (18,43€) que pude pagar con tarjeta.


Eran ya las 19:00 cuando entré a otra de las tiendas de varias plantas, llamada Sundrug.
La calle estaba atiborrada de turistas, que con los paraguas hacían un mar de gente imposible de esquivar para evitar que te mojaran.
Lo curioso es que en la última planta tenían un mirador con una caja de Pocky donde poder hacerte fotos con el fondo del anuncio de Glico.

Aquí encontré los parches para el dolor, la crema de manos y otras cosillas que me faltaban. No pensaba que llegaría al mínimo del tax free, pero resultó que me quedaba muy poco y al decírmelo el dependiente, fui a buscar otra caja de parches para el dolor, que había visto muy recomendados.
Al final me gasté 5536¥ (34,35€) que pagué con la tarjeta Revolut.

Aún me faltaban los parches de frío para el dolor muscular que había estado usando, así que probé en otro Matsumoto Kiyoshi y compré el de 20 unidades por 800¥.

Eran ya casi las 20:00, por lo que decidí ir andando hasta OKO Takoyaki, un restaurante sin gluten y vegano que había bastante cerca.
Como hay otro llamado OKO Fun Okonomiyaki, llegué primero a ese y al entrar me di cuenta que no era el que buscaba. Las dueñas son dos hermanas, con el mismo concepto pero diferentes productos. Llevan ellas solas cada uno de los locales, por lo que tardan un poco en darte la comida y el espacio es bastante reducido y curioso.


Cuando llegué me tocó hacer cola un rato y no me dieron mi pedido hasta 15 minutos más tarde. Lo pedí para llevar porque había bastante gente y mi hotel estaba cerca, a unos 10 minutos.
Pedí kushikatsu, una especie de fritura rebozada de verduras, que incluía calabaza, patata dulce, raíz de loto, maíz y setas, junto con unas patatas fritas que costaban 640¥ y era una cantidad enorme. No recuerdo cuánto fue el total, ya que pagué en efectivo, pero fueron mil y pico yenes. 
Los takoyakis con kushikatsu costaban 1500¥.

Antes de subir a mi habitación pasé por el Family Mart que tenía justo al lado, para comprar un zumo para el desayuno, de fresas y arándanos, por 202¥


Con la tontería, eran casi las 21:00 cuando llegué al hotel. Antes de nada me quité las zapatillas, que estaban totalmente empapadas y las puse en el suelo con el secador de pelo apuntando al interior, durante un buen rato. Me daba miedo estar haciendo mucho ruido y no las sequé del todo. Si por la mañana aún estaban mojadas ya les daría un poco más de calor entonces.

Me puse a cenar lo que había comprado, junto a un huevo que aún me quedaba y una mandarina.
Tras cenar, me puse a hacer la maleta y casi me vuelvo loca buscando el peso portátil porque no lo encontraba. Al final no pasaba de los 17 kilos, sin meter la bolsa de aseo ni el pijama.

Me fui a dormir pasadas las 12, totalmente agotada.
Mi vuelo salía a primera hora de la tarde, por lo que tampoco tenía mucha prisa por salir pronto por la mañana.

Compras del día


Matsumoto kiyoshi (Dotombori)
  • Mascarilla derma laser 700¥
  • Máscara de pestañas x2 2000¥
  • Fijador maquillaje 800¥
  • Mascarilla talones 462¥ -14¥
  • Protector solar biore x3 2640¥ -81¥
  • Aceite limpiador Kose Speedy C 698¥ -30¥
  • Perfect whip Senka x2 996¥ -30¥
  • Melano cc x2 1600¥ -48¥
  • Hadalabo gokujyun aging 1000¥ -30¥
  • Crema sana 6 en 1 x2 1960 -60
  • Crema de ojos antiarrugas blanqueante 1000¥ -30¥
  • Gel c (Crema Gel Arrugas Sana 5 en 1) 1188¥ -36¥ 
  • Perfect whip senka colágeno x4 2392 -72
  • Hadalabo gokujyun premium x2 1800 -54
  • Hadalabo gokujyun 740 -23
  • Mascara pestañas 680
  • Tubo melano cc x2 2200 -66
  • 3 cremas antiarrugas ojos 2680 -81
Total 24860¥ (154,75€)
sin tasas (2475¥ de ahorro) 

Cosme 
  • Base de maquillaje Tirtir 2970¥

Sundrug
  • Crema de noche SANA 938¥
  • fuwa fuwa Marshmallow foot 934¥
  • roihi-tsuboko (parches circulares dolor muscular)548¥ x2
  • Rohto mentholatum - lycee eye drops 398¥
  • Mascarillas melano C 898¥
  • Gotas ojos Rohto C 278¥
  • Crema de manos Kissme medicated 178¥ x2
  • Lion cooling sheet for legs 638¥
Total 5536¥ sin tasas


Matsumoto kiyoshi
  • Parches para el dolor muscular, 20 unidades 800¥

Matsumoto kiyoshi (estación Hakata)
  • 13 compresas finas 500¥ -30¥
  • 8 compresas noche 35 cm 412¥ -50¥
Total 832¥

Se pueden ver los productos en la web de Matsumoto Kiyoshi. Utiliza el traductor de tu navegador, porque la versión en inglés no tiene el buscador de productos.

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