Jueves 14 de noviembre 2024
Salí de casa a las 6 de la mañana, camino al aeropuerto. Me llevaban en coche, así que dejamos el coche en el aparcamiento, en el último de todos, porque estaban llenos.Siempre me toca dejarlo al final del todo y luego facturar al final del todo, en el lado contrario del aeropuerto. No se como me las apaño.
Pensaba que llegaba pronto, pero a las 7 ya tenían abierto el mostrador de facturación y había un poco de cola. Estaba atendiendo personal de Iberia.
Facturé la maleta sin problemas y tras pedirme el pasaporte me dijeron que podía entrar con el código QR de la facturación online. No me dieron más que una pegatina con el resguardo de la maleta y me confirmaron que estaba mi menú sin gluten.
Como no había desayunado, me comí el plátano que llevaba y fui después al baño antes de pasar por el control. No había ni un solo W.C. con papel higiénico, no se si porque no reponían hasta más tarde o porque acostumbra a estar así.
Sobre las 7:30 pasé por el control. Como siempre, saqué la cámara, la tablet y la bolsa de líquidos, tal como indicaban los de seguridad y como había hecho siempre.
Delante había una chica que al quitarse la chaqueta se quedó en sujetador sin tirantes, a la que pararon en el arco de seguridad para decirle que se pusiera la chaqueta, porque no podía entrar así. Estaba alucinando con la ropa que llevan algunas para meterse en un avión, en pleno noviembre.
Pasé sin problema por el arco y cuando quise coger la mochila me dijeron que tenía que sacar los electrónicos, de sus fundas, que cogiera otra bandeja. Regresé y saqué la tablet y la cámara en otra bandeja diferente. Pasé otra vez por el arco y de nuevo me dijeron que no podían verlo todo, que abriese el estuche de cables que llevaba y aún así, a la tercera vez que pasé, tuvieron que abrirlo para ver qué tenía. Siempre viajo con lo mismo, lo único diferente es que llevaba el disco duro, que en otras ocasiones lo he llevado facturado.
Me costó 3 intentos poder pasar el control. Nunca me había pasado algo así. Pensando que este año ya se podría entrar sin sacar cosas y es el que más problemas he tenido.
Mi puerta de embarque era la s37, así que me fui directa al tren satélite. Como aún no estaba en la vía, aproveché para comprar agua en una máquina, a 2,20€.
En los vuelos suelen darte una botellita pequeña, pero este año estaba decidida a combatir el jetlag y quería estar bien hidratada, aunque tuviese que ir más veces al wc.
A las 1:15 ya estaba en mi puerta de embarque. Como siempre, lo primero fue pasar por los baños. Estos sí estaban limpios y tenían papel higiénico.
Me senté un rato a descargar algunas series de Netflix, que se me había olvidado hacerlo en casa. Con datos iba un poco lento, pero conseguí bajarme unos cuantos, por si no había nada decente en el sistema de entretenimiento del vuelo.
A las 9 empezamos a embarcar, empezando por las últimas filas. Como no se escuchaba lo que decían, me puse en la fila equivocada y me tuve que cambiar a la que había más corta, ya que mi fila era de las últimas. En menos de 10 minutos ya estaba sentada en mi sitio.
Me esperaban por delante casi 7 horas de vuelo hasta el aeropuerto de Abu Dhabi, 2 de escala y otras 9 horas de vuelo hasta Osaka.
Como en Etihad no dejan más que un bulto de mano, había preparado una bolsa organizadora de maletas, dentro de la mochila, para tener siempre a mano bajo el asiento.
La saqué y metí el abrigo para poder estar más cómoda. Justo encima de mi asiento no se podía meter nada, así que utilicé el maletero de los asientos de ventanilla, más adelante.
La saqué y metí el abrigo para poder estar más cómoda. Justo encima de mi asiento no se podía meter nada, así que utilicé el maletero de los asientos de ventanilla, más adelante.
El avión era un modelo b787-9. El espacio para las piernas era justito, me rozaban las rodillas con el asiento de delante.
Nos dejaron en cada asiento una bolsita con un antifaz, crema de manos, tapones para los oídos y una manta.
Normalmente elijo la parte de atrás porque delante tienen el espacio para las cunas, pero en este vuelo no había niños delante, sino a mi alrededor. Uno delante y otro a mi lado, con una pareja que ni le había reservado asiento y eso que era bastante mayorcito. Enseguida le enchufaron el móvil con series, sin cascos ni nada, ahí en altavoz.
A las 9:50 desconecté el móvil, porque estábamos a punto de despegar y a las 10:15 ya estaba en el chat de abordo, que es gratis para miembros de Etihad. Era la primera vez que iba a estar conectada en pleno vuelo.
Solo se puede utilizar con aplicaciones de texto, sin fotos ni nada, pero así al menos puedes ir hablando con la familia y leyendo mensajes o emails.
Normalmente elijo la parte de atrás porque delante tienen el espacio para las cunas, pero en este vuelo no había niños delante, sino a mi alrededor. Uno delante y otro a mi lado, con una pareja que ni le había reservado asiento y eso que era bastante mayorcito. Enseguida le enchufaron el móvil con series, sin cascos ni nada, ahí en altavoz.
A las 9:50 desconecté el móvil, porque estábamos a punto de despegar y a las 10:15 ya estaba en el chat de abordo, que es gratis para miembros de Etihad. Era la primera vez que iba a estar conectada en pleno vuelo.
Solo se puede utilizar con aplicaciones de texto, sin fotos ni nada, pero así al menos puedes ir hablando con la familia y leyendo mensajes o emails.
Me puse a ver una peli, y a las 10:44 pasaron por mi asiento preguntando por mi nombre, que siempre lo pronuncian mal y me dejaron el menú sin gluten.
Era pescado con arroz, de ese que parece panga y huele fatal, tomate, aceitunas y edamame. Ensalada con lechuga, zanahoria y tomate, aceite y vinagre, un vasito con kiwi, uvas y naranja, un panecillo de semillas que estaba frío y duro como una piedra, una margarina que no sabía si era vegetal, así que la dejé, y una botella de agua.
Por suerte, el menú sin gluten siempre trae botella de agua, porque las bebidas tardan tanto en pasar que ya me he terminado la comida para entonces.
Sobre las 2 de la tarde me levanté para estirar las piernas, en la parte trasera del avión, y una asistente de vuelo me ofreció bombones. Le tuve que decir que no y tras insistir me tocó explicarle que no puedo comer ni gluten ni lácteos.
No nos dieron nada mas de comer en todo el vuelo.
Aterrizamos en Abu Dhabi a las 16:50. Esta vez el avión nos dejó en la terminal, no tuvimos que ir en autobús. Pasamos el control sobre las 16:05 (20:05 hora local), que era diferente al del año anterior y estaba bastante cerca de donde nos había dejado el avión.
Estaba todo como nuevo y se sentía más organizado todo. De hecho esta vez no dejaban pasar las botellas y tenías que tirarlas en unos contenedores. No había mucha cola y pude pasar sin problemas.
Estaba todo como nuevo y se sentía más organizado todo. De hecho esta vez no dejaban pasar las botellas y tenías que tirarlas en unos contenedores. No había mucha cola y pude pasar sin problemas.
Tras el control bajamos unas escaleras y me parecía otro aeropuerto. Esta vez mi vuelo llegaba a la terminal A, en el anterior viaje eran la 1 y la 3, que deben estar más anticuadas.
Aquí había hasta salas de duchas junto a los baños.
A las 20:20 llegué a mi puerta de embarque, tras pasar por un wc, como es costumbre.
El vuelo salía a las 21:40, por lo que no faltaba mucho para embarcar.
Los carteles de los WC, tanto del aeropuerto como del avión, me parecieron confusas. No me quedaba claro si podía tirar el papel higiénico en la taza o en la papelera. Tras preguntar en el chat de viajeros me dijeron que el papel sí podía ir a la taza, pero a mi sigue sin convencerme por el texto que ponen en ambos sitios.
El vuelo salía a las 21:40, por lo que no faltaba mucho para embarcar.
Los carteles de los WC, tanto del aeropuerto como del avión, me parecieron confusas. No me quedaba claro si podía tirar el papel higiénico en la taza o en la papelera. Tras preguntar en el chat de viajeros me dijeron que el papel sí podía ir a la taza, pero a mi sigue sin convencerme por el texto que ponen en ambos sitios.
Había sillones cómodos y sillas normales. Había bastante gente pero no tuvimos que esperar mucho y a las 21:00 ya estaba en mi asiento, al entrar de las primeras.
Me dio la sensación de que era el mismo avión, porque a mi kit de vuelo le faltaba la crema de manos que me había llevado en el anterior viaje y estaba sentada en el mismo número de asiento.
Un dato curiosos es que mi asiento era el 44D y la puerta de embarque era la D44.
Me dio la sensación de que era el mismo avión, porque a mi kit de vuelo le faltaba la crema de manos que me había llevado en el anterior viaje y estaba sentada en el mismo número de asiento.
Un dato curiosos es que mi asiento era el 44D y la puerta de embarque era la D44.
Ya era casi la hora de salida y no se veía movimiento de más gente entrando. Cuando ya pensaba que iría sola en mi fila, entró un señor sudando como un pollo, que se sentó en el asiento que daba al otro pasillo. No tuve la fila para mi sola, pero tuvimos el asiento del medio vacío, para poder ir dejando las cosas y no ir apretujados. Perfecto para un vuelo nocturno.
De nuevo me tocaron bebés en los asientos de los laterales. Por suerte, estos parecían más tranquilos y cada uno tenía su asiento asignado. Me pareció raro que en estos vuelos estuvieran los niños en la zona de la cola y no en la zona de las cunas, que está delante.
Eran las 21:40 cuando se puso en marcha por la pista de despegue y terminamos despegando a las 22:10.
10 minutos después de despegar, me pude conectar a la wifi gratis del avión. Parece tontería, pero esto de tener conexión, aunque solo sea para mandar mensajes, está muy bien, sobre todo cuando viajas sola y quieres cotillear con alguien.
A las 22:45 me trajeron la cena. Arroz, pechuga de pollo, con salsa de tomate un poco picante y judías verdes. Una ensalada de tomate cherry, pepino y aceitunas con limón. Un panecillo con margarina vegetal y un vasito con sandía y melón de fruta. Tengo la desgracia de que siempre me ponen estas dos frutas y justo son las 2 frutas que no soporto ni el olor.
Tras la cena me preparé para dormir. Esta vez, me había preparado para combatir el jetlag desde el vuelo, con una app en la que te indicaba las horas para dormir y para exponerte a la luz.
Básicamente es seguir los horarios del vuelo, comer, aunque sea poco y dormir, o intentar dormir, cuando apaguen luces. Como no bebo café no tuve que estar pendiente de eso, pero sí seguí las indicaciones de tomar la melatonina justo antes de intentar dormir.
Aproveché para ir al wc a lavarme los dientes, antes de que empezaran a levantarse todos. Como termino de comer antes que el resto, juego con esta pequeña ventaja.
Me puse las sandalias, la almohada inflable (una nueva que compré este año) y preparé el antifaz y el ruido marrón, para cuando apagasen las luces no tener que estar buscando.
Me puse a ver películas hasta las 12 que pasaron repartiendo té y café con la luz apagada ya. En cuanto terminaron el trajín, sobre las 12:30, apagué la tele y me dispuse a intentar dormir.
A la 1 seguía despierta pero no desistí y conseguí dormir hasta las 4 y algo que empezó de nuevo el ruido. Creo que conseguí dormir unas 3 horas un poco a trompicones. Al menos había dormido algo, que es más de lo que suelo dormir siempre en el viaje de ida, que es nada.
Viernes 15 de noviembre 2024
A las 4:30 me tocaron el brazo para despertarme para entregarme la comida. Pensaba que si te veían durmiendo no te daban la comida, pero no es así. Supongo que necesitan que todos pongan los asientos en su posición no reclinada.
Era pescado con arroz, ensalada de lechuga con limón, panecillo con margarina y un vasito de sandía y melón. Me comí solo el panecillo con margarina, porque no tenía hambre y se me revolvía la tripa solo de oler de nuevo el pescado chungo que ponen. Me encanta el pescado, pero el que te ponen en estos vuelos es horrible.
No era estilo desayuno, pero al menos te ofrecían café tras las comidas.
Me puse las sandalias, la almohada inflable (una nueva que compré este año) y preparé el antifaz y el ruido marrón, para cuando apagasen las luces no tener que estar buscando.
Me puse a ver películas hasta las 12 que pasaron repartiendo té y café con la luz apagada ya. En cuanto terminaron el trajín, sobre las 12:30, apagué la tele y me dispuse a intentar dormir.
A la 1 seguía despierta pero no desistí y conseguí dormir hasta las 4 y algo que empezó de nuevo el ruido. Creo que conseguí dormir unas 3 horas un poco a trompicones. Al menos había dormido algo, que es más de lo que suelo dormir siempre en el viaje de ida, que es nada.
Viernes 15 de noviembre 2024
A las 4:30 me tocaron el brazo para despertarme para entregarme la comida. Pensaba que si te veían durmiendo no te daban la comida, pero no es así. Supongo que necesitan que todos pongan los asientos en su posición no reclinada.
Era pescado con arroz, ensalada de lechuga con limón, panecillo con margarina y un vasito de sandía y melón. Me comí solo el panecillo con margarina, porque no tenía hambre y se me revolvía la tripa solo de oler de nuevo el pescado chungo que ponen. Me encanta el pescado, pero el que te ponen en estos vuelos es horrible.
No era estilo desayuno, pero al menos te ofrecían café tras las comidas.
Llevaba una esim de Klook, que me habían regalado con el kansai pass, pero no conseguí que funcionase, así que me conecté a la wifi del aeropuerto mientras lo solucionaba.
Fuimos hasta la terminal en una especie de tren lanzadera y llegamos a los controles sin mayor problema.
Este año había hecho el registro de entrada y aduanas en Visit Japan Web, para no tener que estar rellenando los papeles y evitar confusiones. Además es más rápido a la hora de pasar los controles porque no solo hay menos gente, sino que es más rápida la gestión.
Tenía una captura del código QR, que ahora es uno solo. Se enseña el mismo en el control de inmigración y en aduanas.
En inmigración te atiende una persona, que es mucho más rápida si vas con el QR.
Los que llevaban los papeles a mano se tiraban un buen rato, mientras que con QR pasábamos enseguida.
En aduanas pasas directamente por una zona especial, donde solo hay máquinas y sales prácticamente sin hacer nada más, a menos que te paren aleatoriamente para revisar tu maleta.
Sobre las 12:30 ya estaba fuera, camino a un cajero para sacar dinero con la Revolut y sentarme para ver si solucionaba el tema de la esim.
De camino, pasé por un espacio con carteles y objetos de la serie de Naruto, que promocionaba el parque Nijigen no Mori, un parque temático cerca de Kobe, donde hay una zona exclusiva de la serie de Naruto. Es un parque que tengo anotado en mi plan de viaje desde hace unos años, pero al que aún no he ido. Está un poco mal comunicado y se pierde el día entero, por eso aún no he ido.
Al llegar al cajero, esperé mi turno mientras intentaba activar la esim. A mi lado había un grupo de españoles que veo conectados a Internet y les pregunto por si saben qué puede estar fallando y tampoco saben como solucionarlo, porque en teoría tenía todo bien.
Cuando llega mi turno, retiro 30.000¥. Ya tenía el dinero cambiado en mi tarjeta Revolut, por lo que no me aplicó ningún tipo de cambio en ese momento.
Tenía 4000¥ del viaje anterior, y 300€ en efectivo que siempre llevo por si hay una emergencia, así que no pensaba que fuese a necesitar más.
Me senté a intentar conectar la esim, pero viendo que estaba perdiendo mucho tiempo, me harté e instalé la sim que había comprado de Japan experience. Como siempre, perfecta y no me dio problemas en todo el viaje.
No se si era del estrés, el cansancio o qué, pero estaba asada y tuve que quitarme la cazadora antes de salir hacia la estación de tren.
Mi idea era activar el Kansai area pass, que incluye el tren Haruka, que te lleva desde el aeropuerto hasta Osaka, pero como iba a estar lloviendo durante esos primeros 3 días, prefería hacer un cambio de las rutas y utilizar el mini pass, que incluye menos cosas y dejar el que incluye más opciones para los últimos días.
Con el Kansai mini pass, tendría que hacer trasbordo, pero no tenía prisa, ya que la entrada al apartamento era a partir de las 15:00.
Eran casi las 14:00 cuando llegué a las máquinas de JR, donde tenía que recoger mis pases.
Había un cartel en la entrada, con indicaciones de dónde y cómo cambiar los e-tickets, justo lo que yo tenía. Son las máquinas con el fondo en verde, con lector de pasaporte en el lateral.
En el momento que se recoge de la máquina, escaneando el QR, tienes que indicarle el día que quieres activarlo y escanear tu pasaporte.
Había un poco de cola pero en 5 minutos ya tenía mi Kansai mini pass para 3 días.
Con este pase se incluyen los trenes JR locales y rápidos, pero no shinkansen ni el tren Haruka, el más rápido desde el aeropuerto.
Para no liarme con qué podía usar o no, fui haciendo las rutas con Navitime y con Google. Lo bueno de la app de Navitime es que puedes poner el pase que estés usando y te indica qué rutas están incluidas y cuáles no.
Me subí a un tren JR que me dejó en la estación de Osaka a las 15:28 y desde ahí hice trasbordo a otra línea de JR hasta Shin-Oosaka, otros 10 minutos. Eran unos 20 minutos más de viaje que en el tren Haruka.
Llegué a Shin-osaka sobre las 15:40. Seguí las indicaciones que me había mandado el casero y llegué sin problemas al apartamento en unos 15 minutos. Estaba más lejos de lo que parecía previamente.
Lo bueno es que mi salida de la estación tiene ascensor y es justo donde me dejaban todos los trenes, por lo que no tenía que andar mucho dentro de la estación, salía casi directa a la calle del apartamento.
Recogí mi llave, que estaba en una caja de seguridad con clave, dentro del buzón, y subí en ascensor hasta la séptima planta. Me chocó no ver escaleras, pero es porque estaban en la parte exterior del edificio, no dentro del portal.
Miré un poco todo el apartamento y me dispuse a salir antes de que anocheciera. Me cambié, reorganicé la mochila para llevarla vacía para la compra, comí una barrita de cereales y salí dirección al metro.
En otra entrada hablaré del apartamento, que si no el primer día va a ser interminable.
Lo bueno es que mi salida de la estación tiene ascensor y es justo donde me dejaban todos los trenes, por lo que no tenía que andar mucho dentro de la estación, salía casi directa a la calle del apartamento.
Recogí mi llave, que estaba en una caja de seguridad con clave, dentro del buzón, y subí en ascensor hasta la séptima planta. Me chocó no ver escaleras, pero es porque estaban en la parte exterior del edificio, no dentro del portal.
Miré un poco todo el apartamento y me dispuse a salir antes de que anocheciera. Me cambié, reorganicé la mochila para llevarla vacía para la compra, comí una barrita de cereales y salí dirección al metro.
En otra entrada hablaré del apartamento, que si no el primer día va a ser interminable.
Con el tren JR daba mucha vuelta y tardaba mucho más en llegar a la zona de Namba, así que utilicé la pasmo para pagar los trayectos.
La estación de Nishinakajima–minamigata, estaba a 10 minutos andando del apartamento, más cerca que la estación de Shin-Osaka.
La estación de Nishinakajima–minamigata, estaba a 10 minutos andando del apartamento, más cerca que la estación de Shin-Osaka.
Cargué la pasmo con 2000¥, en efectivo, ya que no se puede cargar con tarjeta y fui hasta la estación de Namba. El trayecto me costó 240¥.
Me daba miedo perderme en el centro comercial subterráneo, porque son como ratoneras, pero este año supe salir bien, sin dar muchas vueltas. Ya era prácticamente de noche cuando llegué.
La primera parada fue en Matsumoto Kiyoshi, para comprar mi jabón favorito para la cara, el Perfect whip collagen por 657¥ . También quería la crema de ojos, pero como había varias de la misma marca, no sabía cual era e hice fotos para comparar y comprarla otro día.
La primera parada fue en Matsumoto Kiyoshi, para comprar mi jabón favorito para la cara, el Perfect whip collagen por 657¥ . También quería la crema de ojos, pero como había varias de la misma marca, no sabía cual era e hice fotos para comparar y comprarla otro día.
Eran ya las 18:00 y la zona de Dotombori estaba llenísima de gente. No recuerdo haber visto antes tanta gente. Era un poco agobiante.
Crucé el puente donde está el cartel de Glico y fui a mirar un sitio que han puesto para hacerte una foto con el cartel de fondo. Había cola, aunque no había que esperar mucho. La gente se hacía la foto rápidamente y salía.
Crucé el puente donde está el cartel de Glico y fui a mirar un sitio que han puesto para hacerte una foto con el cartel de fondo. Había cola, aunque no había que esperar mucho. La gente se hacía la foto rápidamente y salía.
De camino hacia el Don Quijote, me encontré algunas decoraciones con luces muy chulas, con imágenes de pinturas tradicionales. Crucé por el siguiente puente hasta llegar a la tienda, de la que tuve que salir enseguida, porque no se podía ni caminar. Parecía que estaban regalando algo de la cantidad de gente que había ahí dentro.
Aunque me hubiese gustado estar más tiempo callejeando, ya estaba muy cansada y aún me quedaba hacer la compra grande.
Me dirigí al supermercado Central Square Life, que hay junto a la estación de Namba, sin dejar de sorprenderme en el camino, cuando me encontré con un grupo de gente bailando en la calle, dirigidos por un chico que bailaba en el centro y les animaba y guiaba en los bailes.
Me dirigí al supermercado Central Square Life, que hay junto a la estación de Namba, sin dejar de sorprenderme en el camino, cuando me encontré con un grupo de gente bailando en la calle, dirigidos por un chico que bailaba en el centro y les animaba y guiaba en los bailes.
Llegué al super casi a las 7 de la tarde y estuve una hora dentro, comprando de todo. Me gasté un total de 5.457¥ que pagué con la tarjeta Revolut.
Sigue sorprendiéndome que los carritos en Japón sean de tamaño mini. De hecho son del tamaño de una cesta, que sacas del carrito para que te lo cobren y recoloquen de nuevo una vez pagado.
Este año casi todos tienen el sistema de cobro en máquinas. Te atiende una persona, pero luego te hacen pasar a una máquina para pagar.
Este año casi todos tienen el sistema de cobro en máquinas. Te atiende una persona, pero luego te hacen pasar a una máquina para pagar.
En algunos sitios incluso no hay gente atendiendo y te tienes que cobrar todo. Antes de salir, tienes unas mesas donde puedes meter tus compras en bolsas, sin prisas.
Aunque no había una sección sin alérgenos, como las que hay en otros supermercados grandes, encontré varias mezclas de pancakes sin gluten.
De nuevo regresé al apartamento en metro, pagando 240¥ con la pasmo.
No tardé ni 5 minutos desde el metro hasta el apartamento, a paso ligero, que la mochila me pesaba bastante como para entretenerme.
No tardé ni 5 minutos desde el metro hasta el apartamento, a paso ligero, que la mochila me pesaba bastante como para entretenerme.
Llegué al apartamento a las 20:20. Solté las compras, les hice algunas fotos en el poco espacio que tenía y aproveché para hacerle fotos a algunos desperfectos que había en el apartamento, como el enchufe junto a las camas, que estaba medio colgando, una barra de la puerta de la nevera que estaba rota y la sartén que tenía como un plastico derretido. Se lo mandé todo al anfitrión para avisarle y que pudiera solucionarlo para el siguiente huésped.
Hice el lavado de todos los cacharros de rigor y me preparé algo rápido para cenar. Unas gambas a la plancha y media batata que había comprado ya hecha, con un plátano de postre.
Hice el lavado de todos los cacharros de rigor y me preparé algo rápido para cenar. Unas gambas a la plancha y media batata que había comprado ya hecha, con un plátano de postre.
Ya eran las 10 de la noche cuando me puse a cenar, mientras me peleaba con la tablet, que no conseguía conectar al wifi y que necesitaba para poder ver los itinerarios que tenía guardados en Navitime.
Había guardado un archivo con los itinerarios, pero quería hacer algunas modificaciones, ya que había cambiado el orden de las excursiones, por la lluvia.
Me acosté casi a la 1 de la mañana, poniéndome el despertador a las 9, para intentar dormir lo máximo posible. Además me tomé la melatonina, que debía tomarla los 3 primeros días para combatir el jetlag.
Había guardado un archivo con los itinerarios, pero quería hacer algunas modificaciones, ya que había cambiado el orden de las excursiones, por la lluvia.
Me acosté casi a la 1 de la mañana, poniéndome el despertador a las 9, para intentar dormir lo máximo posible. Además me tomé la melatonina, que debía tomarla los 3 primeros días para combatir el jetlag.
Me desperté a las 7 de la mañana sin haberme despertado ni una sola vez. No eran 8 horas, pero 6 ya era un record para mi en un primer día de viaje, que nunca supero las 3 horas.
Compras del día
Compras del día
Central square life Namba
- 4 huevos 158¥
- Bolsa verduras para cocinar 198¥
- Gambas peladas descongeladas 479¥
- Salmón coho 417¥
- 550 ml agua 68¥
- Zanahorias 198¥
- 2 bebidas de almendra glico 238¥, 119¥ cada una
- Zumo verduras 109¥
- Lomo de cerdo estadunidenses cortado en rodajas finas 419¥
- 3 latas de maíz 298¥
- 3 latas atún en aceite 368¥
- Raíz de loto de tokushima 147¥
- Pechuga de pollo 311¥
- Preparado pancakes sin gluten Kinmemai 298¥
- Preparado pancakes sin gluten Mitake 298¥
- Setas enoki 138¥
- Brotes de soja 49¥
- 4 plátanos 228¥
- Espinacas 198¥
- Cebolla blanca 138¥
- Boniato asado 298¥
Total 5.457¥
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