lunes, 16 de junio de 2025

Japón 2024 - Diario de viaje - Día 5 - Osaka y Kioto: Shitennō-ji, Sennichimae Doguyasuji, Kuromon Market y Kodaiji

Martes 19 de noviembre 2024

Me desperté varias veces  para ir al baño y a las 6 ya no pude dormirme. Estuve como una hora en la cama intentando volver a dormirme sin conseguirlo.
Me duché y desayuné cereales con fresas, un huevo duro y un zumo Kagome.

No eran las 9 cuando salí del apartamento hacia la estación de Shin-Osaka.
La temperatura había bajado de golpe y me tocó llevar cazadora.
Tras comprobar en la web de JR, que podía subirme en el tren Haruka, porque Navitime no daba la opción con el Kansai Area Pass, me dirigí al andén 3, dirección al aeropuerto de Kansai, para ir hasta la estación de Tennoji.

Llegó un tren todo decorado de Hello Kitty y me subí en el coche 5, donde estaban los asientos no reservados. En este tren hay que pagar un extra, no se puede pagar solo con la pasmo, pero como está incluido en mi pase, puedo utilizarlo sin problema, siempre que me siente en los no reservados.
En este tren el trayecto era de solo 15 minutos.


En los asientos había folletos plastificados del uso del Haruka Express y un espacio para las maletas junto a las puertas. En el interior tiene decoración de Hello kitty pero muy sencilla, en las puertas básicamente.
En el poco tiempo que duraba mi trayecto, pasó el revisor, que me pidió el pase y me preguntó donde me bajaba.
Llegué a Tennoji a las 9:30 y camine unos 15 minutos hasta el templo Shitennō-ji.
El barrio es residencial pero tenía mucho tráfico y movimiento de gente, con avenidas principales y calles más pequeñas por las que llegué al templo.


Entré al templo por la puerta sur, donde había un cartel con un QR, informando que había varios puntos con QR con información en varios idiomas.
Como siempre, lo que primero que vi fue la fuente con agua con cazos para purificarse y un cartel con ilustraciones, explicando los pasos que hay que seguir para hacerlo correctamente.
El recinto estaba muy tranquilo y a pesar de estar en medio de un barrio residencial, había poco ruido.


El acceso es gratuito, salvo la zona de la pagoda, que tiene un coste de 500¥.
Como había leído que es de las pocas pagodas que se pueden ver por dentro, quería entrar a verla. 
En ese momento estaba saliendo un grupo de niños, con sus gorritos amarillos, que armaban bastante jaleo.


En el interior de la pagoda no se permite hacer fotos ni videos, pero por Internet he visto algún video del interior, así que o antes se podía o como suele estar solitario, la gente lo hace sin permiso.
Hay que subir descalzo, algo que no esperaba, y al ser escaleras de piedra y metal se pasa bastante frío.
Para subir tuve que hacerlo casi escalando con los brazos, porque eran escaleras muy empinadas.

En el último piso hay unas ventanas, pero entre el enrejado y el cristal con filamentos, poco se podía ver.
Frente a la pagoda está el Golden hall, un salón del templo donde en ese momento estaban rezando. Entré para ver si tenían el goshuin y me dijeron que ahí no lo vendían, que debía comprarlo fuera.


Recorrí los pasillos techados que rodean la pagoda, decorados con farolillos, hasta el lecture hall
Había algunas esculturas, vendían amuletos, pero no el goshuin, que me dijeron, lo vendían en el exterior.


No entendía dónde tenía que comprarlo, pero al salir de la zona de la pagoda y mirar en las tiendas, me indicaron dónde tenía que ir. Lo vendían en una oficina exclusivamente para el goshuin. 
No se si es que hay mucha gente normalmente, porque me pareció muy extraño que lo vendieran en un sitio exclusivo. Y tenían varias ventanillas, por lo que debe ser muy popular.
Como me pilló tan descolocada, no recuerdo ni el precio.


Sobre las 11:10 salí del templo por la puerta oeste. Cuando quise darme cuenta estaba sobre un paso de cebra. No había acera, sales del templo y te encuentras girando la esquina sobe el paso de cebra.
Regresé a la estación de tren y fui hasta JR Namba. Eran solo 10 minutos de trayecto.
Las escaleras mecánicas estaban rotas, pero por suerte había ascensores en esta estación.


Quería ir a unos mercados, pasando antes por una de las casas de cambio de la zona, que dicen que son de las más baratas de Osaka.
Las calles estaban plagadas de cables que cruzaban entre edificios, dándole un aspecto entre retro y moderno. Caminé por las estrechas calles siguiendo las indicaciones de Google maps, pasando un edificio totalmente rosa, simulando estar hecha de galletas. No me quedó muy claro si era una love hotel o una tienda de dulces, pero conociendo lo bizarros que pueden llegar a ser los love hotels, creo que era esto último.


Por la primera casa de cambio que pasé el euro estaba a 160¥, mientras que en Revolut estaba a 163.
Crucé la calle para mirar en la que tenía anotada, Currency exchange Namba, y tenía el mismo tipo de cambio, pero con la ventaja que se realiza directamente en una máquina y la interacción humana es mínima. Hice el cambio a 160,91. Por 200€ me dieron 32.180¥.
Como no sabía si ese cambio se realizaba en la máquina o había una ventanilla, pregunté al chico que estaba en la puerta antes de lanzarme. Había más gente cambiando, así que pude ver cómo funcionaba mientras sacaba los euros.
Cada pantalla tiene la información en varios idiomas, así que no tenía mucho misterio. Solo había que indicar la moneda que querías cambiar, darle ok, meter el dinero y te sacaba el cambio, junto con un ticket.

 

Desde allí caminé hasta Sennichimae Doguyasuji, una calle donde venden todo tipo de menaje y maquinaria para hostelería. Del estilo de Kappabashi en Tokio, pero cubierto y un poco más pequeño.
Había un robot con folletos paseando por la calle, con el cuerpo de un alien en forma de globo.
Eran las 12 y había bastante movimiento, aunque no había muchos turistas occidentales.
Entré a una tienda de ropa de trabajo, donde había varias personas comprando, en un espacio super reducido, lleno de telas por todas partes. Encontré un delantal verde con motivos japoneses, que compré para llevarle a Laura de regalo. Me costó 2650¥.
En otra tienda de cerámicas encontré una grulla azul de porcelana, para colocar los palillos, que sabía que le iba a gustar a mi madre. Me costó 800¥.

Había tiendas donde tenían espacios temáticos, con tazas, platos, palillos y cuencos todos de gatitos.


No eran las 13:00 cuando salí del mercado, camino a Kuromon Market y entre uno y otro pasé por una tienda de frikadas, llamada Gee!Store. No tenía intención de comprar nada, pero entré a curiosear y al final salí con un libro de ilustraciones de Naruto por 1650¥. Había de muchas temáticas diferentes, pero de lo que más había era de chicas semi desnudas.


A las 13:00 llegué a Kuromon market.
Nada más entrar a la calle techada, vi una tienda de cosmética y farmacia, llamada Kirindo a la que entré a buscar la crema de las picaduras. También compré unos parches para el dolor, que había visto hace unos días en Instagram. Tenía mucho dolor en el hombro y quería ver si con eso lo solucionaba.
Las dos cosas me costaron 1316¥, 658¥ cada cosa.

Al lado había un Daiso pequeño, con artículos tradicionales expuestos fuera de la tienda, como calcetines tabi (con una separación para el dedo gordo), juegos tradicionales, caretas, palillos, katanas y bolsitas de tela.


No pude evitar comprar un  daifuku de fresa en un puesto donde vendían de varios sabores, a 400¥, junto vasitos de patata dulce a 600¥. Me pareció un poco caro, pero no estaba viendo muchos por Osaka.

Había bastante movimiento de gente, pero no era agobiante, la mayoría parecían locales o turistas asiáticos. Apenas había turistas occidentales.
Había puestos de pescado y marisco, donde tenían parrillas. Vendían ostras o patas de cangrejo a la brasa. Pinchos de carne desde 2500¥ y pinchos de gambas y calamar a 1000¥. Los tenían expuestos frescos en vitrinas, algunos con espacio de mesas en el interior, aunque también se podían comprar para llevar, tanto crudo como hecho.


Había fruterías bastante económicas, con frutas enteras y frutas cortadas en el frontal de la tienda, como piña a 300¥, pitaya a 250¥ y fresas con la cara de Kumamon en el envoltorio.

El mercado no era muy grande y tras menos de 1 hora, caminé de regreso a la estación de Namba, donde esta vez me subí al metro, para ir más rápido hasta Umeda, pagando 240¥ con la pasmo. Desde ahí utilicé mi pase de JR para ir hasta Kioto en un special rapid, que tardaba solo media hora.
Llegué a las 14:45 a la estación de Kioto y me subí a un tren hasta Tofukuji, donde tenía que cambiar el pase de la Keihan para hacer trasbordo ahí mismo. En cualquier otra circunstancia, habría pagado el trayecto con la pasmo, pero como lo tenía incluido en el kansai pass, buena gana de estar gastando más dinero.

Cuando iba a salir de la estación, llegué a lo que supongo eran las taquillas de trasbordo, donde no había nadie y había un cartel con indicaciones de cómo hablar por intercomunicador, pero sin poder hacer señas, complicado sin saber japonés. 
Tras mirar más detenidamente, vi que había varios carteles y en uno indicaba que esa era la salida de trasbordo, no la principal, así que regresé al andén para buscar la salida principal. Me subí al ascensor para ir al otro lado de la estación y llegar a la puerta este.

En estas taquillas sí había una persona atendiendo. Le enseñé el kansai pass y el billete de keihan, que me lo cambió por un Kyoto Sightseeing pass en el que ya tenía marcado el día de hoy. Entiendo que este no se puede recoger cualquier día y activarlo cuando quieras, te lo dan ya con la fecha del día que haces el cambio.

Accedí al andén introduciendo el pase por el torno y me subí al metro hasta la estación Kiyomizu-Gojō. No fueron ni 5 minutos de trayecto.
Mi destino era Waco crepes, que hasta ese día había estado cerrado y es parada obligatoria en todo viaje a Kioto, ya que hacen los crepes sin gluten (ni lácteos) más ricos que he probado jamás.

Eran ya casi las 15:30 cuando llegué, tras caminar pocos minutos desde la estación. Por esta zona, como es un barrio tradicional y son callecitas pequeñas, hay poco transporte público.
Este año vi que tenían más opciones de masa de crepes, con semillas de amapola, matcha, semillas de cáñamo y remolacha. También tienen helados de varios sabores, de soja o de coco por 700¥.


Tienen muchas opciones de dulces o salados con opciones veganas, aunque las opciones veganas tienen un coste extra.
Pedí el de banana y chocolate, que costaba 1903¥, aunque con el chocolate vegano el precio fue de 2163¥.

Pagué con tarjeta a las 15:40 pero me tocó esperar bastante. Había gente esperando su pedido y como los hacen al momento siempre hay que esperar un rato. 
Me dijeron que estaban todos los asientos ocupados, así que lo pedí para llevar, pero mientras esperaba se liberaron y pude sentarme al fondo. 
Me dio la impresión que el espacio era más pequeño que el año anterior.


Sobre las 16:00 me trajeron mi crepe y juraría que era más grande que en el anterior viaje. Pesaba bastante. No se si ahora son así de grandes o que como me hicieron esperar más de lo normal le pusieron mas relleno. Estaba buenísimo y lo devoré en 10 minutos, poniéndome perdida de chocolate.


Nada más terminar salí directa hacia el templo Kōdai, callejeando cuesta arriba hasta toparme con la Yashaka pagoda, iluminada por el sol del atardecer, donde se hacían fotos varias chicas con kimono.
Giré a la izquierda, dirección al templo, pasando por Ishibe kōji road, un callejón por el que caminamos en nuestro primer viaje a Japón y que ahora tiene un cartel en la entrada con un prohibido móviles y cámaras.


Faltaban 15 minutos para las 17:00 cuando llegué al pie de las escaleras que dan acceso al templo zen Kodaiji. Había mucha gente subiendo y bajando, por lo que temí que también estuviera saturado el templo, a pesar de que había leído que no tenía muchas visitas.
En la cima de las escaleras, a mano derecha tienen las ofrendas y venden los amuletos y el goshuin. A la izquierda está la entrada.

Del 25 de octubre al 15 de diciembre tenían un espectáculo de iluminación nocturna de 17:00 a 22:00 a 600¥. Con lo pronto que cierran todos los templos, estas opciones son perfectas para alargar un poco más las horas del día.

Había una entrada combinada por 900¥ para el kodai-ji y Entoku-in, pero como ya era tarde, solo iba a entrar a este templo. Incluye entrada a un museo, que o no lo vi, o a la hora que salí ya estaba cerrado. Te dan un folleto en inglés.
El sol ya se había puesto, así que me tocó hacer las fotos con el móvil, porque con la cámara no tenía luz suficiente y no se permiten trípodes.

En la entrada había gente, pero no mucha y hasta hubo momentos en los que me quedé sola en el camino. Me había asustado con la cantidad de gente que había por la zona del templo, pero dentro se estaba bastante tranquilo.
Lo primero que vi fue un cementerio y a continuación un salón de té, que más bien parecía una casita en miniatura.
En el cielo en ese momento había montones de cuervos haciendo un ruido espantoso. Sobrevolaban en círculos la montaña junto al templo.
Había estanques y puentes de madera techados y aunque casi todo estaba verde, también había algunos árboles rojos salpicando el paisaje.


Eran casi las 17:00 cuando entré al Hashin-tei Garden, siguiendo la ruta que tomaba la gente, descalzándome en la entrada.
Era un jardín zen de piedras, con una puerta en frente y detrás se veía la estatua del templo Ryōzen Kannon a lo lejos.

De pronto empezó a sonar una música junto con un espectáculo de luces que se proyectaba sobre el jardín. Ya estaba oscureciendo, pero aún había luz y nos pilló a todos de sorpresa. Nos sentamos donde pudimos y al terminar esperé que empezase de nuevo, eligiendo un mejor sitio donde poder grabar.


Pasados 10 minutos salí para continuar viendo el templo y ya estaban todas las luces del jardín encendidas. Se escuchaba de fondo la música del espectáculo de luces.
Había algunas zonas espectaculares, con los reflejos de los colores de los árboles en los estanques.
Por suerte con el móvil que llevaba este año, un s23, al menos podía hacer fotos y videos medio decentes por la noche. 

Subí por un camino de escaleras, en silencio, porque apenas había gente, hasta llegar a otra zona donde había unas escaleras con tejado de madera. Continué por otro camino de escaleras que subían, que por suerte eran bajitas y no tan empinadas como en otros tramos.
En la cima estaba todo silencioso, apenas había gente, tan solo alguna persona que caminaba en silencio.


El camino continuaba de bajada, siguiendo una ruta circular, y al final de las escaleras estaba el bosque de bambú, iluminado con unos puntos diminutos de luz, que se movían proyectados sobre los troncos.
Aquí sí había más gente, ya que muchos se paraban a hacer fotos, pero nada agobiante.
Incluso pude encontrar un momento para grabar algún vídeo sin gente.

Ya en la zona principal del templo, seguí las señales que indicaban la dirección al museo y me encontré en la salida del templo. No se si es que estaba fuera o estaba cerrado.
Era ya noche cerrada y no había mucha gente fuera del templo. Me pasé por el puesto donde vendían los amuletos y el goshuin. Costaba 300¥ y además compré un omamori dorado de los negocios por 600¥.
No quería regresar muy tarde, para poder hacer la colada y preparar todo para empezar el viaje hacia el sur de Japón.


Atravesé la puerta de salida que daba inicio a las escaleras de bajada, que en ese momento tenía los farolillos encendidos y se veía espectacular.
Llegué sobre las 18:00 a la estación Gion Shijo y en unos 10 minutos llegué a Tofukuji, para hacer trasbordo hasta la estación de Kioto, a la que llegué a las 18:30.
Me subí a un tren rapid hasta Shin-Osaka, que salía a las 18:42, que ya venía lleno y me tocó ir de pie, pero no quería esper más para no llegar muy tarde.

Como por las mañanas hay mucha gente en las maquinas de la estación, aproveché para cambiar mi pase regional de JR. No necesitaba hacer reserva de asiento, porque pensaba ir en un coche sin reserva, ya que haría paradas sin hora determinada.

La recogida del pase regional se hace en las maquinas que tienen lector de pasaporte, por lo que tuve que esperar que uno se liberase. 
Al intentar recoger mi billete me decía que no era valido mi código y entré en pánico, pero era porque no me había fijado que estaba en una máquina que no tenía lector de pasaporte.
En la maquina había que seleccionar “receive reserved ticket(s)" y después "JR-West online train reservation" que es donde había hecho mi reserva del pase.
También hay otras opciones para recoger el pase si lo has comprado en otros sitios como "Ex/smart EX express ride", "JR- Kyushu train reservation" y "Tickets reserved at travel agency".

Te pide el pasaporte, la tarjeta con la que hiciste el pago y el código que te mandan de la reserva, junto con el que has elegido tu. Me agobié un poco porque parecía que quería la tarjeta para cobrar algo, pero no me cobró nada, debe ser un error de traducción. Hasta te saca el recibo de pago de 26.000¥, pero lo comprobé y no me hicieron ningún otro cargo.

Llegué al apartamento sobre las 19:25 y me puse a hacer la colada.
No había una máquina de cambio y no tenía una moneda de 50¥ para el jabón. Me puse a buscar por toda la sala, porque me parecía raro que no hubiese máquina de cambio, y una chica que estaba allí me preguntó si necesitaba ayuda y por suerte pudo darme cambio. 
La lavadora de 7 kilos costaba 300¥. Cuando ya había metido la ropa y puesto en marcha, me di cuenta que había dos lavadoras más pequeñas, de 5 kilos, que costaban 200¥.
Eran como las de Tokio, que en las instrucciones te dicen que dejes correr el agua antes, pero como no entiendo bien esas instrucciones siempre pongo la ropa desde el principio y me dejo de líos.

 

Mientras esperaba, me puse a traducir carteles. En uno ponía que no dejases tu ropa desatendida, ya que había hombres robando ropa femenina, con un teléfono de contacto por si veías algo.
Aún quedaban 20 minutos de lavado, así que subí para hacer la cena mientras. Me puse una alarma para que no se me olvidase y me robaran.
Cuando fui a sacar la ropa vi que había una colilla dentro, que por suerte no me dejó la ropa oliendo mal ni nada, pero aluciné un poco porque no la había visto antes.
Puse la ropa en la secadora con los 100¥ que me quedaban, que daba solo para 7 minutos. No me quedaban más monedas, así que tendría que valer con eso. Los calcetines quedaron un poco húmedos, así que me tocó ponerlos a secar en perchas.


Eran ya las 21:00 cuando pude sentarme a cenar. Una ensalada con todo lo que me quedaba abierto; espinacas, maíz, atún, brotes de soja, zanahoria, aguacate y 2 higos de postre.
Como estaba muy cansada me tomé un diazepam para intentar descansar un poco mejor. Sobre las 12 de la noche me fui a dormir. 


Compras del día


Cerámica Yamaka 
  • Grulla de cerámica 800¥
Kirindo kusuri
  • Parches dolor 658¥
  • Crema picaduras 658¥
Total 1316¥

No hay comentarios:

Publicar un comentario