Miércoles 8 de marzo de 2023
Me desperté a las 8:20, habiendo dormido 8 horas. Parece que apenas empiezo a dormir bien cuando ya casi termina el viaje.
Desayuné pancakes con fresas y arándanos y una bebida de soja de chocolate que estaba bastante buena.
Estas bebidas de soja están en todas las tiendas y hay de muchos sabores, por lo que los intolerantes a los lácteos tienen donde elegir.
Este día tenía que hacer el checkin para el vuelo, que salía al día siguiente, aunque nos habían mandado un mensaje avisando de que estaban actualizando sus sistemas y que solo se podría realizar en el aeropuerto.
Había reservado mi asiento previamente, para ahorrarme disgustos, pero aún así quería comprobar si se podía hacer, para no tener que ir con tanto tiempo al aeropuerto.
Esperé hasta las 10, para darme cuenta de que no se podía hacer nada. Ni siquiera dejaba iniciar sesión en la app o la web.
Se me había hecho un poco tarde, pero como el plan del día era bastante tranquilo, no pasaba nada.
Esta vez iba a ir en bus a mi primer destino del día. Había mirado en Google y era el método en que se caminaba menos, aunque era casi una hora de trayecto.
Esta vez iba a ir en bus a mi primer destino del día. Había mirado en Google y era el método en que se caminaba menos, aunque era casi una hora de trayecto.
Cuando salí a la calle estaba todo lleno de basura. Parecía ser el día de recogida de cartones, porque estaba la calle llena de cartones bien dobladitos, apoyados contra postes o árboles.
Me tocó esperar poco más de 10 minutos a que llegase mi bus, a pocos metros de mi hotel.
En las paradas de autobuses hay indicadores electrónicos para saber cuánto le queda por llegar.
Lo único malo de los buses, es que tienen asientos pequeños y si eres un poco alto, no te entran bien las piernas.
En las paradas de autobuses hay indicadores electrónicos para saber cuánto le queda por llegar.
Lo único malo de los buses, es que tienen asientos pequeños y si eres un poco alto, no te entran bien las piernas.
Pagué 210¥ con la pasmo al entrar, por la puerta delantera, y me senté en un asiento del lado derecho, justo después de la puerta trasera, que es donde suele haber más espacio para las piernas.
Desde mi asiento pude comprobar cómo estaban los cerezos del siguiente punto del día. Totalmente florecidos.
El bus iba bastante vacío y el viaje no se me hizo largo, ya que podía ir viendo la ciudad y el cambio de vida entre los diferentes barrios.
Llegué a Hirai Station sobre las 11:10 y caminé unos 15 minutos hasta el río Kyunaka, donde hay un montón de cerezos tipo kawazu, con el fondo del Skytree.
Atravesé un barrio residencial de camino y estaba totalmente silencioso, no había un alma por la calle.
Atravesé un barrio residencial de camino y estaba totalmente silencioso, no había un alma por la calle.
En Google se encuentra este sitio como Former Nakagawa Kawazu Cherry blossom.
Solo podía seguir las previsiones de floración por los comentarios que dejaban en las reseñas de Google Maps, así que no sabía como me los encontraría exactamente. Al inicio del viaje aún no habían florecido, pero por suerte, estaban en plena floración en ese momento.
Al llegar al río, te encuentras un paseo por la orilla del río, donde hay unas mesas de picnic. En un nivel más alto, hay otro camino, donde están los árboles de cerezo, que llegan hasta el siguiente puente.
El día estaba soleado y había gente paseando y haciendo fotos. Gente mayor, niños y algunas chicas haciéndose fotos con las flores.
En el puente del fondo se escuchaban pasar los trenes de vez en cuando, y detrás, se divisaba el Skytree.
Caminé hasta el siguiente puente mientras hacía fotos y disfrutaba de las vistas.
Para regresar a Asakusa, miré en Google maps y esta vez me hizo ir hasta la estación Kameidosuijin de la Tobu-Kameido Line. Una estación pequeñita con un paso a nivel, que justo se cerró cuando estaba llegando, y tuve que esperar para cruzar al otro lado.
Es esta zona no hay metro, así que me tocaba buscar el mejor medio de transporte y pagarlo aparte.
Desde Kameidosuijin fui hasta Hikifune, donde hice trasbordo hasta Tokyo skytree station, en un tren dirección Asakusa. Me costó 147¥ que pagué con la pasmo.
Desde Kameidosuijin fui hasta Hikifune, donde hice trasbordo hasta Tokyo skytree station, en un tren dirección Asakusa. Me costó 147¥ que pagué con la pasmo.
La salida me dejó muy cerca del lugar donde están los sakura con vistas a la torre y no tardé ni 5 minutos en llegar.
Eran las 12:50 y había unas cuantas personas haciendo fotos, pero tampoco era mucha como para no poder encontrar un sitio desde donde ponerme a hacer las mías.
Eran las 12:50 y había unas cuantas personas haciendo fotos, pero tampoco era mucha como para no poder encontrar un sitio desde donde ponerme a hacer las mías.
Ya había estado en los primeros días del viaje, pero apenas tenía flores y solo había un punto desde donde hacer fotos, en la única rama con flores. Ahora estaba en plena floración y se veía la torre desde cualquier punto y nos íbamos moviendo para cedernos el sitio unos a otros.
Las flores rosas destacaban con el fondo azul y ya se veían algunas hojas verdes.
Las flores rosas destacaban con el fondo azul y ya se veían algunas hojas verdes.
Tras 20 minutos haciendo fotos y vídeos, decidí continuar mi ruta del día.
A las 13:10 estaba camino de Otaco, la tienda de chiffon cakes sin gluten, que hay justo detrás de Asakusa, en bus. El trayecto era de tan solo 10 minutos y me dejó prácticamente en la puerta, en la calle que hay detrás del Sensoji. Menos mal que era un trayecto corto, porque me tocó ir de pie. Me costó 210¥, que como siempre, pagué con la pasmo.
Compré unos cuantos bizcochitos y desde ahí fui caminando hacia el hotel, atravesando el Senso-ji, pasando por la tienda de daifuku mochis. Me compré 3 de fresa, a los que pensaba quitarles la fruta, para poder llevarlos a casa.
Eran casi las 2 de la tarde y el templo estaba lleno de gente comprando y paseando.
La siguiente parada fue en Shochiku-en, una cafetería sin gluten y vegana. Estaba lleno y me dijeron que solo podían atender para llevar. Como solo quería comprar muffins, no tuve problema. Me llevé 2 de chocolate y uno de limón con té negro, por 1050¥ .
Antes de las 14:15 ya estaba en el hotel dejando las compras.
Quería ir a comer a Soranoiro Nippon, en la estación de Tokio. Hace poco empezaron a ofrecer opciones de ramen sin gluten y aún no había tenido tiempo de ir a probarlo.
Fui en metro directo, desde Inaricho hasta Nihonbashi, desde donde caminé un poco hasta la estación y una vez encontré el callejón del ramen, que estaba un poco oculto, enseguida vi el restaurante que buscaba.
Tiene en la entrada unas banderolas enormes con el nombre y las opciones de ramen que ofrecen.
Tiene en la entrada unas banderolas enormes con el nombre y las opciones de ramen que ofrecen.
Eran ya las 3 de la tarde, por lo que no era hora punta y no había mucha gente.
El pedido se realiza en la máquina de la puerta. Hay un botón en el que pone sin gluten, con el precio de 1300¥. Se puede pagar con efectivo o con tarjeta IC.
Había leído que tenía que decirles que era por una alergia, para que cuezan los fideos en un agua diferente, pero como me atasqué un poco esperando que la maquina me devolviera el dinero, (había que darle a un botón para que lo devolviera), la chica de dentro se acercó a ayudarme y preguntarme si era alergia. Tras responderle que sí, me señaló donde sentarme, al fondo, en una barra, de cara a la pared.
Me dieron un babero de papel, tras preguntarme si lo quería y por supuesto que sí, porque siempre me pringo cosa mala.
En 5 minutos me trajeron mi ramen, con 2 lonchas de cerdo, un huevo, naruto y hierbitas. Estaba rico y no picaba nada, muy sencillo pero saciante. Te dan agua gratis, por lo que nunca gasto extra en beber.
Tardé poco en terminarlo, dejando un poco del caldo, y salí sobre las 15:30.
Me paré en la entrada para hacer algunos vídeos del exterior, para dejar referencia de por dónde se entraba, porque es un poco lioso si no conoces el sitio.
Me paré en la entrada para hacer algunos vídeos del exterior, para dejar referencia de por dónde se entraba, porque es un poco lioso si no conoces el sitio.
En ese momento había cola en alguno de los restaurantes. La verdad es que nunca se a que hora comen aquí. Parece que hay colas a todas horas.
De camino a la salida, pasé por Character street, una calle subterránea en la estación, al igual que la del ramen, que tiene montones de tiendas, entre ellas la Jump Shop.
Entré a cotillear, pero de Naruto solo vi unas pegatinas y no vi nada interesante ni a buen precio.
Conseguí salir por la puerta principal, sin perderme, dirección al metro que está frente a la estación, que ya sabía que me dejaba en el mirador del Bunkyo Civic Center.
Entré a cotillear, pero de Naruto solo vi unas pegatinas y no vi nada interesante ni a buen precio.
Conseguí salir por la puerta principal, sin perderme, dirección al metro que está frente a la estación, que ya sabía que me dejaba en el mirador del Bunkyo Civic Center.
Al comprobar en Google maps, vi que el mirador estaba temporalmente cerrado (estaba en obras).
Dudé un segundo si ir al mirador del ayuntamiento, pero no me apetecía ir hasta la otra punta de la ciudad, así que simplemente fui paseando hasta el palacio imperial.
Cuando llegué al puente Nijubashi, vi unos guardias en sus casetas, tipo guardia inglesa, que nunca había visto antes o nunca me había fijado. Les hice algunas fotos con el teleobjetivo, para no acercarme mucho.
Apenas había turistas, algo raro en esta zona, donde siempre hay montones de grupos haciéndose fotos.
Caminé hacia el sur, para apreciar las vistas del puente, con parte del palacio detrás, hasta que vi un cisne que cruzaba el arco del puente y decidí seguirle. Iba en mi misma dirección, por lo que me hizo el trayecto mucho más ameno.
Al llegar al final del foso, se quedó comiendo algo junto a la pared y ya continué mi camino hacia el parque Hibiya, donde había un solo cerezo atrayendo toda la atención de los paseantes.
Se estaba poniendo el sol y aún me quedaba hacer las compras para llevar a casa.
Me subí al metro que hay a la salida del parque, Hibiya station, y en menos de 20 minutos estaba de regreso en Ueno.
La primera tienda en la que entré fue en un Seria, una tienda de todo 100¥, donde más o menos tienen lo que puedes encontrar en un Daiso.
Estaba buscando recuerditos, pero los quitaron por la pandemia y este año no los estaba encontrando en ninguna parte. Aún así encontré alguna cosilla mona, como un anillo de móvil de un gato y cordones organizadores con gatos.
La siguiente parada fue Matsumoto Kiyoshi, donde compré algunas cosas de cosmética y cuidado facial para mi hermana y alguna cosilla para mi.
Me subí al metro que hay a la salida del parque, Hibiya station, y en menos de 20 minutos estaba de regreso en Ueno.
La primera tienda en la que entré fue en un Seria, una tienda de todo 100¥, donde más o menos tienen lo que puedes encontrar en un Daiso.
Estaba buscando recuerditos, pero los quitaron por la pandemia y este año no los estaba encontrando en ninguna parte. Aún así encontré alguna cosilla mona, como un anillo de móvil de un gato y cordones organizadores con gatos.
La siguiente parada fue Matsumoto Kiyoshi, donde compré algunas cosas de cosmética y cuidado facial para mi hermana y alguna cosilla para mi.
La última tienda fue Daiso. Tampoco tenían nada tipo recuerdos. Buscaba un maneki-neko para la tienda, pero no había de nada, ni calcetines, ni palillos con el Fuji, nada de nada.
Regresé al hotel en metro, para dejar las compras y salir a hacer fotos nocturnas al Sensoji, con el trípode, que lo había cargado todo el viaje sin llegar a usarlo. Aproveché para comer un daifuku de fresa antes de salir y me puse en marcha sin perder más tiempo, que ya eran casi las 19:30.
Me subí de nuevo al metro, para no andar más de la cuenta y me bajé en Asakusa.
Aún había mucha gente cuando llegué y se complicaba hacer fotos. Pensaba que iba a estar más vacío a esas horas, estando todas las tiendas cerradas.
Caminé hacia el templo y cuando llegué al final de los puestos comerciales, frente a la puerta Puerta Hozomon, vi a un chico echando agua en el suelo, para poder hacer fotos con el reflejo del agua. Cuando terminó se pusieron a hacer fotos los demás y les escuché hablar en español con acento mexicano. Me acerqué para ver si podía hacer una foto también, aunque mi móvil no es muy bueno con las fotos nocturnas. Con la cámara era imposible a mano alzada y no podia agacharme tanto, con las rodillas tan perjudicadas que tenía ya.
Tras un rato allí, parecía que había menos gente y continué caminando hacia la puerta oeste, para tener el Skytree de fondo. Como nunca había hecho fotos nocturnas con esta cámara, más bien estaba haciendo pruebas, hasta que el cuerpo aguantara.
El trípode era un poco malillo. Es de esos que pesan muy poco y son inestables, pero me hacía el apaño.
Hice alguna foto desde allí y regresé a la calle principal, donde ya apenas había gente. Eran las 9 de la noche y estaba practicamente vacio.
El trípode era un poco malillo. Es de esos que pesan muy poco y son inestables, pero me hacía el apaño.
Hice alguna foto desde allí y regresé a la calle principal, donde ya apenas había gente. Eran las 9 de la noche y estaba practicamente vacio.
Cuando estaba haciendo fotos en la calle comercial, con todos los puestos cerrados, se me acercó un poli a decirme que no podía hacer fotos con el trípode, que tenía que ser a mano alzada. Me lo dijo todo con gestos, en japonés.
Me tocó guardar el trípode y la cámara, porque sin el tripode no puedo hacer nada, ya que el objetivo no es nada luminoso y tampoco había superficies donde colocarla.
Intenté hacer alguna con el móvil, pero como ya eran casi las 9:30 y hacía frío, decidí regresar al hotel para cenar y hacer la maleta.
Regresé en metro y me preparé para cenar lo que me quedaba, pasta con carne y un plátano.
Preparé un bocadillo de salmón ahumado y otro del jamón cocido extraño japonés, para el día siguiente y los muffins que llevaría en la mochila. El resto lo metí en la maleta, en la cajita de cartón que me dieron en una de las pastelerías.
Preparé un bocadillo de salmón ahumado y otro del jamón cocido extraño japonés, para el día siguiente y los muffins que llevaría en la mochila. El resto lo metí en la maleta, en la cajita de cartón que me dieron en una de las pastelerías.
Mientras preparaba la maleta me puse a pasar archivos al disco duro, lavar todos los cacharros y recoger lo que me quedaba de comida, junto lo que no quería tirar y pretendía dejar en recepción, como las botellitas de aceite de oliva y la salsa de soja sin gluten.
Era casi la 1 de la mañana cuando terminé de prepararlo todo.
La maleta no llegaba a los 17 kilos, así que no tendría problemas.
Tenía tiempo de sobra para dormir, porque saldría directa al aeropuerto a las 10 de la mañana y no pensaba despertarme hasta las 9.
La maleta no llegaba a los 17 kilos, así que no tendría problemas.
Tenía tiempo de sobra para dormir, porque saldría directa al aeropuerto a las 10 de la mañana y no pensaba despertarme hasta las 9.
Compras del día
Matsumoto kiyoshi
- Mascarillas arroz 650¥
- 50 mascarillas 980¥
- Crema ojos 839¥
- Aceite limpiador refill 298¥
- Tónico c 900¥
- Crema 6 en 1 980¥
- Biore crema solar 698 x 4 (2792¥)
- Perfect whip colágeno 598¥
- Melano cc 1430 x 2= 2960¥
- Anillo móvil gato 110¥
- 3 cordones organizadores gato 110¥
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