Jueves 9 de marzo de 2023
Esta noche me despertaron unos portazos a las 6 de la mañana, pero por suerte pude volver a dormir. Llega a pasarme al principio del viaje y seguro que ya no me duermo.
Terminé despertándome antes de tiempo, a las 8, aunque no tenía intención de levantarme antes de las 9.Me levanté directa al baño y a las 9 ya estaba desayunando un bol de cereales con fresas y arándanos.
Antes de salir le hice fotos a los manuales del apartamento. Tenían instrucciones para todo; el aire acondicionado, la arrocera, la tv y para conectar el PC a Internet.
No había instrucciones para la placa de cocinar, justo lo que más había utilizado y lo que más complicado era. Menos mal que existe el traductor por imágenes.
Salí del hotel sobre las 9:40, pasando antes por recepción para dejar las llaves y algunas cosas que me habían sobrado, como el aceite de oliva en botellitas y la salsa de soja.
Como el pase de metro caducaba a las 11 de la mañana, fui hasta Ueno en metro. Ya sabía donde estaban los ascensores, por lo que no tuve que perder tiempo buscándolos. Llevaba solo una maleta y una mochila para ir más cómoda en los traslados. Cada año llevo menos equipaje y eso que llevo siempre comida en la maleta, que suele ocupar bastante.
Seguí las indicaciones hacia la línea Keisei, para ir al aeropuerto en el Skyliner, un tren más rápido y directo, aunque por el doble del precio del tren local. Te ahorras estar dando vueltas con las maletas y vas en asiento reservado, totalmente necesario cuando ya vas agotada.
Los accesos desde el metro hasta la keisei line tienen ascensores, incluso en los tramos en los que no hay escaleras mecánicas.
Había un tren a las 10:00, pero como ya era casi la hora, compré un billete para el tren de las 10:20, por 2570¥ que pagué en efectivo. Era 20¥ más económico si pagabas con la pasmo, pero como aún me quedaba mucho efectivo, tenía que gastarlo.
Me dieron el asiento 9A en el coche 3. Las personas que te atienden en taquilla son bastante mayores y no parecen hablar ni papa de inglés, pero como todo está muy bien indicado, no tiene pérdida.
Para acceder hay unos tornos para pasar con el billete o con tarjeta IC.
Bajé al andén, aunque aún quedaban 20 minutos. Siempre prefiero estar antes de tiempo por si me cuesta encontrar el andén asignado.
El tren acababa de llegar, pero por megafonía avisaban de que aún no se podía entrar. Estaban limpiando el interior y le daban la vuelta a los asientos.
A las 10:10 ya pudimos acceder. No había mucha gente y pude dejar la maleta en el lugar asignado, junto a la puerta de entrada. Es un tren con wc y sala de lactancia y se puede comer, ya que tiene bandejas plegables en los asientos.
A las 10:20 en punto, se puso en marcha. Estaba medio vacío, por lo que fue un viaje muy tranquilo. Fui disfrutando de las vistas mientras me tomaba el smoothie de melocotón y veía alejarse el Skytree, pasando de la ciudad al campo, hasta llegar al aeropuerto de Narita a las 11:04.
Para salir, pasé el billete por el torno de salida y no me lo devolvió. Una pena, porque me gusta conservarlos de recuerdo.
Para salir, pasé el billete por el torno de salida y no me lo devolvió. Una pena, porque me gusta conservarlos de recuerdo.
En 10 minutos ya estaba mirando los paneles de embarque para ver cual era mi puerta.
Por lo visto habían adelantado mi vuelo 10 minutos, en lugar de salir a las 15:55 saldría a las 15:45.
Por lo visto habían adelantado mi vuelo 10 minutos, en lugar de salir a las 15:55 saldría a las 15:45.
Me dirigí al mostrador de Etihad, que aún estaba cerrado y sin trabajadores. No eran ni las 11:20 y quedaban muchas horas para el vuelo, pero como nos habían dicho que debíamos estar mucho antes, ya había gente esperando, sentada en unas sillas cercanas.
Tenían una fila enorme preparada con cuerdas, pero aún estaba cerrada, con un cartel donde daban las gracias por la paciencia mientras actualizaban sus sistemas.
Me quedé junto a la entrada, detrás de una chica que ya estaba esperando de pie. No me apetecía sentarme, ya que serían muchas horas de vuelo.
Sobre las 11:30 llegaron las asistentes de vuelo y se reunieron en círculo, terminando con reverencias antes de ponerse detrás de los mostradores.
Me quedé junto a la entrada, detrás de una chica que ya estaba esperando de pie. No me apetecía sentarme, ya que serían muchas horas de vuelo.
Sobre las 11:30 llegaron las asistentes de vuelo y se reunieron en círculo, terminando con reverencias antes de ponerse detrás de los mostradores.
Ya éramos unos cuantos los que esperábamos en fila.
No tardamos nada en facturar el equipaje y a las 11:45 ya había dejado mi maleta y me habían dado el billete de embarque, que se iniciaría las 15:40. El siguiente desde Abu Dhabi, era a las 2:25 en la puerta 4. También comprobé que tenían mi menú sin gluten, que estaba anotado también en el billete.
No tardamos nada en facturar el equipaje y a las 11:45 ya había dejado mi maleta y me habían dado el billete de embarque, que se iniciaría las 15:40. El siguiente desde Abu Dhabi, era a las 2:25 en la puerta 4. También comprobé que tenían mi menú sin gluten, que estaba anotado también en el billete.
Como aún quedaba mucho tiempo para el embarque, fui a dar una vuelta por las tiendas, para buscar el maneki neko que no había encontrado en las tiendas económicas.
En la primera tienda encontré uno muy chulo por 1650¥. Le hice una foto para mandarla a la familia y que me dieran su opinión y continué mirando en otras tiendas. Vi unos cuantos más baratos, pero no me convencían.
Llegué hasta el mirador del aeropuerto, desde donde se pueden observar los despegues y aterrizajes de los aviones. Hay bancos, y aunque hay una reja, tiene espacios abiertos para poder hacer fotos.
Estuve un rato viendo despegar y aterrizar aviones y bajé de nuevo a la zona de las tiendas.
Ya me habían respondido en el chat que les gustaba el primer gato, así que fui a buscar la tienda, sin recordar muy bien cual era.
Ya me habían respondido en el chat que les gustaba el primer gato, así que fui a buscar la tienda, sin recordar muy bien cual era.
De camino pasé por un Lawson y compré un onigiri de salmón. Aunque llevaba comida de emergencia, siempre me gusta llevar algún onigiri para tener algo de reserva. Me costó 169¥ que pagué con la pasmo.
Tras revisar de nuevo las tiendas, encontré el gato que había visto, cuando ya pensaba que no volvería a encontrarlo. Estaba justo en la tienda más cercana al mostrador de facturación. Pagué con el efectivo, que aún me quedaban unos cuantos billetes.
Me quedaban unas horas por delante y decidí caminar hasta las llegadas para comprobar la tasa de cambio de ese día. Había alguien en el grupo de telegram preguntando por el cambio del aeropuerto y como lo tenía al lado, fui a comprobarlo.
En las máquinas estaba el euro a 140.54¥ y en Ninja exchange a 142.50¥.
En las máquinas estaba el euro a 140.54¥ y en Ninja exchange a 142.50¥.
Aproveché para hacerle una foto a la máquina que vende tarjetas sim, siempre más caras que las que puedas encontrar online.
Eran casi las 13:00, por lo que pasé por el wc antes de ir al control de aduana. Por cierto, tan limpios como siempre. En los aeropuertos es donde están más limpios y donde tienen todas las modernidades posibles.
El control fue súper rápido. Había poca gente y había una persona cada pocos metros indicando por dónde tenías que ir. Me hicieron sacar solo la cámara y el portátil, además de la bolsita de líquidos.
Tras esto, caminé completamente sola y bajé unas escaleras, hasta donde estaba inmigración.
Me comprobaron el pasaporte, antes de llegar a las máquinas, que te dan acceso automático, tras escanear el pasaporte y hacerte la foto.
No me gusta dar muchas vueltas hasta no ver dónde está mi puerta de embarque, por lo que seguí las indicaciones sin entretenerme mucho.
Pasé por una tienda donde tenían el tokyo banana, pero como no tenía espacio en la mochila, ni me paré a mirar precios.
Justo cuando llegué a la desviación hacia mi puerta de embarque, pasé por un 7-eleven, donde me paré a mirar si tenían algo para picar. Me compré una botella de agua, unas patatas de Calbee y un zumo Kagome. En esta tienda también había leche de almendras. Era muy pequeña, pero tenían un poco de todo.
Las 3 cosas me costaron 386¥, que pagué con la pasmo.
Tras esto, caminé completamente sola y bajé unas escaleras, hasta donde estaba inmigración.
Me comprobaron el pasaporte, antes de llegar a las máquinas, que te dan acceso automático, tras escanear el pasaporte y hacerte la foto.
No me gusta dar muchas vueltas hasta no ver dónde está mi puerta de embarque, por lo que seguí las indicaciones sin entretenerme mucho.
Pasé por una tienda donde tenían el tokyo banana, pero como no tenía espacio en la mochila, ni me paré a mirar precios.
Justo cuando llegué a la desviación hacia mi puerta de embarque, pasé por un 7-eleven, donde me paré a mirar si tenían algo para picar. Me compré una botella de agua, unas patatas de Calbee y un zumo Kagome. En esta tienda también había leche de almendras. Era muy pequeña, pero tenían un poco de todo.
Las 3 cosas me costaron 386¥, que pagué con la pasmo.
Eran las 13:25 cuando llegué a la puerta de embarque 26.
En esta zona también había tiendas, pero estaban casi todas cerradas. Apenas había gente y la mayoría de los asientos estaban libres.
Caminé un poco para ver los restaurantes que había. Un pasillo más allá había un poco más de movimiento, con un restaurante Ippudo con cola para entrar y un Mcdonals con bastante gente.
No había ningún restaurante apto sin gluten, así que me resigné a comer lo que llevaba.
Me fui a sentar donde estaba mi puerta de embarque. Los asientos tenían cargador de USB y eran cómodos, pero tras unos minutos sentada, viendo que aún quedaban unas horas, decidí buscar un lugar mejor, con vistas a la pista.
A tan solo a unos metros, había unas sillas de estilo de tumbona, que estaban completamente vacías. Me acomodé allí para comer, mientras miraba cómo trabajaban en las pistas y cargaban el avión.
Faltaban 20 minutos para las 2 de la tarde, así que ya tenía bastante hambre y devoré el bocadillo de salmón y el plátano que llevaba en la mochila. Así de paso me quitaba de algo de peso, que tenía ya dolor de espalda de ir con la mochila de un lado a otro.
Sobre las 14:30, empecé a ver movimiento por nuestra puerta. Me levanté para ir al baño y al regresar vi por las ventanas que estaban descargando un contenedor de catering de ANA en nuestro avión.
Hasta ese momento no me había fijado que en los carteles del vuelo ponía que era de código compartido. No ponía nada cuando compré el vuelo, pero por mi, estupendo. El catering de ANA es muchísimo mejor que el Etihad, sobre todo en los menús sin gluten.
Hasta ese momento no me había fijado que en los carteles del vuelo ponía que era de código compartido. No ponía nada cuando compré el vuelo, pero por mi, estupendo. El catering de ANA es muchísimo mejor que el Etihad, sobre todo en los menús sin gluten.
A las 15:00 empezamos a embarcar. Como el grupo que entraba primero era el de la cola del avión, entré la primera y al llegar a la puerta del avión aún estaban preparándose. Se sorprendieron un poco al verme llegar y al observar que tenía la gopro en el hombro, me preguntaron si estaba encendida. No se si es que estaban haciendo algo indebido cuando llegué o lo preguntaban por protocolo, porque fue la primera vez que me han dicho algo sobre la cámara.
Me la quité para no molestar y la guardé en la mochila.
Me la quité para no molestar y la guardé en la mochila.
Mi asiento estaba en la parte de la cola, en el pasillo de los asientos centrales, el 43G.
El avión era un B787 y las rodillas me rozaban con el asiento de delante. Pensaba que iría sola en mi fila, cuando estaba casi todo el mundo sentado, pero al final llegaron sus ocupantes. Sin embargo las dos filas de delante tenían el asiento del medio vacío.
El avión era un B787 y las rodillas me rozaban con el asiento de delante. Pensaba que iría sola en mi fila, cuando estaba casi todo el mundo sentado, pero al final llegaron sus ocupantes. Sin embargo las dos filas de delante tenían el asiento del medio vacío.
No empezamos a movernos hasta las 15:45, por lo que al final despegamos a la hora indicada previamente. No se si lo adelantaron 10 minutos para que la gente no se despistara, por el tema de la actualización de sus sistemas.
Media hora tras el despegue, sobre las 16:30, nos trajeron la primera comida. Como los menús especiales siempre los traen los primeros, me toca comer siempre un poco antes que al resto.
El plato principal era salmón a la plancha con langostinos, patatas, champiñones y una rodaja de limón. Por encima tenía un salsita, que retiré por si tenía algo de lácteos. No tienen opción de menú sin gluten ni lácteos, por lo que tuve que elegir sin gluten y arriesgar. Lo bueno es que suelen tener eso en cuenta e intentan que sean comidas sin muchas mezclas raras ni salsas.
También incluía un vasito con tomates cherry, rollo de salmón, una aceituna, espárrago verde y unas bolitas blancas que parecían queso y que no toqué. Un vasito con fruta; mandarina, melon y manzana. Además de la botella de agua, un panecillo de Nipponham con un gluten free enorme en la bolsita, que estaba bastante duro.
También incluía un vasito con tomates cherry, rollo de salmón, una aceituna, espárrago verde y unas bolitas blancas que parecían queso y que no toqué. Un vasito con fruta; mandarina, melon y manzana. Además de la botella de agua, un panecillo de Nipponham con un gluten free enorme en la bolsita, que estaba bastante duro.
Tenía 12 horas de vuelo por delante que intenté amenizar viendo pelis y levantándome de vez en cuando para estirar las piernas.
A las 20:50 nos trajeron un bocadillo, con las luces completamente apagadas. No veía nada. Tuve que encender la luz del asiento, con el miedo de encender el aviso a los asistentes, que nunca distingo cual es cual, para poder ver qué me habían dado.
Era una especie de bocadillo vegetal, envuelto en una hoja de arroz y lechuga que contenía lechuga cortada, zanahoria, rábano, espárragos y pepinos. O eso es lo que intuía que tenía, porque no tenía listado de ingredientes. Una comida un poco extraña, era como una ensalada, un poco fuerte, sin aderezos.
Solo pude dormir unos 15 minutos, mientras veía una peli. Nada raro en mi, que nunca consigo dormir.
El chico que estaba en el asiento central, no se levantó en todo el viaje, ni cuando me levantaba a estirar piernas o ir al wc. Ni una sola vez. A mi que me duelen las piernas nada más sentarme y este chico tan feliz sin mover ni un músculo.
El chico que estaba en el asiento central, no se levantó en todo el viaje, ni cuando me levantaba a estirar piernas o ir al wc. Ni una sola vez. A mi que me duelen las piernas nada más sentarme y este chico tan feliz sin mover ni un músculo.
Sobre las 12 de la noche, nos trajeron la última comida. Una tortilla con algo verde, salchicha, brócoli y una guarnición que sabía como a lentejas. Una botella de agua, yogur, panecillo y un vasito de fruta.
De nuevo nos lo dieron todo a oscuras.
De nuevo nos lo dieron todo a oscuras.
Aterrizamos sobre las 3:30, hora de Japón, 22:30 de Abu Dhabi, antes de la hora que tenía anotada. Aunque con los cambios horarios siempre voy totalmente desubicada.
Bajamos del avión por unas escaleras cubiertas y un autobús nos llevó hasta la terminal, que parecía que estaba a 20 kilómetros de todo lo que tardamos en llegar.
La escala era de 4 horas, así que tenía un buen rato por delante y ninguna prisa de llegar a mi puerta de embarque.
Hasta la 1:40 de la mañana no pondrían la puerta de embarque, según indicaba en los carteles, pero fui siguiendo las señales como si fuera a la que indicaba en mi billete.
Las aduanas eran las mismas del viaje de ida, en un sitio estrecho y no muy moderno, donde apenas miran lo que llevas y puedes pasar hasta el agua. Al menos esta vez no había tanta cola.
En mis notas tenía apuntado que mi vuelo salía de la terminal 3, pero en los carteles ponía que era en la 1, aunque aún estaba sin asignar la puerta de embarque.
Fui camino a la terminal 1 y de camino entré a un wc, donde estaban todas lavándose los dientes y quitándose el maquillaje, preparándose para un vuelo nocturno. Como estaba muy lleno, me limité a hacer pis y ya me prepararía unos minutos antes de mi vuelo.
Fui camino a la terminal 1 y de camino entré a un wc, donde estaban todas lavándose los dientes y quitándose el maquillaje, preparándose para un vuelo nocturno. Como estaba muy lleno, me limité a hacer pis y ya me prepararía unos minutos antes de mi vuelo.
Llegué a un sitio enorme, con un balcón circular en el que se veía la planta inferior de tiendas. Aunque había muchos asientos, estaba todo lleno de gente. Busqué la puerta de embarque que tenía en mi billete, para situarla y me dispuse a esperar en un asiento, rodeada de gente medio dormida.
De pronto empezó a sonar una alarma super escandalosa, que no paraba de sonar, pero nadie parecía reaccionar.
Eran ya las 12 de la noche, las 5 de la mañana para mi, y ese sonido me estaba taladrando el cerebro.
Me levanté para ver qué estaba pasando y había unos hombres uniformados queriendo entrar a un sitio que estaba cerrado y no podían abrir. Una luz estroboscópica salía de esa zona y el sonido tremendo de la sirena de emergencia sonaba a todo volumen. Unos señores con chalecos reflectantes estaban hablando por teléfono, pero allí no se movía nada. Tras media hora, consiguieron entrar y dejó de sonar. Ya pensaba que estaba arreglada la cosa cuando de golpe empezó a sonar de nuevo y no paró hasta media hora más tarde.
Casi me da algo sentada en la incómoda silla, con ese sonido aberrante durante tanto tiempo, con falta de sueño.
Cuando dejó de sonar, ya cabeceaba del sueño que tenía. A mi lado todos estaban roncando y según pasaban las horas más me preocupada por si perdían sus vuelos.
De pronto empezó a sonar una alarma super escandalosa, que no paraba de sonar, pero nadie parecía reaccionar.
Eran ya las 12 de la noche, las 5 de la mañana para mi, y ese sonido me estaba taladrando el cerebro.
Me levanté para ver qué estaba pasando y había unos hombres uniformados queriendo entrar a un sitio que estaba cerrado y no podían abrir. Una luz estroboscópica salía de esa zona y el sonido tremendo de la sirena de emergencia sonaba a todo volumen. Unos señores con chalecos reflectantes estaban hablando por teléfono, pero allí no se movía nada. Tras media hora, consiguieron entrar y dejó de sonar. Ya pensaba que estaba arreglada la cosa cuando de golpe empezó a sonar de nuevo y no paró hasta media hora más tarde.
Casi me da algo sentada en la incómoda silla, con ese sonido aberrante durante tanto tiempo, con falta de sueño.
Cuando dejó de sonar, ya cabeceaba del sueño que tenía. A mi lado todos estaban roncando y según pasaban las horas más me preocupada por si perdían sus vuelos.
El mío salía a las 3 de la mañana, 8 de la mañana en Japón.
A la 1:30 caminé hasta mi puerta de embarque, una entrada cercana a la puerta de donde había salido la alarma.
Las puertas de embarque están como en espacios más pequeños, tras un pasillo desde la zona circular central, donde había estado esperando. El número de vuelo estaba indicado en el inicio del pasillo y como en la puerta no ponía nada, resultaba un poco confuso. Tenían puesto un cartel a mano en el que se indicaba el número de vuelo y destino.
A la 1:30 caminé hasta mi puerta de embarque, una entrada cercana a la puerta de donde había salido la alarma.
Las puertas de embarque están como en espacios más pequeños, tras un pasillo desde la zona circular central, donde había estado esperando. El número de vuelo estaba indicado en el inicio del pasillo y como en la puerta no ponía nada, resultaba un poco confuso. Tenían puesto un cartel a mano en el que se indicaba el número de vuelo y destino.
Pasé por un wc cercano y me senté a esperar, porque parecía que aún quedaba un buen rato. Ya escuchaba a gente hablando castellano.
Tenía dolor de tripa por no haberme movido en tanto tiempo, pero no podía ponerme a andar de lo cansada y dolorida que estaba.
En el aeropuerto hacia muchísimo calor, pero en la zona de la puerta de embarque hacía mucho frío y tuve que ponerme la cazadora. Había mucha diferencia de temperatura.
En el aeropuerto hacia muchísimo calor, pero en la zona de la puerta de embarque hacía mucho frío y tuve que ponerme la cazadora. Había mucha diferencia de temperatura.
Sobre las 2:15 empezamos a embarcar. De nuevo nos tocó subirnos a un bus que nos llevó hasta el avión. Menos mal que en este viaje volaba con mochila, porque ya me costaba subir las escaleras así, como para tener que ir arrastrando una maleta.
Perdí la conexión wifi y ya no pude avisar de que había embarcado. Es lo malo de que te toquen aviones tan alejados de la terminal.
El vuelo salía a las 3:10. Eran las 2:25 y ya estaba en mi sitio, el 44G.
La primera comida nos la dieron a las 3:40. Dos panecillos duros de lo fríos que estaban, con relleno extraño de salsa de tomate y pepinillos que no me hizo nada de gracia.
Por suerte, estaba tan agotada, que pude dormir unas 5 horas del tirón, con la peli de El señor de los anillos de fondo.
A las 8:50 trajeron el desayuno. El plato caliente eran 2 rodajas de huevo duro con patatas, una especie de salchicha blanca y una rodaja de tomate. Un muffin de plátano, que no tenía lista de ingredientes, por lo que podría contener lácteos y lo guardé para dárselo a mi hermana. Un vasito de fruta con melón sandía, mango y uva, y una margarina.
Por suerte, estaba tan agotada, que pude dormir unas 5 horas del tirón, con la peli de El señor de los anillos de fondo.
A las 8:50 trajeron el desayuno. El plato caliente eran 2 rodajas de huevo duro con patatas, una especie de salchicha blanca y una rodaja de tomate. Un muffin de plátano, que no tenía lista de ingredientes, por lo que podría contener lácteos y lo guardé para dárselo a mi hermana. Un vasito de fruta con melón sandía, mango y uva, y una margarina.
Desembarcamos a las 11:20, de Abu Dhabi, las 8 de la mañana en España.
Tardamos un poco en salir porque había solo 2 mostradores para europeos y 8 para el resto. Nunca me había tocado hacer tanta cola para salir en el aeropuerto de Barajas.
Eran ya casi las 9 cuando me subí al tren satélite de la terminal 4. Aún me quedaba recoger las maletas y hacer los más de 40 minutos en coche hasta casa.
Menos mal que no tenía que ir a trabajar hasta por la tarde, porque estaba agotada. Les dije que me despertaran si me quedaba dormida, pero me dejaron dormir hasta la noche y no fui a trabajar esa tarde tampoco. Alguna ventaja tenía que tener ser autónoma.
Menos mal que no tenía que ir a trabajar hasta por la tarde, porque estaba agotada. Les dije que me despertaran si me quedaba dormida, pero me dejaron dormir hasta la noche y no fui a trabajar esa tarde tampoco. Alguna ventaja tenía que tener ser autónoma.
La experiencia con Etihad no fue mala, pero es de las peores con la que he viajado. Los asientos tienen poco espacio y la comida no es muy buena. Lo mejor es que tiene ofertas de vuelos baratos, por menos de 600€ y eso hace que sea una de las aerolíneas más accesibles para viajar a Japón.
No pensaba regresar a Japón en 2024, pero sacaron una super oferta de vuelos para noviembre y me lancé un poco a lo loco.
En breve comenzaré a subir el diario de viaje. A ver si consigo hacerlo en tiempo record para tenerlo terminado antes de que regrese de nuevo.
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