domingo, 5 de noviembre de 2023

Japón 2023 - Diario de viaje - Día 6 - Odawara y Matsuda


Lunes 27 de febrero de 2023

Me levanté a las 7 de la mañana directa a la ducha para salir sin perder ni un segundo.
Había dejado las cosas preparadas por la noche y llevaba desayuno en la mochila para no perder tiempo en el hotel, ya que iba a subirme a un shinkansen donde podría desayunar con calma.
Para desplazarme, utilizaba siempre el Google maps y seguía la instrucciones de vías y trenes.
No termino de apañarme con la app de Navitime, aunque haya gente que la prefiera para viajar por Japón.
La noche anterior a cada excursión, ponía la hora de salida para ver la ruta y antes de salir del hotel la actualizaba por si había alguna incidencia o cambio. Es lo bueno de Google maps, que indica absolutamente todo, hasta cuando hay retrasos o incidencias.

Tenía que coger un shinkansen a las 8:11 en Ueno, que me dejaría en la estación de Tokio, donde tomaría el shinkansen hasta Odawara.
Llegué a la estación de Ueno sobre las 7:45, buscando la entrada del shinkansen, hasta que me di cuenta que no tenía una entrada diferente a la JR, se entraba por el mismo sitio. Una vez dentro de JR ya indicaba la entrada de las vías del shinkansen.
Debía subirme a un tren que salía a las 8:11. En los paneles de información no aparecía el tren que tenía que coger, así que fui directa al andén que me decía Google y ya llegando vi paneles con indicaciones de este tren. 
Cuando estaba esperando en la vía, llegó otro tren que también paraba en la estación de Tokio y me subí, pensando que daría igual.
Eran las 7:52 y me dejó a las 8:05 en la estación de Tokio, antes de lo que habría llegado esperando el otro.
En cuanto me bajé entendí porqué Google maps quería que subiera en el que salía más tarde. Este tren me dejó en una vía super alejada de las vías de shinkansen de la estación de Tokio.
Como no había señales para ir hasta allí y no me ubicaba, decidí salir y buscar las señales de acceso al shinkansen. 
Aún dando un poco de vueltas, llegué antes de lo que habría llegado en el otro tren, así que tampoco fue mayor problema, solo me tocó andar un poco más.
 

A las 8:10 ya estaba en la vía del shinkansen en el que iba a viajar, un Kodama 709, en la fila del coche 6, de los que son sin reserva. 
Salía a las 8:27 dirección Nagoya, con llegada a Odawara a las 9:00. No iba muy lleno así que pude sentarme sin problemas en el lado derecho, junto a la ventanilla.
Siempre elijo el lado derecho, dirección Osaka y el izquierdo direccion Tokio, para estar en el lado por el que se ve el Fuji.
Nada más salir me puse a desayunar, un bollo de pepitas choco de Mercadona y un smoothie de la marca Kagome, que aunque son un poco más caros, tienen menos aditivos, por lo que son sin gluten ni leche y están muy buenos.
Hablando con la familia por whatsapp, me di cuenta de que se me ha olvidado la comida en la nevera. Tenía preparado el onigiri que me había comprado el día anterior, y que no pude comerme por el lio con la cámara. Ya no tenía remedio. Me compraría algo al llegar a Odawara.
Al ser solo media hora de trayecto, intenté no distraerme mucho para estar pendiente de cuando se viese el Fuji.
A 10 minutos para llegar a Odawara, se divisó el Fuji. Estaba despejado y se veía perfecto, con la cima nevada. Lo malo es que en este trayecto hay muchas edificaciones y cables por medio y no es muy fotogénico.


A las 9 en punto llegué a destino y antes de continuar pasé por el wc. Todo el mundo debió pensar en lo mismo, porque había bastante cola y me tocó esperar más de 5 minutos. Por suerte había muchos wc, muy limpios todos, y la cola avanzaba rápido.
La siguiente tarea antes de continuar era comprar algo para la comida. Lo más seguro son los onigiris, sobre todo cuando son tiendas desconocidas, así que miré varias cosas que podían ser sin gluten y terminé comprando un onigiri de salmón, por 155¥
Me dirigí a la vía que me indicaba  para ir hasta Shin-Matsuda, en la Odakyu Line, que no es una línea de JR. Podía haber ido en trenes de JR, pero daba muchas vueltas y tardaba más. Así que preferí pagar con la pasmo 220¥ para llegar antes.


El tren salía a las 9:25. No me entretuve mucho y tras comprar la comida fui directa a la vía, a la que llegué a las 9:20, antes de que llegara el tren. 
Como estaba totalmente vacío y no había gente en el andén, me entró la duda y pregunté a un revisor si era el que iba a shin-matsuda. Ya más tranquila, entré y vi que en las pantallas ponía el destino.
Este tren salía cada 10 minutos, por lo que tampoco habría sido muy grave perderlo.
En el camino se veía el Fuji desde otra perspectiva, tras unas montañas.
Llegué a las 9:38 y salí dirección al parque, siguiendo las indicaciones de Google Maps.
No había mucha gente y no vi ningún bus. Las pocas personas que salieron conmigo emprendieron la marcha andando, así que hice lo mismo.


Esta zona es bastante rural, con casitas bajas y calles principales grandes, como por la que me dirigía al parque desde la estación.
La primera parte es toda cuesta arriba, hasta torcer hacia la izquierda en otra calle principal, con el Fuji justo al fondo. A la altura de la estación de JR Matsuda, había que torcer a la derecha, para ir de nuevo cuesta arriba. Justo antes de llegar al parque, que está en la ladera de la montaña, se pasa por debajo de una autopista donde hay un cartel de madera indicando la dirección. Había carteles del festival, pero estaban todos en japonés.
Seguí avanzando, paralelamente a la autopista, hasta llegar a una carretera que subía hacia el parque. Ahí había señales de entrada, pero otra señal indicaba que era más adelante. Me paré junto con una pareja y tras dudar, todos seguimos caminando, detrás de otras 3 mujeres que ni se habían parado. Esta no era la entrada que me indicaba Google, así que tenía toda la pinta de que era más adelante.
Eran ya las 10 y se notaba más movimiento de gente.
En 3 minutos estaba en la base de la escalera de acceso.
El parque es gratuito pero en este festival cobran entrada, por lo que había un puesto donde te vendían las entradas a 300¥, que pude pagar con la pasmo. 
Tras comprar mi entrada, empecé a subir las escaleras empinadas que daban inicio. El acceso es todo cuesta arriba, con un camino de escaleras más amplias de tierra y troncos. Hay que ir pendiente de no tropezar, aunque está todo muy bien mantenido. 
Se escucha el ruido de la autopista que hay justo al pie del parque, por lo que no es un lugar que esté totalmente en silencio.
En esta zona del principio solo hay árboles de kawazu sakura, pero no flores de colza, que se divisan más arriba. Pero hay un punto, donde el camino pasa junto a otra carretera, por donde suben los autobuses y desde donde se ve el Fuji. Apenas se paraba la gente aquí, pero me gustaba como se veía la carretera con las flores de sakura y el Fuji al fondo.


Como no tenía el objetivo normal de la cámara, grabé e hice fotos con el móvil, aunque la calidad no fuese muy buena, sobre todo cuando activaba el estabilizador. 
Con la cámara solo podía hacer fotos y vídeos con el teleobjetivo, por lo que solo me servía para detalles o fotos en la distancia. No me quedaba otra, así que me tenía que apañar con lo que tenía.
Decidí tomármelo con calma y hacer fotos donde me gustara la vista, aprovechando que había poca gente, y menos mal que lo hice así, porque al final se veía el Fuji desde muy poco sitios y siempre estaban llenos de gente, sobre todo según avanzaban las horas. 
Eran las 10:20 cuando empecé a subir entre flores de colza y cerezos. El contraste de las flores amarillas con las rosas de los árboles se veía súper intenso mirando montaña arriba. Había ya bastante gente subiendo las escaleras, aunque tampoco era agobiante, se podía caminar y pararse sin molestar a los demás.
A las 10:35 llegué al acceso del tobogán que hay en este parque. Es bastante largo y bajas rodeado de flores de cerezo. Este es uno de los puntos que más había visto en Instagram, pero como estaba lleno de niños atascados a la mitad y muchos haciendo cola para subirse, ni me lo plantee. Además, si bajas por ahí, te toca subir de nuevo todas las escaleras. No, gracias. Sobre todo porque ya empezaba a llenarse aquello.
El camino era entre flores de colza y flores de cerezo, pero no había ningún sitio donde se vieran las flores de cerezo y de colza con el Fuji de fondo.

En menos de 10 minutos ya estaba en la zona del parking. Aquí hay un columpio para hacerse fotos con el Fuji al fondo y una explanada con bancos y sillas para comer, con vistas de la ciudad.
En esta zona es donde mejor se ve el Fuji, pero es feo con el parking y los autobuses pasando continuamente.
Me puse debajo de uno de los cerezos que había más cerca de la carretera, para poder evitar la gente pasando y la vista del aparcamiento, pero con el móvil no podía hacer mucha cosa. Había mucho sol, por lo que se complicaba grabar con partes del árbol en sombra y el Fuji a pleno sol.
Lo mío no es grabar con el móvil, siento que hace lo que le da la gana y me desespera.
Estuve un rato haciendo fotos ahí y desde el aparcamiento, ya con el teleobjetivo, con los cerezos que había al otro lado, con el Fuji de fondo.


A las 11:15, tras un buen rato haciendo fotos, decidí continuar. En ese momento estaban llegando muchísimos autobuses y se estaba empezando a llenar bastante.
No sé dónde pagarían la entrada al parque los que venían en bus, porque ahí no había ningún puesto de entrada.

Junto al aparcamiento hay una casita con baños y más arriba un puesto de comida con mesas y sillas. Como seguramente no podría comer nada de lo que venden, ni miro que hay y continuo mi camino.
Era un camino con una pared de setos a un lado y cerezos en el otro lado, en el lado del Fuji. 
Pasé por la entrada del trenecito. Es un tren de tamaño mini, pero donde también suben adultos.
Estuve mirando los horarios y salía muy pocas veces, por lo que había que hacer reserva con tiempo y costaba 300¥.

No se veía el Fuji por la altura de los árboles, pero había un punto, donde había unas señales de madera, desde donde se veía perfectamente y súper chulo. Justo ahí se veía también la vía del trenecito, que pasó en el mismo momento en el que estaba haciendo fotos.


Eran las 11:25 y en el momento que llegué no había nadie, pero enseguida se empezó a acumular la gente queriendo hacer fotos en el mismo punto. Era imposible grabar con el teleobjetivo, porque cada vez que pasaba alguien por detrás, me daba en la mochila y me movía la cámara.
Decidí continuar a ver dónde me llevaba el camino, que en realidad se acababa a los pocos metros. Estaba siguiendo una señal de un puesto de mandarinas, pero justo ahí estaba la salida del parque y como no sabía si podría volver a entrar, decidí devolverme por donde había venido.
Desde este punto se puede seguir subiendo el monte hasta el campo de cerezos que hay más arriba, de acceso gratuito.

El parque tiene tres entradas, por la que entre yo, que tiene unas escaleras muy largas, esta que está al norte del parque y que da acceso al otro campo de cerezos más arriba, y otra por la que saldría más tarde.


Pasé de nuevo por el punto desde donde se veía el Fuji y estaba llenísimo de gente. Ya estaban hasta obstaculizando el paso.
Eran las 11:40 cuando llegué de nuevo a la zona del aparcamiento.
No había pasado ni media hora y parecía que habían soltado a miles de personas a la vez. Había una cola enorme para subir a los buses, que en ese momento eran 3 buses los que estaban allí dejando y recogiendo gente.

No entendí muy bien el lugar donde está situado el columpio, ya que se ve el Fuji al fondo, pero también se ven los autobuses, que tapan toda la vista.
Si alguien quiere venir a hacerse fotos a este punto, que venga antes de que empiecen a subir todos estos autobuses. A medio día, desde luego es imposible.

 
Como ya eran las 12 y empezaba a tener hambre, busqué un asiento para comerme el onigiri. Misión casi imposible, porque estaban todos llenos. 
Me quedé junto a un banco donde parecía que se iban a levantar en breve y cuando me estaba sentando ya había una pareja mayor sentándose por el otro extremo. Menos mal que enseguida se liberó otro justo delante y se pusieron ahí. Parecía el juego de las sillas.
No había ninguno a la sombra, pero como hacía fresquito, se estaba bastante bien.
Delante del todo, había varias sillas en fila, todas ocupadas por gente mayor, que estaban de charla, mientras disfrutaban de las vistas.


10 minutos después, ya estaba levantándome, para terminar de ver el parque, antes de que se llenara más aún. En realidad me quedaba poco, solo la zona contraria al Fuji, a la izquierda de dónde había estado comiendo.
En el camino donde estaba la gente haciendo cola para el autobús, se podían ver las flores amarillas de la colza justo debajo de los cerezos, con las montañas al fondo. Era una vista super chula, lástima que el Fuji estuviera en el lado derecho, donde habían decidido poner el aparcamiento y las paradas de autobús.


Siguiendo este camino, llegué a una especie de aparcamiento pequeño, que en ese momento estaba ocupado con algunos puestos de comida, junto a un pequeño edificio blanco y circular.
Los puestos de comida eran de pescado espetado, de productos de sakura y de patata dulce (boniato o batata), donde por fin escuché la musiquita del yakimo, una música que tienen los puestos ambulantes de este producto, al estilo del afilador en España.
Los hacían a la brasa, por lo que podría haber comprado uno. Estaban a 400¥ el sencillo y 500¥ con margarina.


Desde la parte de detrás del edificio blanco, se veía el Fuji, con las flores de sakura y las flores de colza, lo malo es que había una caseta con el muro y la verja y vending machines por medio, que estropeaban la vista por completo.
Eran ya las 12:30 cuando empecé a bajar, para salir del parque. Las escaleras de la zona de los cerezos estaban tan atascadas de gente, que no se podía caminar, así que me salí por una pequeña puerta, que daba al Matsudayama Herb Garden, que en ese momento estaba sin plantas de ningún tipo.
Como esta ladera estaba en forma de escaleras, hacía las veces de bancos y en ese momento había varias personas sentadas en varios puntos.
Seguí un camino de bajada, en zig zag, hasta la puerta de salida, para no ir dando tumbos.
Esta salida daba a otra calle asfaltada, que bajaba hasta la primera entrada que vi al llegar al parque, en la que nos paramos con la duda de si se entraba por ahí.


Había dos personas atendiendo en el puesto de entrada, y al despedirme, vi que tenían un sello y les pedí si podían ponérmelo en mi libreta. No me entendieron a la primera, así que intenté decir stamp, como imaginaba que podrían pronunciarlo en japonés y acerté, porque enseguida me entendieron y se rieron, un poco alucinados por mi petición.
Es un sello en el que pone la fecha, supongo que por si quieres salir y volver a entrar, pero a mi me sirve para mi colección, que aún es pequeña, porque siempre se me olvida buscarlos allá donde voy.
La bajada por este lado es un poco feucha, ya que vas caminando por la carretera, junto a una verja metálica medio descompuesta, pero pasa por un mandarino que estaba llenito de mandarinas, justo delante de los cerezos en flor. Lástima que el sitio no era muy fotogénico.
Lo más chulo de la bajada fue encontrarme un pequeño santuario, el Oyamazumi Shrine, con los cerezos divisándose al fondo.


Llegué a la entrada del parque sobre las 12:55 y regresé caminando por donde había venido, hasta la estación de Matsuda, a la que llegué en unos 5 minutos.
Era una estación muy pequeña y no había máquina para introducir el JRP, por lo que se lo enseñé al señor que estaba en la puerta, que me dio acceso con la mano, mientras me decía hurry hurry, porque estaba allí el tren. Caminé a paso ligero y al llegar a las vías vi que el tren se paraba en el quinto pino, super lejos de la entrada, así que me tocó correr un poco para no perderlo.
El tren salió a las 13:06 y llegó a las 13:16 a Shimosoga. Iba llenísimo, por lo que me tocó ir de pie, pero tampoco me importó, ya que iba mirando las vistas con el Fuji.
En la salida de esta estación tampoco había máquina, así que tuve que enseñar de nuevo el JRP.
El edificio de esta estación es también pequeñito y justo en la puerta había un cerezo que estaba floreciendo.


Se bajó muy poca gente, pero al menos pude ver algunas parejas de mujeres que caminaban en la misma dirección que yo, hacia el Soga Plum Grove.
Eran las 13:20 y aunque hacía frío, el sol hacía que al poco de caminar te dieran ganas de quitarte el abrigo.
Fui siguiendo las indicaciones de Google maps, caminando en paralelo a las vías del tren, hacia el sur. Llegó un momento en que las señoras que tenía delante se desviaron y decidí seguir lo que me decía Google, sin tener muy claro que me llevase por el camino correcto, ya que parecía que daba un pequeño rodeo.
Pasé por un puesto con mandarinas y alguna que otra verdura. Era de esos puestos con cajas con el precio y sin nadie atendiendo. No estaban nada mal de precio, a 100¥ la bolsa de mandarinas.
Un poco más allá del puesto, vi de nuevo a las señoras un poco más adelante, aunque de nuevo terminé caminando sola, ya entre ciruelos, por una carreterita por la que no pasaba ni un solo coche.
Si nos es porque al fondo se veía una banderola rosa y coches aparcados, habría pensado que me había perdido.

Llegué sobre las 13:40, a lo que parecía el aparcamiento del festival. Era pequeño y no había muchos coches y se intuía que era el aparcamiento del festival por las banderolas con flores, porque en realidad no había señales más que en japonés.
No parecía haber nadie, no se escuchaba ni un ruido y no veía gente a mi alrededor.
Me puse a caminar hacia el este, por donde más ciruelos se veían, buscando algún punto central del festival, puestos o gente.


Había zonas de ciruelos a los que apenas les quedan flores y otros que aún estaban floreciendo, con muchos capullos.
Los ciruelos no son como los cerezos, que parecen frondosos, con muchas flores. Son más desnudos y la mayoría tenían flor blanca. Destacaban mucho menos que los cerezos rosa intenso que acababa de ver.

A las 13:55 pasé por una zona de puestos, pero parecían cerrados. Me resultó bastante extraño, porque apenas había gente, dos personas en uno de los puestos, donde no parecían estar vendiendo nada, y se divisaba alguna otra paseando a lo lejos.

En este punto, decidí meterme entre los árboles, siguiendo una flecha y un camino hecho con cuerdas de plástico. No había nadie, caminaba sola, aunque al rato vi que un chico me seguía un poco alejado. Llegando al final, no había más indicaciones. Solo había una lona azul en el suelo, en un pequeño claro. Seguí caminando entre árboles a ver dónde llegaba y el chico que venía detrás me siguió, porque no había salida señalada y seguramente tampoco sabía por dónde salir.


En unos minutos llegué a una especie de canal, donde había más gente paseando. Caminé en dirección a la gente y terminé llegando de nuevo al lugar de los puestos, pero por el lado contrario desde donde lo vi anteriormente. 
Hay una especie de casa a un lado del camino, con unos bancos para sentarse todos juntos y al otro lado del camino, unos puestos fijos con bancos tipo los que usan para tomar té.
En este punto hay un mapa de situación donde indican los puntos con flores y algunos festivales de la zona.
Había un panel con fotos de las flores de diferentes colores y un tori de piedra, pero no vi el santuario, a menos que fuese la especie de casa que había al lado.


Las bolsas de mandarinas costaban 500¥ en estos puestos, pero también vendían todo tipo de productos hechos con ciruelas. Apenas había alguna persona atendiendo, ya que no había un alma.
Había como 10 personas en total en esta zona, totalmente silencioso y solitario. No entendía muy bien si es que era tarde, si ya se había acabado el festival o qué pasaba. 
Di unas vueltas entre ciruelos y sobre las 14:25 decidí regresar a la estación, por un camino de tierra que había entre dos campos de ciruelos.


De camino vi un cartel en el que ponía, en japonés, que el festival de la ciruela había terminado, que el huerto de ciruelos es un terreno privado y que no se permite el paso.
Todo muy raro, porque había puestos y caminos señalizados. En este momento estaba totalmente desconcertada.


Tras ver la señal, me quedé un poco parada, por si estaba atravesando el huerto, pero era el camino que me indicaba Google maps, así que decidí seguir, con un poco de aprensión por si estaba haciendo algo mal, hasta que vi gente caminando más adelante y ya pude tranquilizarme.
Tras un tramo bastante largo, en medio de la nada, llegué a la misma calle donde estaba el puesto de frutas que había visto a la ida. Seguramente este sería el atajo por donde fueron la mayoría de las señoras que bajaron conmigo en el tren.
Eran las 14:45 cuando llegué a la estación. No había nadie atendiendo y la poca gente que había, miraba desconcertada los carteles, hasta que pasaron con su tarjeta IC por la máquina. Como no había donde meter el JRP, pasé sin más, sintiéndome un poco criminal.
Las vías estaban al otro lado y no había ni ascensor ni rampa, por lo que me tocó subir escaleras.
Quedaba un rato para que llegase mi tren, así que pude hacerle fotos al que llegaba en el otro sentido, con el Fuji de fondo.
No era la única haciendo fotos, ya que un señor mayor se me estaba poniendo todo el rato delante para hacer las suyas. Pude hacerlas sin interferencias cuando se subió al tren, que por poco le deja en tierra. 


A las 15:05 llegó el tren de Gotemba line, que me llevaría desde Shimosoga hasta Kofu. Iba muy lleno, por lo que fui de pie, admirando las vistas del Fuji. Apenas eran 6 minutos de trayecto, así que no suponía mucho problema.
En Kofu me subí a otro tren, a las 15:19 de la Tōkaidō Line, que llegó a Odawara a las 15:25.
En Odawara ya había señales en inglés, por lo que salí de la estación siguiendo las señales hacia el castillo. Es como el de Himeji, que no tiene pérdida, porque nada más salir se ve al fondo, a mano derecha.
La salida de la estación está en alto, pero hay escaleras mecánicas para bajar a la altura de la calle.
Me encaminé hacia el castillo por una calle principal, en la que había restaurantes de los que salía un olor súper bueno, y por la que transitaban montones de estudiantes.

En 5 minutos estaba ya en la entrada del recinto del castillo. En ese momento estaban en obras en los jardines y una gran extensión estaba vallada y se escuchaban excavadoras.
Al pie del castillo hay dos caminos, uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda, cuesta arriba. Decidí ir por la derecha y llegué a la parte de detrás del castillo, donde había un trenecito para niños, que en ese momento no estaba en funcionamiento.
El camino rodea el castillo, llegando a la entrada principal, al que se accede subiendo un gran tramo de escaleras.


El precio de la entrada es de 510¥ o 610¥ si quieres entrar al salón samurai Tokiwagimon. 
Solo quería ver el recinto, así que seguí caminando hacia el frontal del castillo, hasta donde estaban los árboles de cerezo, justo donde estaba la poca gente que había en la zona, a parte de la que entraba al castillo.
En la entrada al parque había un mapa con los puntos de flores en todo el recinto, así que es sencillo ubicar los árboles.

Di una vuelta alrededor y a las 16:00 emprendí la marcha de nuevo hacia la estación.
Las calles seguían llenas de estudiantes. Supongo que en esta zona se ven pocos extranjeros, porque muchos se daban la vuelta para mirarme o me saludaban al pasar.


El shinkansen salía a las 16:38, por lo que me quedaba algo de tiempo. Entré a la tienda de la estación (Bellmark Kiosk) y compré un smoothie de Kagome por 190¥, que pagué con la pasmo. Como es un zumo bastante grandote, dejé un poco para el desayuno del día siguiente.
Entré con algo de tiempo por si había cola en los vagones sin reserva, pero no había apenas gente.
Subí en el coche número 4, del Hikari 654. Quería sentarme en el lado izquierdo para tener vistas del Fuji, aunque seguramente se vería mal, al estar ya a contraluz, pero estaban todos con una persona sentada ocupando su asiento de al lado con bolsas y mochilas.
Al final del vagón pude encontrar una fila libre y pude sentarme, aunque, como había supuesto, el Fuji se veía con neblina, ya que el sol se estaba poniendo justo detrás.


A las 17:02 llegué a la estación de Tokio y de ahí fui en tren hasta Ueno.
Eran las 17:25 y aunque estaba agotada, aún era pronto y quería comprobar el trayecto del día siguiente, en las máquinas de JR.
No había nada libre en los dos primeros trenes del Fuji Excursion, que eran a las 7:30 y a las 8:30.
No comprendí cómo estaban todos los asientos reservados 2 días antes, cuando el tiempo era totalmente impredecible. A mi desde luego no me compensa hacer esa excursión si va a estar nublado y no se va a ver el Fuji. Pero bueno, tenía asiento en un tren que salía antes, aunque me tocara hacer trasbordo.

Tenía que pasar por el súper, de camino al hotel, así que caminé por calles diferentes atajando desde la estación, hasta llegar a Maruetsu, en menos de 5 minutos.
Hice una compra pequeñita y salí de allí a las 18:10.
El regreso de este súper al hotel me gustaba mucho, porque pasaba por calles estrechas, con casas tradicionales en algunos puntos y la Skytree al fondo.

Llegué al hotel a las 18:20 y enseguida me puse a cocinar una sopa de setas, con patata y zanahoria, a la que le puse fideos de arroz. Mientras reposaba hice el salmón a la plancha.
A las 19:00 me puse a cenar la sopa con el salmón, que me supo un poco raro.
Cuando subí las stories a Instagram, me dijeron que el salmón era picante. Extraño, porque cualquier cosa medio picante me arde lo impensable. 
De postre me comí el mochi de ciruela que tenía del día anterior.


Cuando compre el salmón en el Maruetsu, dudaba de comprar ese o el del otro día que era un poco más caro. Lo había dulce y picante y en los ingredientes no ponía nada raro. Terminé comprando el picante, aunque quería coger el dulce, me debí liar eligiendo el que mejor pinta tenía.
Cuando estaba escribiendo el diario, me puse a investigar el extraño caso del salmón picante, que a mi me apreció que solo estaba muy salado, y pude dar con la explicación en Google, buscando en japonés.
"El salmón salado se clasifica en dulce (sal dulce), picante y seco basándose únicamente en la concentración de sal del pescado, por lo que incluso si está etiquetado como dulce, no es salmón dulce. En las tiendas, la regla es que el salmón con una concentración de sal inferior al 3% se describe como dulce, el salmón con una concentración de sal del 3% o más y menos del 6% se describe como picante, y el salmón con una concentración de sal de 6% o más y menos del 10% se describe como seco".
Vamos, que le llaman picante, pero en realidad es súper salado, no picante. Misterio resuelto.

Tras la cena me puse a descargar los archivos al disco duro y a comprobar la Gopro, que no me había funcionado en todo el día. 
Mientras, me puse a repasar el itinerario del día siguiente.
La idea era ir al Antiguo Pueblo Japonés de Iyashinosato, pero en bus se tardaba una hora en ir y otra en volver, desde la estación de Kawaguchiko, cuando en coche serían 20 minutos. También quería ir a Oshino Hakkai, que está en dirección opuesta y que también tardaba en ir y regresar, sobre todo por la poca frecuencia de buses que hay, apenas uno cada hora. En coche habrían sido 15 minutos.
Decidí ir a Oshino Hakkai, para luego pasarme por el Fuji Q Highland si aún estaba abierto. Como iba a  llegar temprano, también podía parar en la pagoda chureito, que me pillaba de camino sin tener que desviarme.
A las 21:00 terminé de decidir el plan y me puse a repasar algunos presupuestos del trabajo. A las 22:00 me fui a dormir, para levantarme a las 5 de la mañana.

Compras del día:


Maruetsu 
  • Salmón salado 398¥
  • Cerdo 380¥
  • Espinacas 158¥
  • Brotes soja 39¥
Total 975¥ 8% tasas 1053¥

 

Bellmart Kiosk Odawara
  • Onigiri de salmón 155¥ 
  • Smoothie kagome 190¥

No hay comentarios:

Publicar un comentario