lunes, 18 de diciembre de 2023

Japón 2023 - Diario de viaje - Día 8 - Geishas y compras sin gluten

Miércoles 1 de marzo de 2023

Me desperté a la 6:30 con ganas de ir al baño y ya no pude volver a dormirme. 
Aún tenía sueño pero no estaba cómoda por tener la nariz congestionada, así que me levanté sintiendo que perdía el tiempo sin poder dormirme, sobre las 8 de la mañana.
Me duché y a las 9:15 ya estaba desayunando cereales con fresas y arándanos. No tenía prisa, así que hice todo a mi ritmo.
Pensaba hacer la colada, mientras limpiaban la habitación, pero como no sabía lo que tardarían, decidí ir primero a hacer las compras. 
Como las pastelerías sin gluten estaban siempre cerradas a la hora que llegaba al hotel, quería aprovechar para comprar algunas cosas para los próximos días.

Salí del hotel a las 10:10, hacia Asakusa, a un súper Life que había en el camino, esperando encontrar cosas sin gluten, como en años anteriores.
En 5 minutos estaba callejeando por Kappabashi, cotilleando en las tiendas de artículos de cocina. 
Vi unos delantales muy chulos por 1300¥ y reposa palillos de pandas y gatos por 100¥, entre cientos de cachibaches concidos y desconocidos.
Hice foto de la tienda para recordar cual era y mandárselo a mi hermana, para ver cual le gustaba y regresar otro día a comprarlo. Desde ya he decidido que nunca más volveré a hacer esto, porque luego nunca lo compro. Y eso que tenía la tienda cerca del hotel.

 

El barrio de kappabashi me gusta mucho, está como anclado en el pasado, con muchos detalles de kappas; en las farolas, buzones de correo, en las tiendas... Hay negocios locales de artículos relacionados con la cocina y repostería, donde se pueden encontrar cosas que no se venden en otros lugares, como las reproducciones en plástico de comida para exponer en escaparates.

A las 10:43 llegué al supermercado Life. Tiene varias plantas y tras recorrerlas todas, buscando la sección sin gluten, que normalmente suele ser de la marca topvalu, y no encontrarla, decidí preguntarle a una trabajadora, con el traductor de Google.
Me dijo que no, que allí no tenían productos de esta marca. Me resultó super extraño que hasta en Nagoya pudiera encontrar una sección dedicada y en pleno Tokio no tuvieran nada. Revisé de todos modos en los estantes de los productos que buscaba, por si estaban mezclados, pero no había absolutamente nada sin gluten.


En la zona de yogures vi un  yogur de soja 400gr a 213¥. Me pareció un buen precio por este tipo de producto, aunque no era algo que necesitara en ese momento, sobre todo porque iba a estar caminando un buen rato, así que compré un zumo, una leche de soja de cacao y una soyjoy de manzana.
Es curioso como la soyjoy varía de sabores en cada tienda. No encontré todos los sabores en ninguna parte.
Salí de allí a las 11:12 camino a Sensoji, pasando por calles techadas con tiendas de todo tipo. 
Me paré en una en la que vendían farolillos con textos personalizados y maneki nekos blancos y negros, de los que hice foto para mandarselos a Laura y que eligiera uno.

 

Pasé por el lado del Sensoji, llegando a las 11:20 a Otaco, una pastelería que solo vende chiffon cakes sin gluten y que tiene algunos sabores sin lácteos. Como siempre, las que atienden son super majas y entienden inglés básico, por lo que me pudieron decir cuales eran sin lácteos. En ese momento había de moca, de limón y de almendra con caramelo. Compré 2 de limón y uno de almendra, porque el café no me gusta.
Costaban 340¥ cada uno. Nunca me han defraudado, todos los sabores que he probado estaban buenísimos, y duran varios días super esponjosos, así que lo valen.
 
 

Como esta pastelería está justo detrás del templo sensoji, regresé atravesándolo para ver el ambiente.
No había mucha gente en ese momento, pero en un santuario vi que había algo de movimiento y lo que parecían policías, porque llevaban uniformes, y me acerqué a mirar.
En ese momento escuché una voz española que me resultaba conocida. Le saludé y me di cuenta que era Laura de Japón con guía. Estaba guiando a un grupo y me dijo que no me perdiera las maikos que había en el santuario. Si no es por ella ni me doy cuenta.
 

Estaban en ese momento dentro del santuario, una maiko y una geisha, haciendo algún tipo de ceremonia. Pude hacer fotos desde una distancia prudencial y observar el proceso. 
Si necesitáis una guía por Tokio, os la recomiendo. La sigo por Instagram y además de que su contenido es increíble, es super profesional.


Me quedé allí hasta que salieron, sobre las 11:55. Caminaron acompañadas de algunas personas y organizadores, hasta pasada la puerta de salida situada al este del santuario, entrando a la estación de bomberos que hay más allá de la puerta Nitenmon.
Caminé detrás a una distancia prudencial intentando hacer alguna foto y después regresé al santuario, cruzando por el templo Sensoji, dirección al hotel. 


Hice algunas fotillos de gente que estaba en sesiones fotográficas, con todo su atuendo típico, antes de salir de la zona.
No había mucha gente a esas horas, por lo que se podía caminar con tranquilidad sin el agobio de gente que suele haber.
En lugar de ir por las calles principales, caminé por calles más pequeñas para pasar por un sitio sin gluten que tenía apuntado, que estaba a mitad de camino.


A las 12:30 llegué a Shochiku-en, una cafetería restaurante vegano y sin gluten, dónde había visto que hacían hamburguesas y tartas.
Tenía intención de comprarme una hamburguesa para comer, pero cuando llegué solo vi pizzas en el menú y como no es algo que me seduzca, me puse a mirar que tenían de tartas.
Había de chocolate (660¥), de nata con fresas (680¥), arco iris  (850¥), y otras de moca y sabores que no me llamaban la atención.
También tenían unos pocos muffins empaquetados. Unos pocos estaban expuestos, con un cartelito diciendo que preguntes por los sabores disponibles. Costaban 350¥.
Me llevé la tarta de fresas y 2 muffins, de chocolate y de limón con té negro. Tres cositas por 1380¥ (8% de tasas). Me lo pusieron todo en una cajita de cartón muy bien empaquetado.

 

En 10 minutos ya estaba en el súper de al lado del hotel, My basket. Salí sin comprar nada porque no encontré lo que buscaba.
A las 12:50 estaba ya en mi apartamento, preparando varias comidas. Puse a cocer pasta y después hice cerdo con verduras, para dos días por lo menos.
A las 13:45 me puse a comer, con la tarta de fresas de postre.

 

El trocito de tarta era súper pequeño, apenas eran 3 cucharadas, que me comí bastante rápido.
En la foto se puede comparar por el tamaño de la fresa, que era de tamaño normal tirando a pequeña.  
La verdad es que no estaba muy bueno. Sobre todo porque la nata tenía un sabor raro. Es normal, al ser vegano, ya que las natas 100% vegetales siempre saben extraño, pero esta me pareció peor de lo normal. No me parece que valga la pena. Por el precio de este trocito de tarta compraba otros 2 muffins.
Es curioso que en el foro de celiacos, algunos digan que les encanta esta tarta de fresas, a mi no me hizo gracia.
Los muffins no los comí ese día pero estaban buenos, aunque un poco duros para mi gusto.

A las 16:30 salí del hotel para ir al mercado de Ueno y buscar algunas cosas sin gluten y un cinturón, que se me olvidó traerlo, y tras días de muchas caminatas, siempre termino con una talla menos de pantalón y lo voy perdiendo por el camino.
Fui caminando hasta la estación, donde hay una tienda Sheijo Ishi, con productos para alérgicos, a la que entré a cotillear.

 
Tenían pasta, que no me hacía falta, y pan de molde, que estaba duro como una piedra y no me seducía nada. En el paquete ponía que había que calentarlo en el microondas o tostadora, pero como lo usaría para llevar, no es que fuera a estar mejor de lo que estaba en el paquete.
Aún me quedaba pan del que traje de España, así que decidí no comprarlo.


En esta tienda venden jamón serrano, de varias marcas, a unos 1000¥ los 100 gr. El que no pueda vivir sin él, aquí puede encontrarlo.
Lo que sí me atrajo fue la mezcla para pancakes. Había dos marcas y terminé comprando el preparado para hot cakes de Kumamoto, por 355¥.

 
Tras salir de esta tienda, caminé por el mercado de Ameyoko buscando un cinturón, pero todos los que veía eran caros y para hombre, muy anchos.
A la desesperada, entré en un Uniqlo, porque no encontraba ninguno y para mi sorpresa, la talla grande de cinturones de mujer no me valía, de lo pequeño que era. Tuve que buscarlo en la zona de hombres.
La gracia me terminó costando 2999¥. Por no traer uno de casa y no querer gastar más tiempo buscando. 

 

Me pasé por la tienda de Matsumoto Kiyoshi (una tienda con productos de farmacia y belleza), la que hay más grande, con dos pisos, que está más alejada de la estación de Ueno, y estuve mirando todo lo que me había pedido mi hermana y haciendo fotos para comparar precios con otras tiendas.
Los precios son iguales a los que tienen en Don Quijote, pero aquí tienen de todo, por lo que puedes hacer una compra grande y descontar las tasas que te hacen en compras de más de 5000¥.

Eran las 6 de la tarde cuando decidí regresar al hotel, parando antes en el Familymart donde compré un pescado de esos que se calientan en el micro, para hacer una cena rápida, y un onigiri para el día siguiente. Las dos cosas me costaron 505¥.
Llegué al hotel a las 18:23, dejé las cosas y me fui directamente a la lavandería, que está en el sótano, donde no hay ascensor.


La sala está muy bien, con varias lavadoras y secadoras y unos sillones para esperar. También tienen una máquina de venta de jabón, a 100¥, y otra cosa para la secadora, que no entendí muy bien qué era y no compré.
En la cajita de jabón venían dos sobres. Guardé el segundo por si necesitaba hacer otra colada. Nunca se sabe cuando puedes caerte y dejar todo perdido.
No había nadie, así que estuve súper tranquila, sentada en un sillón muy cómodo.

En las máquinas había instrucciones en inglés, aunque no me quedó muy claro el de la lavadora. Decía que tenía que poner el dinero y tras unos segundos en los que echaba agua, meter la ropa.
Al poner los 200¥ en la lavadora, empezó a echar agua y a moverse, así que directamente le puse la ropa y cerré la tapa, que eso salpicaba cosa mala. Mientras saliese todo limpio me valía.

Tardó 40 minutos, que aproveché para planificar la excursión del día siguiente, mientras mi madre se angustiaba porque no le había dicho que iba a estar durmiendo en otra ciudad.
De esto tratan las escapadas de última hora. Ya sabía que podría hacer alguna si me encontraba lluvias o sitios que aún no estaban florecidos.
Tenía en mente ir al jardín de Mito, a ver los ciruelos, pero aún estaban sin florecer del todo.
Como tenía el JRP activado, quería aprovecharlo y hacer una escapada a Kioto, donde no iba a estar lloviendo. En teoría, en estas fechas, es cuando iluminan algunas calles con farolillos, aunque no encontré información de este año. Si se hacía, sería en este fin de semana, no antes.
Busqué una habitación de hotel bastante barato cerca de la estación de tren y seguí con la colada mientras miraba otras opciones.

Salió toda la ropa limpia y oliendo bien, que es lo que importaba realmente. La llevé a la secadora y le puse una moneda de 100¥ para el proceso de secado de 15 minutos. 
Curiosamente, todo salió seco, pantalones incluidos, menos los calcetines. Como no iba a poner otra secadora solo para eso, salí de allí a las 19:45, llevándomelo tal cual.
Los colgué en las perchas que tenía en el armario de la habitación, que no las usaba para nada.
Todos los años me ha pasado lo mismo, las secadoras dejan cosas húmedas. Salvo la lavadora que tuve en el piso de Nagoya, que era la reina de las lavadoras y lo sacaba todo hasta sin arrugas.
No tardé mucho en ponerme a cenar y a las 20:00 ya estaba en ello. El pescado que había comprado ya hecho, acompañado de patatas fritas.

 

Mirando el tiempo, al final decido ir a Kamakura, donde parece que solo va a llover por la noche.
Así hago la escapada a Kioto el viernes y sábado, por si hay suerte y ponen la iluminación esos días, como en otros años.

A las 10:30 me acosté y me puse a ver stories de la gente que sigo en japón, en las que pude ver que en el castillo de Osaka estaba todo florecido de ciruelos y que habían abierto de nuevo la terraza donde está el Godzilla del hotel Grazery, en Tokio. Dos sitios más para apuntarme.
En Kioto tenía algunos sitios anotados de ciruelos, pero uno lo descarté por ser demasiado popular. Al ser fin de semana tenía que intentar ir dónde no hubiera tanto turismo.

Compras del día

Life Asakusa
  • Soyjoy manzana 118¥
  • Zumo melocotón y cereza kagome 159¥
  • Leche de soja de cacao 79¥
    356¥ + 28¥ (8%) 384¥


Sheijo ishii
  • Hot cakes harina kumamoto 329¥+26 (8%)
    355¥

Shochiku-en (restaurantes pastelería vegana y sin gluten)
  • 2 muffin (chocolate y limón con té negro)700¥
  • 1 tarta de fresa 680¥
    1380¥ (8%)

FamilyMart
  • Caballa a la parrilla 340¥
  • Onigiri salmon 165¥
    505¥ (8% 37 incluidos)

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